Estado en el que quedó la bicicleta de Rafa Méndez, el ciclista que cayó por un desnivel.
/
m. h.
La
imagen de su bicicleta destrozada tras el atropello le lleva a intuir
las graves consecuencias que podría haber sufrido. Rafa Méndez, uno de
los dos ciclistas atropellados el martes por la mañana, apenas recuerda
lo sucedido. "Cada vez que la veo pienso: 'Madre mía de la que me he
librado'. Un compañero que pasaba por el lugar para ayudar me la
recogió. Gracias a Dios puedo contarlo", reconoce.
Tanto él como Lolo García, arrollado también,
presuntamente, por el mismo conductor, se preguntan todavía cómo siguen
"vivos". Ambos están convencidos de que han vuelto a "nacer" y esperan
que el presunto responsable del accidente, que fue detenido después de
dar positivo en las pruebas de alcoholemia y droga "escarmiente". El
individuo ha quedado en libertad a la espera de juicio.
Tuvimos suerte porque el resto iba a 15 metros. Nos podía haber tirado a todos"
Los cuatro deportistas, trabajadores de la Empresa
Malagueña de Transportes (EMT), comenzaron su ruta a las 9:45 en la zona
de La Malagueta para dirigirse a Torre del Mar. Circulaban uno delante
del otro. Rafa y Lolo se separaron para organizar una excursión hacia
Antequera. "Tuvimos suerte porque unos metros más atrás íbamos los
ciclistas agrupados. El resto estaba a unos 15 ó 20 de nosotros. El
vehículo nos podía haber tirado a todos", apostilla.
La jornada se truncó a los 25 minutos de salir, en la
curva de La Araña que da acceso a la Cala del Moral. Fue entonces
cuando oyeron un fuerte ruido que procedía de la zona de atrás. Al
girarse, vieron cómo un turismo circulaba, recalcaron, "dislocado". "Yo
iba el tercero, creía que era un camión. Cuando nos dimos cuenta lo
teníamos encima. Pensé que nos libraríamos por los rebotes que iba
dando, pero duró solo un segundo. Parecía que se alejaba y volvió a
chocar contra la valla. Sentí un porrazo", relata Rafa, que salió
despedido y cayó por un desnivel. Con dificultad, la siguiente imagen
que recuerda es la de un bombero que trataba de tranquilizarle y le
aseguraba que estaba ahí para ayudarle. Sólo atinaba a preguntar por sus
hijos, a los que pretendía recoger del colegio.
El automóvil que protagonizó los hechos también había
golpeado a Lolo, que ocupaba el cuarto lugar. "Vi que el coche estaba a
un metro de nosotros y dije: 'Dios, sálvame'. Pensaba que no nos podía
dar, pero lo hizo. Creo que saltamos por el quitamiedos. A Rafa lo lanzó
más lejos", precisa el ciclista. Cuando logró ponerse en pie, acudió a
auxiliar a su compañero, que, como él, estaba "en shock". "El vehículo
iba sin control ninguno. Chocó a un lado, luego a otro y después contra
nosotros", reconoce.
El del martes fue el segundo atropello que Rafa, que
ya se recupera en casa, ha sufrido en los últimos tres meses. Otro
conductor se saltó, según su testimonio, un ceda el paso y le hizo caer
al suelo. Fue más leve. Su indignación ahora estriba en saber que el
presunto autor superaba la tasa de alcohol permitida y pide "respeto
mutuo en las carreteras" .
También David Páez, que también forma parte del
grupo, critica "lo barato que sale atropellar a un ciclista" y que solo
"se considere una imprudencia". "Iba un metro más adelante que ellos y
eso me salvó la vida. Rafa tuvo la suerte de no quedarse atrapado entre
el coche y el quitamiedos, si no hablaríamos de otra cosa", destacó el
aficionado, que asegura sentirse "indefenso" cuando sale a practicar
este deporte.
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