DOÑANA FINALIZA SU AMPLIACIÓN SUMANDO A SUS DOMINIOS 14.4OO NUEVAS HECTAREAS HUELVA INFORMACIÓN
La protección alcanza a la cuenca de la Rocina y parte de los terrenos entran en la Zona de Especial Conservación La norma incluye la nueva planificación del Espacio Natural
El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía consumó ayer, mediante decreto, la anunciada ampliación del Parque Natural de Doñana, que suma a sus dominios 14.400 nuevas hectáreas. Parte de esta superficie quedará adscrita, además, a la Zona de Especial Conservación, figura de protección europea de la Red Natura 2000 de la que disfrutan los hábitats de mayor valor ecológico a escala continental y que en Doñana alcanza ya las 30.005 hectáreas.
Situada en los montes de Bodegones-Cabezudos y Coto la Matilla, en los términos municipales de Almonte, Bonares, Lucena del Puerto y Moguer, la zona tiene un interés estratégico al acoger el cauce del arroyo de la Rocina, que supone la cuenca más importante en términos cualitativos (por su calidad) y cuantitativos de las marismas de Doñana. Las fincas albergan importantes corredores ecológicos para la fauna, entre ellas el lince ibérico. El icono de la conservación onubense dispone así de un mayor perímetro de seguridad para emanciparse, buscar alimento y reconquistar nuevas tierras. El otro área de ampliación afecta a un grueso de parcelas agrícolas enclavadas en el Subsector II del Plan Almonte Marismas, que fueron reforestadas.
Esta ampliación no ha tenido oposición social o económica, dado el carácter público y forestal de los terrenos. Los ecologistas sí que han aplaudido la medida por su importancia para garantizar la biodiversidad en el arroyo de la Rociana y los corredores verdes. Por el contrario, algunas voces como el científico y presidente del Consejo de Participación de Doñana, Miguel Delibes, mostraron su temor por el hecho de que la zona protegida continúe creciendo y no así los recursos presupuestarios que le dan soporte.
En cuanto a su modelo de gestión, a partir de ahora tanto el Parque Nacional como el Espacio Natural se regirán bajos los criterios del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) y el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG). El primero de ellos, de vigencia indefinida, es el documento que distribuye y asigna los aprovechamientos de acuerdo con la capacidad de los ecosistemas. El segundo establece con detalle las condiciones de los usos compatibles y determina las líneas estratégicas de actuación pública. Este último se revisará cada seis años.
Los planes han contado con las aportaciones de la comunidad científica y de los sectores socioeconómicos representados en el Consejo de Participación de Doñana y vienen a sustituir a los planes del Parque Nacional, que datan del 2004; y el del Parque Natural, correspondiente al 2005.
Entre sus novedades más destacables recoge la prohibición en todo el espacio de nuevas autorizaciones, permisos y concesiones de aprovechamiento, investigación y explotación de yacimientos minerales y demás recursos geológicos, salvo el salinero en el parque natural. De igual modo se prohíbe la acumulación y el enterramiento de materias primas, productos y residuos sólidos, líquidos y gaseosos. Aun cuando estos proyectos tengan su ámbito de actuación fuera del Espacio Natural, la Junta de Andalucía tendría herramientas jurídicas para actuar en temas capitales como el estuario del Guadalquivir, la garantía de caudales ecológicos a la marisma o los que afectan al equilibrio del acuífero Almonte-Marismas.
De esta manera, el proyecto de almacenamiento de gas en Doñana, que promueve Gas Natural en la zona del Espacio Natural, se vería afectado por la normativa. El contenido de los nuevos planes ha contado con el respaldo casi unánime del Consejo de Participación de Doñana, tras un proceso de elaboración en el que se han valorado unas 1.600 alegaciones.
La ampliación de 14.000 hectáreas terrestres lleva coleando desde 2012 cuando la Unesco aprobó la ampliación de la Reserva de la Biosfera de 77.000 a 268.000 hectáreas.
Situada en los montes de Bodegones-Cabezudos y Coto la Matilla, en los términos municipales de Almonte, Bonares, Lucena del Puerto y Moguer, la zona tiene un interés estratégico al acoger el cauce del arroyo de la Rocina, que supone la cuenca más importante en términos cualitativos (por su calidad) y cuantitativos de las marismas de Doñana. Las fincas albergan importantes corredores ecológicos para la fauna, entre ellas el lince ibérico. El icono de la conservación onubense dispone así de un mayor perímetro de seguridad para emanciparse, buscar alimento y reconquistar nuevas tierras. El otro área de ampliación afecta a un grueso de parcelas agrícolas enclavadas en el Subsector II del Plan Almonte Marismas, que fueron reforestadas.
Esta ampliación no ha tenido oposición social o económica, dado el carácter público y forestal de los terrenos. Los ecologistas sí que han aplaudido la medida por su importancia para garantizar la biodiversidad en el arroyo de la Rociana y los corredores verdes. Por el contrario, algunas voces como el científico y presidente del Consejo de Participación de Doñana, Miguel Delibes, mostraron su temor por el hecho de que la zona protegida continúe creciendo y no así los recursos presupuestarios que le dan soporte.
En cuanto a su modelo de gestión, a partir de ahora tanto el Parque Nacional como el Espacio Natural se regirán bajos los criterios del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) y el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG). El primero de ellos, de vigencia indefinida, es el documento que distribuye y asigna los aprovechamientos de acuerdo con la capacidad de los ecosistemas. El segundo establece con detalle las condiciones de los usos compatibles y determina las líneas estratégicas de actuación pública. Este último se revisará cada seis años.
Los planes han contado con las aportaciones de la comunidad científica y de los sectores socioeconómicos representados en el Consejo de Participación de Doñana y vienen a sustituir a los planes del Parque Nacional, que datan del 2004; y el del Parque Natural, correspondiente al 2005.
Entre sus novedades más destacables recoge la prohibición en todo el espacio de nuevas autorizaciones, permisos y concesiones de aprovechamiento, investigación y explotación de yacimientos minerales y demás recursos geológicos, salvo el salinero en el parque natural. De igual modo se prohíbe la acumulación y el enterramiento de materias primas, productos y residuos sólidos, líquidos y gaseosos. Aun cuando estos proyectos tengan su ámbito de actuación fuera del Espacio Natural, la Junta de Andalucía tendría herramientas jurídicas para actuar en temas capitales como el estuario del Guadalquivir, la garantía de caudales ecológicos a la marisma o los que afectan al equilibrio del acuífero Almonte-Marismas.
De esta manera, el proyecto de almacenamiento de gas en Doñana, que promueve Gas Natural en la zona del Espacio Natural, se vería afectado por la normativa. El contenido de los nuevos planes ha contado con el respaldo casi unánime del Consejo de Participación de Doñana, tras un proceso de elaboración en el que se han valorado unas 1.600 alegaciones.
La ampliación de 14.000 hectáreas terrestres lleva coleando desde 2012 cuando la Unesco aprobó la ampliación de la Reserva de la Biosfera de 77.000 a 268.000 hectáreas.
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