pasado año contrastan con el primer semestre de 2015, cuando ha descendido el número de víctimas del asfalto
Granada fue en 2014 la novena provincia de España en la que hubo más accidentes mortales
Granada se sitúa como la novena provincia en la que más fallecidos por accidentes de tráfico hubo en 2014. Sólo Barcelona, Madrid, Valencia, Alicante, Murcia, La Coruña, Sevilla y las Islas Baleares sumaron en el pasado año más muertes sobre la calzada que Granada, que no destaca por tener un parque automovilístico elevado. En otras provincias como Málaga, en la que se produjeron nueve fallecimientos menos, hay matriculados 400.000 vehículos más que en Granada.
Las primeras cifras que se han conocido del 2015 rompen afortunadamente con la tendencia negativa que se inició en 2013. En los primeros seis meses de este año se registraron en Granada 14 accidentes mortales, dos menos que el año pasado en el mismo periodo. La cifra de fallecidos también desciende, cayendo de 22 muertos en 2014 a 14 muertos de enero a junio de este año. Son ocho fallecidos menos en las carreteras de la provincia. Los datos de 2015 facilitados por la jefatura provincial de Tráfico son provisionales, dado que las muertes contabilizadas se refieren a las defunciones ocurridas sólo en las primeras 24 horas posteriores al accidente, mientras que las cifras de 2014 contemplan ya los muertos durante los 30 días siguientes.
Confluyen varios factores en el incremento de la siniestralidad mortal en las vías de la provincia. Antonio Tovar, abogado granadino especializado en tráfico, enumera cinco elementos: la velocidad, la conducción con tasas de alcohol atlas, la elevada edad de parte de los usuarios que conducen, el aumento de la antigüedad del parque de vehículos y la educación vial.
El exceso de velocidad fue el responsable del 16% de los accidentes con víctimas contabilizados en España en 2014. La cifra desciende si se compara con 2013, pero continúa como un factor importante. Tovar explica que esta causa ha estado presente con fuerza durante el último año en las vías urbanas: «Se está intentando concienciar a la población de que circular a una velocidad alta en ciudad es peligroso». A juicio de este abogado en las calles de la capital y los demás núcleos urbanos de la provincia se debería circular a 30 kilómetros por hora -el límite máximo está tasado en 50-, algo que entiende que ayudaría a rebajar la cifra de víctimas registradas en el pasado año.
La DGT presentó ayer al consumo de drogas como el principal factor de siniestralidad mortal. Uno de cada cuatro accidentes con víctimas ocurridos en 2014 fueron por culpa de encontrarse el conductor bajo los efectos de algún estupefaciente. Destaca entre ellos el alcohol. Un 26,2% de los conductores fallecidos registró en el control de alcoholemia más de 0,3 g/l, una cifra por encima del límite permitido. El abogado Antonio Tovar entiende que su ingesta se complementa con la «falta de pericia» de los fallecidos que se ponen delante del volante, algo que se convierte en un «cóctel explosivo» para la conducción si se asocia con la nocturnidad.
La edad también juega un papel importante en los accidentes de tráfico. Cerca de la mitad de los hombres de más de 85 años continúa cogiendo el vehículo, cifra que aumenta hasta el 70% entre la población que tiene menos de 79 años, pero más de 75. Los expertos coinciden en que a partir de los 75 años los conductores deberían dejar de conducir y trasladar este rol a otras personas de su entorno familiar. Antonio Tovar analiza que por encima de esta edad se «tienen las habilidades disminuidas y esto hace aumentar el riesgo de accidente de los conductores».
Tovar también culpa a la crisis económica del incremento de los fallecidos en las vías de Granada. Entiende que determinados vehículos antiguos que deberían haber sido retirados y renovados por los conductores continúan sobre la calzada y esto aumenta la cifra de accidentes con muertos. Los datos nacionales de la DGT refuerzan este argumento. Los antigüedad media de los turismos afectados en los accidentes aumentó en vías urbanas e interurbanas. En las primeras los vehículos tenían una media de 12,1 años -en 2014, 11,2 años-, mientras que fuera de las ciudades el incremento de la edad de los coches implicados fue de 2,5 años -de 10,8 en 2013 a 13,3 en el pasado 2014-. Tovar considera que la antigüedad del parque provincial se complementa con una tendencia de acudir menos al mecánico o conducir con ruedas en estado deficiente, «algo que aumenta la probabilidad de tener una salida de vía».
El 73% de los conductores españoles conservan la totalidad de sus puntos en el carnet de conducir. Esta alta cifra de personas que tienen su cartilla al volante inmaculada contrasta con la alta siniestralidad en 2014. Antonio Tovar entiende que este elemento «fue un revulsivo importante para que se tomara conciencia de lo que supone la pérdida del carnet», pero asegura que en su bufete se percibe que falta educación vial entre quienes cogen un coche, motocicleta u otro vehículo. «Sin que la gente se conciencie de que conducir puede ser lesivo para los demás no hacemos nada. Los conductores le están perdiendo el miedo a la velocidad en los últimos años y esto aumenta el riesgo de que haya accidentes», cuenta Tovar.
Víctimas y familias
La DGT cuenta desde 2013 con una unidad en cada jefatura provincial, con la que se persigue diseñar una red de información nacional de atención a las víctimas de accidentes de tráfico, «facilitando la posibilidad de velar por sus derechos». Antonio Tovar, responsable de T&V Abogados, aconseja a la familias afectadas que se asesoren antes de tomar cualquier decisión después de un accidente de tráfico. «Esto les facilitará una correcta tramitación de los expedientes y realizar bien las reclamaciones a las compañías de seguros». Tovar entiende que se debe acudir también «a un equipo médico que recomiende los tratamientos físicos o psicológicos necesarios» para los afectados, así como recopilar toda la información disponible para que, sobre todo en el caso de víctimas mortales, las reclamaciones «se hagan adecuadamente» y los familiares puedan verse indemnizados de forma correcta.
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