-AVALUNIÓN SURAVA APRUEBAN SU FUNCIÓN Y QUE LA FUTURA SEDE ESTE EN GRANADA- IDEAL.ES
consejos de ambas sociedades de garantía recíproca dan luz verde a la integración que pilotará Pablo Millán hasta los nuevos rectores la consideren consolidada
El complicado camino que durante años han recorrido Avalunión y Suraval, sociedades de garantía recíproca (SGR), de cara a fusionarse en una única entidad financiera al servicio de las pequeñas y medianas empresas andaluzas, ha cubierto finalmente su primera etapa con la decisión de sus respectivos consejos de aprobar la integración. El de Avalunión lo hizo el pasado viernes en la sede de la compañía en Granada. Ayer le tocó el turno al de Suraval, que hizo lo propio en Sevilla. Estas SGR son compañías financieras que juegan un papel muy destacado, dado que muchas pymes acuden a ellas como último recurso para obtener financiación de los bancos. Estas compañías les avalan a cambio de una pequeña comisión y consiguen así salvar a empresas que en caso contrario estarían abocadas al cierre.
A partir de este momento, se abre todo un recorrido legal que culminará cuando el Banco de España reciba la documentación preceptiva y autorice la integración. Unos trámites entre los que se encuentran la formulación del proyecto de fusión por parte de los dos consejos, una auditoría por una empresa consultora especializada y la preceptiva inscripción en el Registro Mercantil. El punto de no retorno será cuando las respectivas juntas generales de socios de ambas entidades aprueben la operación. Consejeros consultados por este periódico señalan que todo el proceso no estará culminado antes de que acabe el verano.
Futuras sedes
El domicilio social de la futura entidad resultante en el proceso de fusión estará en Granada, con lo que la presión de los empresarios de esta provincia al final ha dado sus frutos para evitar que se implantase en otra ciudad andaluza. Por lo que a la sede operativa, dirección general y servicios administrativos respecta, será Sevilla la que la albergue. Uno de los consejeros de Avalunión consultados ayer por este periódico, no ocultaba su satisfacción por el hecho de que la apuesta por Granada haya prosperado. «Hubiese sido un golpe duro el que la compañía resultante de la integración tuviera su sede central en otra provincia», afirma.
El puesto de director general de la nueva compañía lo desempeñará Pablo Millán, que ocupa este cargo en Suraval, hasta que el nuevo consejo de administración considere que la fusión se ha consolidado. Entonces y solo entonces, el consejo seleccionará a quien lo releve. El bagaje y experiencia de Millán no le descartan para esa segunda etapa, pero no se pueden excluir otros nombres de profesionales muy cualificados de la propia 'casa'.
Las plantillas que formen parte de Avalunión y Suraval en el momento en que se materialice la fusión, seguirán en sus puestos.La única cuestión que ha quedado sin desvelar después de la decisión adoptada por los consejos de Avalunión y Suraval, es quién será el nuevo presidente. Lo único que se conoce es que será un empresario con sobrada experiencia. Será éste el llamado a pilotar la nueva compañía. A nadie se le escapa que la Junta de Andalucía tendrá mucho que decir al respecto, puesto que contará con mayoría en la composición del futuro consejo de administración de la empresa financiera que nazca de la fusión. Fuentes consultadas aseguran que la Junta habrá de valorar que sea una persona de consenso, capaz de sumar apoyos de las ocho confederaciones empresariales andaluzas.
En lo que respecta a los socios actuales que forman parte de ambas compañías, tanto empresarios como cajas de ahorros, cajas rurales, Junta, pasarán a formar parte del capital social de la nueva empresa. Nadie, por tanto, quedará excluido y el papel a desempeñar por parte de la Administración andaluza tendrá la misma relevancia que en la actualidad o mayor aún si cabe.
Normativa
Otro escollo que salvará la integración de ambas compañías es el que deriva de la Ley 14/2013 de apoyo a los emprendedores y su internacionalización. Esta normativa, en su artículo 35, establece para las sociedades de garantía recíproca que la cifra de capital social mínimo y la de recursos propios computables, no podrá ser inferior a diez y quince millones de euros, respectivamente. Por otro lado, la Disposición Final Decimotercera establece que lo previsto en el artículo 35 entre en vigor a los nueve meses de su publicación en el BOE. Es decir, a finales de junio próximo.
Pero ante la certeza de que este plazo era inasumible por parte de la mayor parte de las SGR españolas, el propio Gobierno admitió una propuesta de alargar el mismo. Según ha podido saber este periódico, el cambio en la ley se encuentra ya en el Senado. Habrá de volver al Congreso y lo más probable es que se apruebe sin mayores problemas. Este tipo de entidades financieras tendrían así margen hasta febrero próximo para ampliar su capital.
En el caso que nos ocupa -siempre según las fuentes consultadas- ya no será necesario, puesto que al sumar el que tiene Avalunión con el de Suraval se cubren las exigencias antes mencionadas. Otra cuestión que queda así despejada.
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