GRANADA HOY
LOS NIÑOS TOMAN EL PADDLE SURF
Las olas de Playa Granada son la escuela en la que 40 menores aprenden a manejar la tabla y el remo
ROSA FERNÁNDEZ , OCIO ACTIVIDADES NÁUTICAS | ACTUALIZADO 17.08.2014 - 01:00
En todas las playas de la Costa Tropical existen varios denominadores comunes: una tabla y una pala y, encima, una persona en equilibrio disfrutando del mar, del sol y de las increíbles vistas que permite la práctica de este deporte para los más avezados. Sin embargo, los amantes del paddle surf han tenido que formarse para disfrutar de esta actividad, como un grupo de niños que cada día acude a Playa Granada para iniciarse en este deporte acuático.
Aún con las legañas en la cara, van llegando los chavales a la Escuela de Actividades Náuticas de Playa Granada. Están pasando sus vacaciones en Motril, pero proceden de diferentes puntos del país, como Jaén, Córdoba, o Madrid. Sin embargo, les une su afición por una actividad desconocida hasta hace pocos años.
Unos 40 niños y niñas de entre 7 y 16 años están citados en la caseta de Awa a las diez de la mañana. Vienen en grupos y en bicicleta, salvo algún despistado. Lo primero que hacen al llegar a la playa es untarse la protección solar, pues tienen bien inculcado que en el agua el sol brilla con mucha fuerza y les puede provocar quemaduras. Luego se ponen una camiseta y los chalecos y, cuando el monitor avisa, retiran las tablas.
El responsable de Awa, José Tiernes, explica que "llevamos ya aquí cinco años y la media que tenemos en los campamentos es de unos 40 niños diarios". El empresario añade que se trata de "una multiactividad que hemos creado para que todos los niños realicen todos los deportes náuticos, para que no se implanten en una sola actividad. Lo hacemos de lunes a viernes, desde las diez de la mañana a dos de la tarde".
"En el campamento hemos tenido niños de 4 y 5 años, está claro que a esta edad no pueden practicar todas las actividades como el windsurf, la vela o el catamarán, que necesitan mayor fuerza para gobernar la vela, por lo que van con los monitores, y es una manera de introducirse en los juegos náuticos. Sin embargo, con 6 años ya pueden subirse a la tabla y practicar el paddle surf".
María tiene 7 años y mide alrededor de metro y medio. Debido a su poca envergadura, le resulta difícil levantar la tabla, por lo que pide colaboración a sus compañeros. "En la práctica de estos deportes en la naturaleza, además de realizar la actividad, se adquieren otros valores, como la disciplina, la responsabilidad, el estilo de vida, la solidaridad entre los compañeros, te aporta mucho para alcanzar la madurez como persona", comenta Tiernes.
En estos campamentos de verano se practican diferentes modalidades deportivas en el agua: catamarán, kayak, windsurf, vela, kitesurf... Pero, sin duda el que más protagonismo ha cobrado en los últimos años es el paddle surf.
El grupo ya espera impaciente a los que faltan por meterse en el agua, un tiempo que también se minimiza en este deporte. Los que salen en catamarán o windsurf deben desplegar las velas, mientras que los del paddle sólo pueden coger la tabla. Esperan alineados en paralelo a la línea de mar, momentos que dan lugar a varios y diversos coqueteos infantiles.
Cuando llega la monitora a su altura les da su aprobación para que puedan introducirse en el mar. María hace un tremendo esfuerzo en esta ocasión para alzar la tabla sola con una mano y con la otra llevar el remo. No la sube más de 10 centímetros, y con dificultad avanza los cuatro metros que la separan del agua, pero dentro del mar la maneja con mayor facilidad y se la ve más relajada.
El siguiente paso es, de rodillas, mantener el equilibrio. A diferencia del surf aquí es más fácil; con una mano hay que sujetar el remo firme y con la otra introducirlo en el agua para desplazarse. Cuando se quiere dar cuenta, María se encuentra en medio del mar.
También otros tres niños se aproximan a la orilla y mientras dos introducen la tabla en el agua y la sujetan por los extremos, el tercero se incorpora por el centro.
Estos pequeños combinan el juego con la diversión. Primero rema uno, luego le cede el palo a otro, y se intercambian posiciones en la tabla. "Como en cualquier deporte la base es la diversión lo primero y luego el aprendizaje", afirma el monitor.
Para este último, la facilidad de la práctica del paddle surf queda acreditada viendo cómo niños tan pequeños se suben con facilidad a las tablas y se desplazan por el agua. Tiernes abunda en las ventajas del paddle surf: "no necesita de oleaje ni viento para su práctica, por lo que este deporte se puede hacer en puertos, lagos, ríos o cualquier masa de agua".
Cuando todos los niños están agrupados, entonces la monitora da la orden y comienza la marcha. Debido a su juventud, a buen seguro que en la práctica de este deporte llegarán muy lejos.
Aún con las legañas en la cara, van llegando los chavales a la Escuela de Actividades Náuticas de Playa Granada. Están pasando sus vacaciones en Motril, pero proceden de diferentes puntos del país, como Jaén, Córdoba, o Madrid. Sin embargo, les une su afición por una actividad desconocida hasta hace pocos años.
Unos 40 niños y niñas de entre 7 y 16 años están citados en la caseta de Awa a las diez de la mañana. Vienen en grupos y en bicicleta, salvo algún despistado. Lo primero que hacen al llegar a la playa es untarse la protección solar, pues tienen bien inculcado que en el agua el sol brilla con mucha fuerza y les puede provocar quemaduras. Luego se ponen una camiseta y los chalecos y, cuando el monitor avisa, retiran las tablas.
El responsable de Awa, José Tiernes, explica que "llevamos ya aquí cinco años y la media que tenemos en los campamentos es de unos 40 niños diarios". El empresario añade que se trata de "una multiactividad que hemos creado para que todos los niños realicen todos los deportes náuticos, para que no se implanten en una sola actividad. Lo hacemos de lunes a viernes, desde las diez de la mañana a dos de la tarde".
"En el campamento hemos tenido niños de 4 y 5 años, está claro que a esta edad no pueden practicar todas las actividades como el windsurf, la vela o el catamarán, que necesitan mayor fuerza para gobernar la vela, por lo que van con los monitores, y es una manera de introducirse en los juegos náuticos. Sin embargo, con 6 años ya pueden subirse a la tabla y practicar el paddle surf".
María tiene 7 años y mide alrededor de metro y medio. Debido a su poca envergadura, le resulta difícil levantar la tabla, por lo que pide colaboración a sus compañeros. "En la práctica de estos deportes en la naturaleza, además de realizar la actividad, se adquieren otros valores, como la disciplina, la responsabilidad, el estilo de vida, la solidaridad entre los compañeros, te aporta mucho para alcanzar la madurez como persona", comenta Tiernes.
En estos campamentos de verano se practican diferentes modalidades deportivas en el agua: catamarán, kayak, windsurf, vela, kitesurf... Pero, sin duda el que más protagonismo ha cobrado en los últimos años es el paddle surf.
El grupo ya espera impaciente a los que faltan por meterse en el agua, un tiempo que también se minimiza en este deporte. Los que salen en catamarán o windsurf deben desplegar las velas, mientras que los del paddle sólo pueden coger la tabla. Esperan alineados en paralelo a la línea de mar, momentos que dan lugar a varios y diversos coqueteos infantiles.
Cuando llega la monitora a su altura les da su aprobación para que puedan introducirse en el mar. María hace un tremendo esfuerzo en esta ocasión para alzar la tabla sola con una mano y con la otra llevar el remo. No la sube más de 10 centímetros, y con dificultad avanza los cuatro metros que la separan del agua, pero dentro del mar la maneja con mayor facilidad y se la ve más relajada.
El siguiente paso es, de rodillas, mantener el equilibrio. A diferencia del surf aquí es más fácil; con una mano hay que sujetar el remo firme y con la otra introducirlo en el agua para desplazarse. Cuando se quiere dar cuenta, María se encuentra en medio del mar.
También otros tres niños se aproximan a la orilla y mientras dos introducen la tabla en el agua y la sujetan por los extremos, el tercero se incorpora por el centro.
Estos pequeños combinan el juego con la diversión. Primero rema uno, luego le cede el palo a otro, y se intercambian posiciones en la tabla. "Como en cualquier deporte la base es la diversión lo primero y luego el aprendizaje", afirma el monitor.
Para este último, la facilidad de la práctica del paddle surf queda acreditada viendo cómo niños tan pequeños se suben con facilidad a las tablas y se desplazan por el agua. Tiernes abunda en las ventajas del paddle surf: "no necesita de oleaje ni viento para su práctica, por lo que este deporte se puede hacer en puertos, lagos, ríos o cualquier masa de agua".
Cuando todos los niños están agrupados, entonces la monitora da la orden y comienza la marcha. Debido a su juventud, a buen seguro que en la práctica de este deporte llegarán muy lejos.
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