Seguir la dieta mediterránea incluyendo aceite de oliva y frutos secos tiene los mismos efectos sobre el peso que un régimen carente de grasa.
Los investigadores llegaron a esta conclusión al comparar la dieta mediterránea clásica con una dieta control basada en consejos para reducir la grasa de la dieta. En la investigación, a los 7.447 participantes se les asignaron al azar a tres dietas. Dos de ellas eran mediterráneas, ricas en grasa vegetal, una suplementada con aceite de oliva virgen extra y otra con frutos secos.
El tercer grupo fue asignado a la dieta convencional recomendada para la prevención cardiovascular, una dieta baja en todo tipo de grasas. Después de 5 años, como promedio, los participantes en los tres grupos perdieron peso. El grupo que siguió la dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva fue el que mayor reducción de peso registró (0,88 kg), seguido por la dieta baja en grasas (0,60 kg) y el grupo de frutos secos (0,40 kg).
Estos resultados han sido publicados en la revista especializada The Lancet Diabetes & Endocrinology, y aportan una evidencia de primer nivel respecto a que las dietas ricas en grasas vegetales no producen aumentos de peso o adiposidad visceral.
"Más de 40 años de política nutricional recomendando dietas bajas en grasa para la salud, ha tenido un escaso impacto en la epidemia de la obesidad", afirmó el autor principal del estudio, Dr. Ramón Estruch, de la Universidad de Barcelona. "La dieta mediterránea tiene reconocidos beneficios e incluye grasas saludables como las presentes en el aceite de oliva, los frutos secos y el pescado", añade el doctor Estruch.
"En relación con los frutos secos en general y las nueces en particular, hay numerosas evidencias de estudios epidemiológicos y clínicos sobre el hecho de que su consumo podría ayudar a perder peso si se añaden a dietas hipocalóricas en pacientes con sobrepeso u obesidad", asegura el doctor Emilio Ros, coautor y coordinador de la intervención nutricional en el estudio.
Los autores creen que este efecto reductor podría explicarse por el efecto saciedad que producen los frutos secos, su menor biodisponibilidad de energía (grasa) y la mayor oxidación de las grasas insaturadas de los frutos secos que hace que éstas se almacén en los tejidos en una proporción menor a otras grasas.
El ensayo Predimed ha sido financiado en su totalidad con fondos públicos del Instituto de Salud Carlos III, a través de las redes de investigación cooperativa CIBER Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición y RTIC RD06/0045. El ensayo Predimed ha contado con asesoramiento externo de profesores de las universidades de Columbia, Harvard y Loma Linda y del estudio EPIC de España.
"Debemos abandonar el mito de que los productos bajos en grasas y calorías conducen a una menor ganancia de peso. Esta ilusión lleva a políticas paradógicas que prohíben la leche entera, mientras permiten leche desnatada endulzada con azúcar y, a su vez, obligan a los fabricantes de alimentos, minoristas y restaurantes a eliminar la grasas saludables derivadas de vegetales de comidas y productos, mientras se comercializan productos bajos en grasa de dudoso valor para la salud", explican los expertos.
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