Concluyen las obras de un zócalo con el que se pretenden evitar las humedades Nuevos elementos decorativos en las paredes del recinto
EDUARDO J. SUGRAÑES HUELVA | ACTUALIZADO 24.07.2016 - 01:00
El tiempo de verano suele ser bien aprovechado en las hermandades. No sólo este año en el que el Consejo no para preparando el Acto Misericordioso del 17 de septiembre. Más allá de los preparativos que las cofradías tengan que hacer para su salida en la Procesión Magna, este es un tiempo para atender aquellas cosas para las que durante el año, por aquello de la actividad propia de la cofradía y el culto a las imágenes, no se encuentra el momento oportuno.
En este mes de julio la Hermandad del Nazareno cerró su capilla. Dejó correr el gran cortinaje burdeos para unas labores de mantenimiento. Esto llevó consigo a tener la posibilidad de encontrarse más cerca con el Señor, casi un regalo en este tiempo de tranquilidad con la mirada tan cerca de Él. Tan cerca como pocas veces está al año y siempre para ocasiones importantes. Ahora unas obras en la capilla nos permitieron verle en esa sencillez acompañado por la Virgen de la Amargura y San Juan.
Unas obras necesarias para tratar de acabar con las humedades, lo que hasta ahora no se ha conseguido. Se realizó un zócalo con tratamiento especial antihumedades, provisto de una cámara de aire, con lo que se espera evitar los problemas de humedades que padecen y deslucen esta capilla.
Aprovechando las obras se mejoró la decoración de la capilla. En el arco de entrada, dos pergaminos de Domingo Franco, uno relata hechos importantes de la historia de la hermandad y, en el otro, da testimonio de que aquí, ante el sagrario y a los pies del Nazareno comenzó a latir la vocación religiosa del beato Marcelo Spínola. Del que hay una fotografía enmarcada en la capilla, al culto como Santa Ángela de la Cruz. Se tiene espacio para la Cruz de Jerusalén, que como titular de la Hermandad de la Madrugada aquí se expone. Rematan las columnas forradas en burdeos con dibujos alusivos a Huelva y a la historia de la hermandad, firmados por Pedro Gómez.
Sin olvidar los cuadros de los patronos de Huelva, la Virgen de la Cinta y San Sebastián.
Ahora el Señor preside de nuevo, como siempre, este lugar en el que tantos se encuentran con Él a diario.
En este mes de julio la Hermandad del Nazareno cerró su capilla. Dejó correr el gran cortinaje burdeos para unas labores de mantenimiento. Esto llevó consigo a tener la posibilidad de encontrarse más cerca con el Señor, casi un regalo en este tiempo de tranquilidad con la mirada tan cerca de Él. Tan cerca como pocas veces está al año y siempre para ocasiones importantes. Ahora unas obras en la capilla nos permitieron verle en esa sencillez acompañado por la Virgen de la Amargura y San Juan.
Unas obras necesarias para tratar de acabar con las humedades, lo que hasta ahora no se ha conseguido. Se realizó un zócalo con tratamiento especial antihumedades, provisto de una cámara de aire, con lo que se espera evitar los problemas de humedades que padecen y deslucen esta capilla.
Aprovechando las obras se mejoró la decoración de la capilla. En el arco de entrada, dos pergaminos de Domingo Franco, uno relata hechos importantes de la historia de la hermandad y, en el otro, da testimonio de que aquí, ante el sagrario y a los pies del Nazareno comenzó a latir la vocación religiosa del beato Marcelo Spínola. Del que hay una fotografía enmarcada en la capilla, al culto como Santa Ángela de la Cruz. Se tiene espacio para la Cruz de Jerusalén, que como titular de la Hermandad de la Madrugada aquí se expone. Rematan las columnas forradas en burdeos con dibujos alusivos a Huelva y a la historia de la hermandad, firmados por Pedro Gómez.
Sin olvidar los cuadros de los patronos de Huelva, la Virgen de la Cinta y San Sebastián.
Ahora el Señor preside de nuevo, como siempre, este lugar en el que tantos se encuentran con Él a diario.
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