LA ESENCIA DE SIERRA NEVADA EL DIA
El plan de gestión de las nuevas zonas
especiales de conservación de la Sierra de Cardeña y Montoro, el
Guadalmellato y el Guadiato-Bembézar propone una veintena de medidas
Impulsar la realización de un inventario de las infraestructuras
que influyen negativamente en los movimientos de la fauna o identificar
aquellos puntos susceptibles de restauración en los hábitats de ribera
son sólo dos de la veintena de objetivos recogidos en el plan de gestión
de las Zonas Especiales de Conservación (ZEC) del Suroeste de la Sierra
de Cardeña y Montoro, el Guadalmellato y el Guadiato-Bembézar,
considerados la quintaesencia de Sierra Morena por la presencia de
animales en grave peligro de extinción como el lince ibérico y el lobo.
Tras un largo proceso burocrático, el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) aprobó esta semana los planes de gestión de estas tres ZEC, que recorren de Oeste a Este la provincia de Córdoba y engloban 17 términos municipales con 415.947 habitantes, el 79% correspondientes a la capital. Según consta en el documento, son tres los motivos principales que han llevado a la protección de estos espacios, empezando por la denominada "conectividad ecológica", pues la "fragmentación" de los ecosistemas lleva asociada una serie de consecuencias sobre las especies como que "los animales no pueden desplazarse para buscar alimento o refugio" o que "el aislamiento genético de los individuos provoca problemas de endogamia". Las poblaciones, además, "pueden llegar a quedar aisladas, repartidas en fragmentos o islas de territorio", por lo que "el mantenimiento de la permeabilidad territorial constituye un elemento esencial desde el punto de vista ecológico", subraya el plan de gestión.
Los otros dos ejes que estructuran el documento son la presencia del lince ibérico, el felino más amenazado del mundo, y del lobo. Recuerda el documento que el lince, originariamente, llegó a ocupar gran parte de la Península Ibérica, hasta que su área de distribución se fue reduciendo y en la década de los 60 del siglo pasado sólo se localizaba en el cuadrante suroccidental de España. En el 2004, el lince sólo habitaba en Sierra Morena oriental y en Doñana y se contabilizaban 121 ejemplares; en 2013, los planes de reintroducción hicieron aumentar la población a 332 animales, de los que 238 individuos vivían en Sierra Morena.
Más preocupante si cabe es la presencia en la zona del lobo, una especie que originariamente llegó a ocupar la mayor parte del hemisferio norte. En Andalucía, su presencia queda relegada a dos zonas en Sierra Morena: un núcleo en Despeñaperros, Andújar y Cardeña-Montoro, con 14 ejemplares, y otro en Hornachuelos, el Guadiato-Bembézar y la Sierra Norte de Sevilla, con 35 individuos.
Estas ZEC de Sierra Morena reúnen las características "idóneas" para el lobo por su baja densidad poblacional, una cobertura vegetal adecuada y alta densidad de ungulados, pero aún existen "ciertas amenazas" derivadas de capturas humanas, conflictos con ganaderos y propietarios de fincas cinegéticas por los daños a la caza mayor, el aislamiento de la población y la baja densidad de individuos. El plan advierte de otros "peligros" como el desarrollo turístico, la falta de vigilancia y la escasez de terreno público.
Ante este panorama, el plan de gestión impulsará una veintena de medidas, como la promoción de convenios con fincas particulares para la realización de actuaciones de mejora y conservación de los hábitats de interés comunitario. El documento propone también la realización de estudios para establecer un caudal ecológico en las masas de agua superficiales y, respecto a los ecosistemas de ribera, buscará identificar los puntos susceptibles de restauración. Otras medidas son la elaboración de un mapa, por especies, de los puntos negros sobre electrocución y colisión con tendidos y con aerogeneradores y convenios con los titulares de las redes de distribución eléctrica y de instalaciones eólicas para la promoción de medidas correctoras. A los gestores también les preocupa la población de quirópteros (murciélagos), por lo que impulsarán un plan de recuperación y conservación.
Respecto al lince, es de "alta prioridad" mantener las actuaciones de reintroducción de la especie en la zona del Guadalmellato. También se evaluará el grado de conservación de las poblaciones de conejo para conocer la disponibilidad de presas; se intentará localizar nuevas zonas aptas para introducir la especie y se redactará un mapa de riesgo de atropello en carreteras, autopistas y caminos que cruzan el ámbito del plan. El documento también hace hincapié en la necesidad de impulsar el conocimiento de la incidencia y el uso de las artes ilegales de capturas y de veneno.
El tercer paquete de medidas se centra en la conservación del lobo. De prioridad "alta", es la coordinación de los recursos técnicos y humanos disponibles para garantizar una vigilancia y control "eficaz" del cumplimiento de la normativa vigente. También se quiere continuar con la aplicación de medidas por los daños causados al ganado y se pedirá asesoría a los ganaderos, guarderías privadas y propietarios de las fincas. En este sentido, el plan de gestión aboga por la instalación de medidas enfocadas a la prevención de los daños, como pastores eléctricos, barbacanas o ahuyentadores luminosos, así como técnicas tradicionales como rediles o mastines para guardar el ganado.
Tras un largo proceso burocrático, el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) aprobó esta semana los planes de gestión de estas tres ZEC, que recorren de Oeste a Este la provincia de Córdoba y engloban 17 términos municipales con 415.947 habitantes, el 79% correspondientes a la capital. Según consta en el documento, son tres los motivos principales que han llevado a la protección de estos espacios, empezando por la denominada "conectividad ecológica", pues la "fragmentación" de los ecosistemas lleva asociada una serie de consecuencias sobre las especies como que "los animales no pueden desplazarse para buscar alimento o refugio" o que "el aislamiento genético de los individuos provoca problemas de endogamia". Las poblaciones, además, "pueden llegar a quedar aisladas, repartidas en fragmentos o islas de territorio", por lo que "el mantenimiento de la permeabilidad territorial constituye un elemento esencial desde el punto de vista ecológico", subraya el plan de gestión.
Los otros dos ejes que estructuran el documento son la presencia del lince ibérico, el felino más amenazado del mundo, y del lobo. Recuerda el documento que el lince, originariamente, llegó a ocupar gran parte de la Península Ibérica, hasta que su área de distribución se fue reduciendo y en la década de los 60 del siglo pasado sólo se localizaba en el cuadrante suroccidental de España. En el 2004, el lince sólo habitaba en Sierra Morena oriental y en Doñana y se contabilizaban 121 ejemplares; en 2013, los planes de reintroducción hicieron aumentar la población a 332 animales, de los que 238 individuos vivían en Sierra Morena.
Más preocupante si cabe es la presencia en la zona del lobo, una especie que originariamente llegó a ocupar la mayor parte del hemisferio norte. En Andalucía, su presencia queda relegada a dos zonas en Sierra Morena: un núcleo en Despeñaperros, Andújar y Cardeña-Montoro, con 14 ejemplares, y otro en Hornachuelos, el Guadiato-Bembézar y la Sierra Norte de Sevilla, con 35 individuos.
Estas ZEC de Sierra Morena reúnen las características "idóneas" para el lobo por su baja densidad poblacional, una cobertura vegetal adecuada y alta densidad de ungulados, pero aún existen "ciertas amenazas" derivadas de capturas humanas, conflictos con ganaderos y propietarios de fincas cinegéticas por los daños a la caza mayor, el aislamiento de la población y la baja densidad de individuos. El plan advierte de otros "peligros" como el desarrollo turístico, la falta de vigilancia y la escasez de terreno público.
Ante este panorama, el plan de gestión impulsará una veintena de medidas, como la promoción de convenios con fincas particulares para la realización de actuaciones de mejora y conservación de los hábitats de interés comunitario. El documento propone también la realización de estudios para establecer un caudal ecológico en las masas de agua superficiales y, respecto a los ecosistemas de ribera, buscará identificar los puntos susceptibles de restauración. Otras medidas son la elaboración de un mapa, por especies, de los puntos negros sobre electrocución y colisión con tendidos y con aerogeneradores y convenios con los titulares de las redes de distribución eléctrica y de instalaciones eólicas para la promoción de medidas correctoras. A los gestores también les preocupa la población de quirópteros (murciélagos), por lo que impulsarán un plan de recuperación y conservación.
Respecto al lince, es de "alta prioridad" mantener las actuaciones de reintroducción de la especie en la zona del Guadalmellato. También se evaluará el grado de conservación de las poblaciones de conejo para conocer la disponibilidad de presas; se intentará localizar nuevas zonas aptas para introducir la especie y se redactará un mapa de riesgo de atropello en carreteras, autopistas y caminos que cruzan el ámbito del plan. El documento también hace hincapié en la necesidad de impulsar el conocimiento de la incidencia y el uso de las artes ilegales de capturas y de veneno.
El tercer paquete de medidas se centra en la conservación del lobo. De prioridad "alta", es la coordinación de los recursos técnicos y humanos disponibles para garantizar una vigilancia y control "eficaz" del cumplimiento de la normativa vigente. También se quiere continuar con la aplicación de medidas por los daños causados al ganado y se pedirá asesoría a los ganaderos, guarderías privadas y propietarios de las fincas. En este sentido, el plan de gestión aboga por la instalación de medidas enfocadas a la prevención de los daños, como pastores eléctricos, barbacanas o ahuyentadores luminosos, así como técnicas tradicionales como rediles o mastines para guardar el ganado.
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