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La temporada crítica empezó en febrero con el ciprés y continúa cinco meses después con el olivo en niveles extremos
Hagamos un pequeño recorrido por esos puntos críticos para este colectivo dentro de Granada. El 'cupresus sempervirens' y el 'cupresus arizónica', las dos variedades de cipreses más habituales en Granada, se pueden encontrar por todas partes. Aunque hay concentraciones especialmente relevantes en Fuente Nueva, en el Campo del Príncipe o en el Albaicín. Se han plantado tantos por estos lares que Granada es uno de los municipios dentro de España donde se registra una mayor incidencia a este alérgeno. Y el principal motivo de esta expansión es ornamental. Donde antes se levantaban tapias para delimitar casas, ahora se coloca este árbol. El 'plantago' (plátano de sombra) también está muy extendido en Granada. Además, en enclaves preferentes y muy transitados como el eje que forma el paseo de la Virgen de las Angustias y el Salón. Los hay con más de cien años y se sembraron en su día porque, además de que el clima de Granada favorece su desarrollo vegetativo, sus densas copas propician mucha sombra. Respecto a los álamos, son menos frecuentes en las calles -sí hay algunos en el parque García Lorca, por ejemplo-, pero sí hay grandes extensiones en toda la Vega de Granada. Unas cinco mil hectáreas.
'Normalidad' en urgencias
A pesar de que ha habido días realmente complicados, el número de
casos atendidos en los servicios de urgencias de atención primaria ha
sido similar al de campañas anteriores. En este sentido, según fuentes
de Salud, la labor que desarrollan los médicos de familia está siendo
muy importante. Igual que los especialistas. El alergólogo Luis Jáimez
comenta que, en efecto, la floración se ha retrasado unas dos semanas
respecto a los ciclos habituales. Jáimez explica que estamos ante una
patología «con un origen genético», aunque sí que concurren una serie de
circunstancias que la potencian. Destacan dos. «Una se vincula
directamente con el progreso y con una mejora de las condiciones de
salubridad propias de los países desarrollados, lo que reduce la
estimulación del sistema inmunológico», asegura Jáimez. Otros factores
que repercuten de forma negativa son las elevadas tasas de contaminación
atmosférica, un problema especialmente preocupante en Granada. Hay
otros que se relacionan más con el sentido común, como una mayor
exposición, más o menos evitable, a las sustancias que pueden
desencadenar una reacción alérgica.
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