PUERTA Y PUENTE.
GRANADA HOY
Pórtugos, puerta de entrada a la alta
montaña y puente entre los ríos Poqueira y Trevélez Destaca la riqueza
de sus aguas y manantiales
La iglesia de Pórtugos, dedicada a Nuestra Señora de la Encarnación, domina la imagen del pueblo.
LA bella localidad alpujarreña de Pórtugos toma su nombre del
latín 'porta' (puerta, entrada, paso estrecho entre dos montes). Tiene
un enclave privilegiado entre los profundos barrancos del Poqueira y del
Trevélez que bajan desde el Veleta y el Mulhacén, en una loma
ensanchada y plana. El pueblo de Pórtugos tiene un envidiable
emplazamiento en la abrupta geografía de la Alpujarra, con sus amplios
bancales orientados al sur. La riqueza de sus aguas y manantiales, los
densos bosques de robles y encinas, junto a impresionantes castaños
centenarios invitan a recorrer este agraciado territorio, uno de los
asentamientos más antiguos de la comarca como puede deducirse del origen
de su denominación.
Bajo la dominación musulmana pertenecía a la Taha de Ferreira y era afamada por sus fértiles tierras de regadío y frutales así como por la producción de seda. La rebelión y posterior expulsión de los moriscos provocó su declive, que tardó en recuperar con la lenta llegada y adaptación de los repobladores y la puesta en funcionamiento de nuevo de acequias, molinos y huertas. La localidad mantiene la típica arquitectura alpujarreña con sus intrincadas calles, sus casas de piedra de la zona y los típicos tinaos, terraos y chimeneas.
El escudo del municipio es un resumen de la historia de esta localidad. Su huso recuerda a la potente industria sedera de la época musulmana. El encajado, hace referencia al topónimo ('portus', puerto o paso entre montañas). La fuente de cinco caños de plata hace referencia a Fuente Agria.
Bajo la dominación musulmana pertenecía a la Taha de Ferreira y era afamada por sus fértiles tierras de regadío y frutales así como por la producción de seda. La rebelión y posterior expulsión de los moriscos provocó su declive, que tardó en recuperar con la lenta llegada y adaptación de los repobladores y la puesta en funcionamiento de nuevo de acequias, molinos y huertas. La localidad mantiene la típica arquitectura alpujarreña con sus intrincadas calles, sus casas de piedra de la zona y los típicos tinaos, terraos y chimeneas.
El escudo del municipio es un resumen de la historia de esta localidad. Su huso recuerda a la potente industria sedera de la época musulmana. El encajado, hace referencia al topónimo ('portus', puerto o paso entre montañas). La fuente de cinco caños de plata hace referencia a Fuente Agria.
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