Las obras, que son el paso previo a la actuación en el interior, tienen un plazo de ejecución de unos cuatro o cinco meses

La restauración de la Capilla Real es una de las actuaciones más ambiciosas que ha acometido el Cabildo. Se trata de una obra "importante y muy estricta", aseguró Rebollo, ya que la actual cubierta está "arruinada" y lo que se pretende es reconstruirla de nuevo "con los mismos materiales y siguiendo las mismas técnicas". Así, se utilizará la madera y se aplicarán los parámetros de volumetría que mantiene la actual. De manera paralela, además, se va a acometer una investigación arqueológica para llevar un seguimiento del patrimonio que se vaya analizando. "No es una obra excesivamente grande, pero supone una gran responsabilidad y hay que asumirla con prudencia y rigor", insistió Rebollo. Lo más significativo de esta intervención, explicó el arquitecto, es que sin este paso previo no se puede concluir la restauración del interior de la capilla por lo que se trata de un paso fundamental para los planes del Cabildo. Para esta segunda fase, no obstante, aún no hay un proyecto redactado aunque sí un estudio previo de las posibilidades.
La Capilla Real es una de las "más interesantes" de la Mezquita-Catedral y se sitúa junto a la de Villaviciosa. El templo data de 1371 y fue construido por encargo de Enrique II para enterrar a su padre, el rey Alfonso XI, y su abuelo, Fernando IV. Los monarcas ya no están en la capilla sino que reposan en San Hipólito. El arquitecto desveló que es uno de los grandes exponentes del arte mudéjar, ya que se trata de un capilla cristiana que fue realizada por artistas musulmanes. A pesar de que se levantó 400 años después de la de Villaviciosa, se trata de una "revisión" de este templo, explicó Rebollo, que es contemporánea a la Alhambra y tiene algunas reminiscencias al monumento granadino, así como a parte de los Reales Alcázares de Sevilla.
El arquitecto reconoció que "tenemos muchas ganas" de emprender esta obra, a pesar de las dificultades que puede entrañar una actuación de este tipo. Una de ellas es "que no sabemos lo que podemos encontrar", ya que a pesar de los estudios previos que se han realizado "la hora de la verdad llega cuando te pones manos a la obra". Otro inconveniente, aunque salvable, es la ubicación de la capilla, prácticamente en la parte central de la Mezquita-Catedral, lo que obligará a una reestructuración de los accesos. Una vez que comiencen las obras se construirá una cubierta provisional a la que se va a restaurar para no dejar la capilla al descubierto y evitar problemas relacionados con la meteorología como las precipitaciones propias de la primavera.
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