Estados Unidos comienza a vacunar contra el coronavirus en un hospital de Nueva York
Una enfermera afroamericana se convierte en la primera persona en recibir la inmunización
Sandra Lindsay, una enfermera de Queens que trabaja con pacientes críticos, se ha convertido en la primera neoyorquina en recibir la polémica vacuna de la Covid-19 que ha desarrollado Pfizer. «Se siente como cualquier otra vacuna», compartió cuando terminaron los aplausos. «Espero que todo el mundo se la ponga».
No se había elegido a una afroamericana por casualidad. La historia de racismo que pesa sobre EEUU ha hecho a la comunidad afroamericana desconfiar de la ciencia aún más que otros sectores de la población, al haber sido utilizados como conejillos de indias en el pasado. «Me fío de la ciencia pero no de lo que hará la Covid-19 en mi cuerpo o en el de las personas con las que yo entre en contacto si la contraigo», explicó con calma la enfermera tras recibir el histórico pinchazo. Se lo proporcionó la doctora Chester, bajo la atención en remoto del gobernador Andrew Cuomo, que alabó la buena mano de la facultativa y pidió que sea ella la que se la administre cuando le llegue el turno.
El Centro Médico Judío de Long Island, perteneciente a Northwell Health, es el primero en vacunar a los trabajadores médicos del barrio de Queens, el que más sufrió el embate de la pandemia en primavera. De ese barrio que vio nacer al presidente Donald Trump salieron más camiones frigoríficos cargados de cadáveres que en ninguna otra parte de la ciudad, lo que logró conmover al mandatario. Algunos de estos muertos aún siguen en cámaras refrigeradoras, al no haberse podido identificar a las víctimas o contactar a sus familiares. Queens es un microcosmos en el que conviven inmigrantes del todas partes del mundo, muchos de ellos invisibles de cara a las estadísticas y a los sistemas sociales, al carecer de papeles migratorios.
Transporte en camiones
Los camiones de UPS llegaban lentamente a los estados más críticos del país bajo la atenta miradas de las cámaras de televisión, que querían capturar el momento histórico, y recibidas con pompa por las autoridades como si fuera el principio del fin de la pandemia. Ohio y Kentucky seguirán hoy con estos shows de vacunación pública.
«Esta es la luz al final del túnel, pero es un túnel muy largo», advirtió el gobernador de Nueva York. Hará falta que el 75-80% de la población se administre las dos dosis para alcanzar el nivel de inmunidad social que se necesita para controlar la propagación del virus. Algo que no ocurrirá hasta el verano.
Paradójicamente hoy es el día en el que el estado ha vuelto a cerrar los restaurantes, gimnasios y otros negocios que apenas habían disfrutado de dos meses y medio de apertura, a un 25% de capacidad. El alcalde Bill de Blasio advirtió ayer que si sigue aumentado el número de nuevos casos, que está en 1.800 diarios como media semanal, tendrá que cerrar todos los negocios no esenciales y volver a convertir Nueva York en una ciudad fantasma.
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