CÁRITAS MEJORA OPORTUNIDADES DE EMPLEO DE 1.795 PARADOS GRANADINOS IDEAL.ES
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Más de la tercera parte obtuvo un trabajo estable durante el pasado año y el resto logró formarse para acceder al mercado
Cáritas Diocesana de Granada no ha bajado la guardia en su labor en
favor de los más necesitados. Y una de sus principales líneas de trabajo
es la de ayudar precisamente a quienes no lo tienen. El balance del
pasado año da fiel reflejo de ello, pues esta organización ‘acompañó’ a
1.795 personas en situación de paro para que se formaran y tuviesen una
oportunidad real de encontrar un puesto de labor. De todas esas
personas, 415 lograron finalmente un puesto en empresas granadinas.
La mejora de la ‘empleabilidad’ es el objetivo fundamental de este programa concreto de la ONG, que aglutina las labores directas de 1.200 voluntarios de las 104 organizaciones parroquiales presentes en la provincia y del equipo de técnicos que gestionan las líneas de actuación del Programa Diocesano de Empleo.
Este trabajo de los servicios de empleo de Cáritas ha permitido llevar a cabo acciones de orientación pensadas para motivar y mejorar la empleabilidad de las personas. Durante 2014, 1.075 personas participaron en los Servicios de Orientación Laboral, incorporándose al mercado laboral un total de 170 personas.
Junto a los programas anteriores, las acciones de intermediación constituyeron un puente entre las personas que buscaban trabajo y las ofertas de empleo de las empresas. Así, Cáritas atendió en este campo a 652 solicitantes, ayudando a 72 parados a incorporarse a un trabajo.
Los espacios de formación, por su parte, tuvieron como objetivo prioritario el aprendizaje de un oficio o la mejora del mismo a través de cursos, talleres o módulos, concebidos de acuerdo a las diferentes necesidades de las personas. 237 personas pudieron mejorar su perfil laboral. El 100% de estas acciones formativas incluyeron prácticas no laborales en empresas del sector de la ocupación en la que se formaban esas personas. Cabe destacar que 40 jóvenes en riesgo de exclusión, hicieron prácticas en diferentes empresas. La inserción laboral desde este ámbito fue muy exitosa, ya que 167 alumnos lograron incorporarse al mercado laboral, lo que supuso un 70% de inserción del total de alumnos que finalizaron la formación.
La ONG también apoyó iniciativas de autoempleo para aquellas personas dispuestas a iniciar una actividad económica como autónomos o bien formando una empresa o una cooperativa. En total, 235 personas participaron en estas acciones (sesiones de formación y asesorías técnicas individualizadas) y se pusieron en marcha 6 proyectos en diferentes sectores laborales.
En el tramo de edad de los beneficiarios, aumentó el tramo de 30 a 34 años con respecto a 2013, y por el contrario, disminuyó en el resto de los tramos de 35 a 49 años, de 50 a 54, y de 55 a 64.
La mayoría de la población parada atendida contaba con estudios primarios o secundarios, por lo que el nivel formativo de los participantes sigue siendo muy bajo, lo que dificultaba su inserción en el mercado laboral. Cáritas constató que, aún siendo esta la realidad, en los participantes se produjo un cambio importante respecto a la necesidad de poseer una formación que favorezca su incorporación o reincorporación al mercado laboral.
La mejora de la ‘empleabilidad’ es el objetivo fundamental de este programa concreto de la ONG, que aglutina las labores directas de 1.200 voluntarios de las 104 organizaciones parroquiales presentes en la provincia y del equipo de técnicos que gestionan las líneas de actuación del Programa Diocesano de Empleo.
Este trabajo de los servicios de empleo de Cáritas ha permitido llevar a cabo acciones de orientación pensadas para motivar y mejorar la empleabilidad de las personas. Durante 2014, 1.075 personas participaron en los Servicios de Orientación Laboral, incorporándose al mercado laboral un total de 170 personas.
Junto a los programas anteriores, las acciones de intermediación constituyeron un puente entre las personas que buscaban trabajo y las ofertas de empleo de las empresas. Así, Cáritas atendió en este campo a 652 solicitantes, ayudando a 72 parados a incorporarse a un trabajo.
Los espacios de formación, por su parte, tuvieron como objetivo prioritario el aprendizaje de un oficio o la mejora del mismo a través de cursos, talleres o módulos, concebidos de acuerdo a las diferentes necesidades de las personas. 237 personas pudieron mejorar su perfil laboral. El 100% de estas acciones formativas incluyeron prácticas no laborales en empresas del sector de la ocupación en la que se formaban esas personas. Cabe destacar que 40 jóvenes en riesgo de exclusión, hicieron prácticas en diferentes empresas. La inserción laboral desde este ámbito fue muy exitosa, ya que 167 alumnos lograron incorporarse al mercado laboral, lo que supuso un 70% de inserción del total de alumnos que finalizaron la formación.
La ONG también apoyó iniciativas de autoempleo para aquellas personas dispuestas a iniciar una actividad económica como autónomos o bien formando una empresa o una cooperativa. En total, 235 personas participaron en estas acciones (sesiones de formación y asesorías técnicas individualizadas) y se pusieron en marcha 6 proyectos en diferentes sectores laborales.
Economía social
El último de los segmentos en el que ha trabajado Cáritas para
explorar nuevas posibilidades de empleo social fue el apoyo a
iniciativas de economía social, como el proyecto de huertos solidarios
‘Sembrando oportunidades’ que gestiona en Motril. Este persigue la
cualificación de los participantes en un oficio a través de una
formación en distintas especialidades agrícolas que les permitan acceder
al mercado laboral por cuenta ajena o por cuenta propia. Durante el
primer año de vida de este proyecto, 2014, se ha conseguido la
incorporación al mercado laboral de cinco de los ocho participantes en
el programa.
Perfiles definidos
Por lo que respecta al perfil de los parados atendidos por Cáritas,
nuevamente la mayoría ha correspondido a mujeres. Más aún en 2014, donde
se incrementó en un 4% con respecto a los hombres. En cuanto al número
de inmigrantes, ascendió a 309 –17% de la población total atendida– y el
de españoles 1.486 –83%–, lo que supone una disminución de los primeros
con respecto al año 2013 del 5% y confirma la tendencia de abandono de
Granada. En el tramo de edad de los beneficiarios, aumentó el tramo de 30 a 34 años con respecto a 2013, y por el contrario, disminuyó en el resto de los tramos de 35 a 49 años, de 50 a 54, y de 55 a 64.
La mayoría de la población parada atendida contaba con estudios primarios o secundarios, por lo que el nivel formativo de los participantes sigue siendo muy bajo, lo que dificultaba su inserción en el mercado laboral. Cáritas constató que, aún siendo esta la realidad, en los participantes se produjo un cambio importante respecto a la necesidad de poseer una formación que favorezca su incorporación o reincorporación al mercado laboral.
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