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La zona de recreo tiene un coste de unos 35.000 euros y es una necesidad vital para el disfrute de un centenar de pequeños
Los niños del barrio de Altos de La Zubia están de fiesta. Tras diez años sin columpios en condiciones, por fin disponen de un área recreativa en la que jugar y pasar un rato de asueto. Todo gracias a la labor de la nueva junta de la Entidad Urbanística de Conservación (EUC), que ha hecho un esfuerzo para hacer realidad el sueño de los pequeños. Laura, Carlos y Luis están encantados, igual que Claudia y Paula. Su madre, Rocío, dice que el parque que instaló la inmobiliaria estuvo siempre en malas condiciones.
Rocío vino con su familia a vivir a los Altos de La Zubia con la intención de levantar su casa, «en lo que nos vendieron como un proyecto maravilloso, con zona comercial y acceso a la futura autovía». Admite que le encanta donde vive, en un entorno inmejorable, que limita con el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada, pero que el problema es que desconocen la propiedad de muchas parcelas aunque «poco a poco se van arreglando las cosas».
Manuela Gallego preside la EUC, que tiene como finalidad el mantenimiento de los servicios públicos del barrio. Indica que el parque, con un coste de unos 35.000 euros, era una necesidad y un objetivo largamente deseado, vital para el disfrute del centenar de pequeños que habitan la zona. La promotora entregó una urbanización con un área infantil que no funcionaba, por lo que los vecinos han hecho un esfuerzo para tener un parque adaptado a la normativa vigente.
Cuotas trimestrales
Gallego asegura que se ha logrado ahorrando con las cuotas trimestrales. Dice que han tenido muchos problemas, «debido a la desidia», con vecinos que ni pagaban cuotas y que con mucho esfuerzo han puesto los pagos al día. El objetivo es que la gente compre hasta ocupar el 70% de los solares y así el Ayuntamiento asumiría por ley la conservación y el mantenimiento de las calles. Actualmente solo están ocupados el 25% de los terrenos, por lo que las familias tienen que continuar asumiendo el coste de los servicios y el arreglo de las zonas comunes. El edil de Urbanismo de la localidad, José Torregrosa, indica que el Consistorio trabaja para «integrar a estos vecinos, que han hecho un gran esfuerzo» sufragando el parque, sobre todo en época de crisis.
El objetivo es que la urbanización cuente con los servicios prometidos cuando compraron. Gallego mantiene que quedan muchas cosas por hacer y que los próximos proyectos se centran en el arreglo de los denominados vicios ocultos. Incluso algunas calles se están hundiendo. Desde este invierno, cuentan por fin con iluminación en las vías de acceso al barrio, gracias a la aportación municipal. «Queremos que nos consideren vecinos del pueblo», insiste la presidenta de la entidad.
El grupo inmobiliario Fadesa, ahora Martinsa Fadesa, entregó en 2004 la urbanización con la promesa de que tendría todos los equipamientos necesarios, pero la realidad ha sido distinta. El parque original estaba en malas condiciones y dejaba mucho que desear. Por eso tienen multitud de proyectos para mejorar la calidad de vida del barrio. Actualmente se negocia con la inmobiliaria, que ha pasado por un concurso de acreedores, para reclamar el arreglo de los desperfectos.
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