GRANADA HOY
LAS URGENCIAS EN NUESTRA GRANADA
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Todo esto ha contribuido en un deterioro en la asistencia al enfermo
Una mayoría de profesionales no está de acuerdo con la reordenación.

En esas condiciones nos vimos obligados a trabajar con
los enfermos, en un esfuerzo titánico para que todos esos problemas con
los que lidiábamos a diario no les pasaran factura. A pesar de nuestra
buena voluntad no hemos podido evitar que sufran las consecuencias de
este desaguisado, y es que además: las urgencias de Ruiz de Alda y PTS,
no son finalistas.
Es decir, no tenemos los especialistas básicos ni los
recursos (técnicos, camas,..) que estos precisan y que tiene cualquier
hospital general, por lo que, ante nuestra impotencia, los enfermos (en
las fases más agudas de su enfermedad) se trasladan en ambulancia arriba
y abajo por la autovía en busca del especialista que necesitan y/o de
la cama para ser ingresados.
En concreto, en hospital del PTS no disponemos de
cardiólogos, digestivos, neumólogos, nefrólogos, ginecólogos, pediatras,
oncólogos, unidad de paliativos, y la representación de urólogos y
cirujanos es simbólica, ya que no pueden abordar cualquier patología que
se presente. Por esta razón es imposible dar respuesta completa a los
pacientes urgentes con enfermedades de estas especialidades y nos vemos
obligados a derivarlos, tras estabilización, al Ruiz de Alda. A todos
los problemas previos se ha sumado en el PTS una reducción de plantilla
de trabajadores y una disminución de los medios estructurales (menor
número de consultas) y técnicos (menos TAC, ECO y RMN) con respecto a
los que había entre H. Clínico y H. de Traumatología antes de la fusión.
Por el contrario, en Ruiz de Alda no disponemos de
traumatólogos, neurólogos, oftalmólogos, otorrinos, vasculares,
dermatólogos y la centralización de la atención urgente en ese hospital
de todas las patologías médicas que antes estaban repartidas en dos
urgencias nos ha desbordado, por ser insuficientes los medios técnicos,
el espacio físico y los profesionales para atender a dicho incremento de
pacientes. Además la falta de camas está dilatando los ingresos, a
veces hasta 72 horas o más, lo que bloquea las urgencias y obliga en
otros casos al ingreso "in extremis" en H. Clínico (que aún no se ha
podido cerrar y subsiste en situación denigrante).
Todo esto ha contribuido al deterioro en la
asistencia al enfermo con una mayor demora en la misma, y un peligroso
riesgo de retraso en los diagnósticos e inicio de tratamientos adecuados
y aumento en las complicaciones, así como un empeoramiento en las
condiciones de trabajo de los profesionales (de urgencias y de otras
especialidades), que también acaba redundando negativamente en el
paciente.
Y, por último, este modelo sanitario impuesto lleva
implícito, sin duda, una deshumanización en la atención a los enfermos,
que no son números ni enfermedades aisladas. Por eso, los profesionales
somos defensores de los pacientes como un todo y necesitamos para
garantizar su mejor atención (segura, integral y digna) del trabajo en
equipo con el resto de las especialidades y de una dotación de plantilla
adecuada a las necesidades ya que la actual es, a todas luces,
insuficiente.
Por supuesto, como no podía ser de otra forma, de
todas estas situaciones es conocedora la Jefatura de Sección de
Urgencias de PTS y Caleta y la Dirección Gerencia del Complejo
Hospitalario.
Los profesionales de las urgencias hospitalarias de
Granada nos preguntamos si este modelo sanitario impuesto se corresponde
con el concepto de la medicina y de la atención al enfermo que dicha
Dirección-Gerencia y la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía
pretende primar en adelante. No parece, a la vista de las sucesivas
manifestaciones de la población, que los ciudadanos de Granada compartan
esa visión. Los profesionales, desde luego, no estamos de acuerdo y
queremos 2 hospitales completos con Cartera de Servicios diferenciadas y
Urgencias Finalistas en cada uno de ellos y entendiendo por completos
que cuenten, al menos, con la misma cartera de servicios que había en
cada hospital antes de la Reordenación Sanitaria.

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