-El 30% de los usuarios de Cáritas lleva más de tres años en exclusión- MALAGA HOY
Las atenciones bajaron en 5.000 con respecto a 2012 pero se aumentó en un 25% los recursos
Cristina Fernández
málaga
| Actualizado 19.06.2014 - 01:00
historias de desesperación, peticiones de ayuda, llamadas de socorro.
Estas son las personas que se atrevieron a tocar en las puertas de
Cáritas Diocesana de Málaga en 2013 para pedir, en un 96%, ayuda para la
alimentación. También empleo, ropa, pago de suministros o de vivienda.
Las atenciones en la institución bajaron en unos 5.000 usuarios con
respecto a 2012, cuando la cifra ascendía a unas 30.000. Sin embargo,
desde la organización dependiente del Obispado alertan de que el 30% de
dichas familias acuden desde hace más de tres años, por lo que la
exclusión se hace cada vez más profunda y su posibilidad de salir de
ella más difícil.
"Se está produciendo una cronificación de la pobreza y eso nos preocupa", explicó ayer el director de Cáritas. Otro extremo lo componen los que se acercan a la institución por primera vez. En 2013 conformaron el 20%, unas 5.000 personas. En la memoria del pasado año también se destaca que se han realizado más de 81.360 respuestas y acciones, la mayoría de asesoramiento y ayuda para alimentación, suministros y un 10% para vivienda. Cáritas aumentó en un 25% los recursos invertidos en acogida y atención social gracias al aumento de las aportaciones de los socios y donantes.
"Hay que destacar y agradecer con la boca llena que en esta época de mayor austeridad hayan aumentado las donaciones", dijo ayer Gabriel Leal, vicario para la Acción Caritativa. No sólo aumentaron en un 16,5% las aportaciones, sino que también se incrementaron en más de un 14% los donantes. "Las parroquias han conseguido más de 2,3 millones de euros a través de donativos de 10, 15, 50 euros, imaginad la cantidad de gente que hay detrás y cuánta generosidad", destacó Leal. En total, la institución ha gestionado más de 7,5 millones de euros, de los cuales la mitad ha sido por donación directa y el resto por concierto de plazas de residentes, subvenciones y convenios y las aportaciones de personas acogidas.
El perfil del usuario de 2013 sigue siendo el de años anteriores. "En su mayoría mujeres jóvenes con hijos a su cargo, son las que más voluntad y empeño tienen de salir, son las que dan el paso y asumen el rol de sacar la familia adelante", comentó Francisco Jiménez, secretario general de Cáritas Diocesana. Jiménez destacó que el alcance de las ayudas ofrecidas el pasado año es de unas 78.300 personas, "calculamos que en torno al 5% de la población malagueña". Y apuntó que "la pobreza acaba deteriorando a la persona, su sentido vital, sus relaciones familiares y acaba siendo preocupante". De hecho, el 57% de los usuarios declaró tener dificultades familiares, o bien porque no cuenta con una red de apoyo o porque ésta "se está deteriorando".
En Andalucía la exclusión ha alcanzado al 22% de la población en 2013 y el 44% de los hogares sufre una vulnerabilidad bastante grande. "Tenemos que hacer especial hincapié en el área de la formación para el empleo", subrayó el director de la entidad e incidió que "nos preocupa que sigan en exclusión cuando se mejore la situación económica porque les cueste más salir".
La memoria de 2013 también recoge que los centros sociosanitarios atendieron a 341 personas, 124 de ellos en el centro gerontológico El Buen Samaritano, 47 en el Hogar Pozo Dulce, 19 en la casa para enfermos de SIDA Colichet y un centenar en el centro penitenciario, entre otros espacios. Aunque la ayuda no sólo se ha quedado en Málaga. Se han invertido unos 209.000 euros en proyectos de cooperación internacional o campañas de emergencia.
"Cuando la gente llega aquí es porque ya ha agotado tres vías, la familia extensa, las prestaciones sociales y el tercer sector, las ONG", dijo el secretario general. "Por eso vienen muy desesperados y con unas expectativas muy grandes", agregó. Según Sánchez Heras, estas personas "sufren un deterioro en su dignidad que no se palia sólo con dinero, sino con cercanía, acompañamiento y calidez humana". De eso se encargan más de 1.400 personas, de los que el 90% son voluntarios.
"Se está produciendo una cronificación de la pobreza y eso nos preocupa", explicó ayer el director de Cáritas. Otro extremo lo componen los que se acercan a la institución por primera vez. En 2013 conformaron el 20%, unas 5.000 personas. En la memoria del pasado año también se destaca que se han realizado más de 81.360 respuestas y acciones, la mayoría de asesoramiento y ayuda para alimentación, suministros y un 10% para vivienda. Cáritas aumentó en un 25% los recursos invertidos en acogida y atención social gracias al aumento de las aportaciones de los socios y donantes.
"Hay que destacar y agradecer con la boca llena que en esta época de mayor austeridad hayan aumentado las donaciones", dijo ayer Gabriel Leal, vicario para la Acción Caritativa. No sólo aumentaron en un 16,5% las aportaciones, sino que también se incrementaron en más de un 14% los donantes. "Las parroquias han conseguido más de 2,3 millones de euros a través de donativos de 10, 15, 50 euros, imaginad la cantidad de gente que hay detrás y cuánta generosidad", destacó Leal. En total, la institución ha gestionado más de 7,5 millones de euros, de los cuales la mitad ha sido por donación directa y el resto por concierto de plazas de residentes, subvenciones y convenios y las aportaciones de personas acogidas.
El perfil del usuario de 2013 sigue siendo el de años anteriores. "En su mayoría mujeres jóvenes con hijos a su cargo, son las que más voluntad y empeño tienen de salir, son las que dan el paso y asumen el rol de sacar la familia adelante", comentó Francisco Jiménez, secretario general de Cáritas Diocesana. Jiménez destacó que el alcance de las ayudas ofrecidas el pasado año es de unas 78.300 personas, "calculamos que en torno al 5% de la población malagueña". Y apuntó que "la pobreza acaba deteriorando a la persona, su sentido vital, sus relaciones familiares y acaba siendo preocupante". De hecho, el 57% de los usuarios declaró tener dificultades familiares, o bien porque no cuenta con una red de apoyo o porque ésta "se está deteriorando".
En Andalucía la exclusión ha alcanzado al 22% de la población en 2013 y el 44% de los hogares sufre una vulnerabilidad bastante grande. "Tenemos que hacer especial hincapié en el área de la formación para el empleo", subrayó el director de la entidad e incidió que "nos preocupa que sigan en exclusión cuando se mejore la situación económica porque les cueste más salir".
La memoria de 2013 también recoge que los centros sociosanitarios atendieron a 341 personas, 124 de ellos en el centro gerontológico El Buen Samaritano, 47 en el Hogar Pozo Dulce, 19 en la casa para enfermos de SIDA Colichet y un centenar en el centro penitenciario, entre otros espacios. Aunque la ayuda no sólo se ha quedado en Málaga. Se han invertido unos 209.000 euros en proyectos de cooperación internacional o campañas de emergencia.
"Cuando la gente llega aquí es porque ya ha agotado tres vías, la familia extensa, las prestaciones sociales y el tercer sector, las ONG", dijo el secretario general. "Por eso vienen muy desesperados y con unas expectativas muy grandes", agregó. Según Sánchez Heras, estas personas "sufren un deterioro en su dignidad que no se palia sólo con dinero, sino con cercanía, acompañamiento y calidez humana". De eso se encargan más de 1.400 personas, de los que el 90% son voluntarios.
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