EL CIERRE DE LOS POZOS RECONCILIA LA AGRICULTURA CON DOÑANA HUELVA INFORMACIÓN
Las infraestructuras que permiten el
trasvase de 4,9 hm3 son el primer paso para atender la demanda de los
empresarios Hasta el momento se ha acabado con 400 tomas ilegales
La falta de infraestructuras de riego provocó que el regadío en
El Condado fuese percibido con recelo por parte de las administraciones y
entidades conservacionistas, al implicar la pérdida de una parte
importante de los acuíferos que alimentan un ecosistema como Doñana. A
pesar de los esfuerzos del sector por mimar cada gota y multiplicar la
potencialidad de un recurso finito como el agua, no ha sido fácil
disociar la imagen de la pugna entre desarrollo económico y
medioambiente, por la colisión de sendos intereses que llegaron a
generar un cierto divorcio entre la sociedad y un Parque Nacional que es
un orgullo y joya de la naturaleza en Europa.
La materialización de las infraestructuras que permiten a día de hoy canalizar los 4,9 hectómetros cúbicos desde la cuenca del Odiel-Tinto-Piedras a la del Guadalquivir representan el primer paso para acabar con las fricciones y prender el idilio que desde tiempos inmemoriales han tenido Doñana y sus gentes. Aun así, han tenido que pasar más de treinta años para que las distintas administraciones atiendan las demandas de los agricultores, que desde la década de los ochenta vienen creando riqueza en torno a los frutos rojos.
De momento, ya son más de 400 los pozos que se han cerrado. Y le seguirán muchos más una vez se materialice el trasvase de 14,9 hectómetros que cubrirá todas las necesidades de las 9.814 hectáreas recogidas en el Plan de Regadíos de la Corona Norte de Doñana. En este documento, tras más de diez años desde la aprobación del Potad (2004), que ponía techo a la expansión del regadío, la Consejería de Medio Ambiente regula las 64.000 hectáreas de este espacio en los términos municipales de Almonte, Rociana del Condado, Bonares, Lucena del Puerto y Moguer.
Este ordenamiento contrasta con el que se produce en la zona de Sevilla, y más concretamente en Aznalcázar, donde la anarquía sigue imperando en los parajes Hato Blanco y Hato Ratón Viejo, de donde se extraen 13 millones de metros cúbicos por año. Esto supone el 15% de las extracciones ilegales del acuífero, con las que las administraciones se muestran incapaces de aplicar las diferentes sentencias judiciales que abogan por cortar el suministro y sancionar a las empresas.
En Huelva, los 4,9 hectómetros cúbicos del Guadiana alimentarán 724,25 hectáreas de regadío, lo que se traducirá en el cierre completo de 400 pozos. Será sólo el principio. La futura transferencia de 14,9 hectómetros permitirá que vaya recibiendo agua el resto de campos agrícolas
Para Emilia Gómez huelga decir que el agua es "el elemento primordial" y consustancial de la agricultura pero, sobretodo, es la garantía y el combustible de un motor económico que sustenta a toda una comarca. Esta situación ha acarreado que durante los periodos más secos se vieran obligados a retrasar la plantación, cruzando siempre los dedos a la espera de que lloviera para que la tierra tuviera las condiciones idóneas. Pero lo peor de todo, añade, fueron las campañas en las que "tuvimos que abandonar prematuramente la recolección", cuando la primavera se mostraba rácana en precipitaciones. Para más inri, el agua que extraían del subsuelo carece de la misma calidad que la superficial, sobre todo cuando flaquea el nivel freático de los pozos.
Emilia pertenece a la tercera generación de una empresa que lleva treinta años en el sector: tomó sus riendas de su padre, José María, que a su vez lo hizo de su abuelo. Ella ha visto cumplido un viejo sueño de ambos: contar con agua superficial para alimentar 45 hectáreas de las que viven ella y sus dos hermanas. Con las infraestructuras considera que dejarán de trabajar "al filo de la navaja y a merced de la climatología".
Antonio Tirado es otro de los beneficiarios de la transferencia entre cuencas. El agricultor lucenero considera un paso primordial "por las garantías que nos ofrece" y también por la seguridad jurídica que implica tener unos derechos de agua de los que hasta ahora se habían visto privados. En cualquier caso, se solidariza con los 200 agricultores que al no estar recogidos en la Declaración de Impacto Ambiental no pueden tener agua aun a pesar de contar con todos los requisitos legales.
En cuanto a los beneficios medioambientales el cierre de pozos permitirá que se dejen de extraer ya mismo 4,9 hectómetros cúbicos anuales. Eso, unido a los derechos de otros 6,9 tras la adquisición de la finca Los Mimbrales y los futuros 14,9 desde la cuenca Tinto-Odiel-Piedras que se materializarán cuando el futuro Gobierno de España apruebe el trasvase, supone garantizar las demandas hídricas de un ecosistema como Doñana.
Cristóbal Picón, presidente de la Plataforma en Defensa de los Regadíos, ahonda en este análisis y el papel que el cierre de los pozos tendrá para la mejora del acuífero, si bien considera que "ningún informe del IGME [Instituto Geológico y Minero de España] determina un descenso de los niveles piezométricos".
En cualquier caso, Picón reconoce que los trasvases son la solución idónea para reconciliar ambos intereses, ya que "Huelva dispone de agua embalsada para los próximos seis años". De ahí que insista en que el único contratiempo ha estado motivado por que no se materializaran las infraestructuras que han sido financiadas con fondos europeos.
Picón también avanzó que en unos días El Condado recibirá las 2.700 hectáreas que contarán con concesiones en precario de agua subterránea, a expensas de que "el futuro Gobierno de España dé curso al anteproyecto de Ley, que nos dicen que está redactado para el transvase de 14,9 hectómetros cúbicos que garantizará el 100% de las necesidades de agua e implicará el cierre de todos los pozos".
La materialización de las infraestructuras que permiten a día de hoy canalizar los 4,9 hectómetros cúbicos desde la cuenca del Odiel-Tinto-Piedras a la del Guadalquivir representan el primer paso para acabar con las fricciones y prender el idilio que desde tiempos inmemoriales han tenido Doñana y sus gentes. Aun así, han tenido que pasar más de treinta años para que las distintas administraciones atiendan las demandas de los agricultores, que desde la década de los ochenta vienen creando riqueza en torno a los frutos rojos.
De momento, ya son más de 400 los pozos que se han cerrado. Y le seguirán muchos más una vez se materialice el trasvase de 14,9 hectómetros que cubrirá todas las necesidades de las 9.814 hectáreas recogidas en el Plan de Regadíos de la Corona Norte de Doñana. En este documento, tras más de diez años desde la aprobación del Potad (2004), que ponía techo a la expansión del regadío, la Consejería de Medio Ambiente regula las 64.000 hectáreas de este espacio en los términos municipales de Almonte, Rociana del Condado, Bonares, Lucena del Puerto y Moguer.
Este ordenamiento contrasta con el que se produce en la zona de Sevilla, y más concretamente en Aznalcázar, donde la anarquía sigue imperando en los parajes Hato Blanco y Hato Ratón Viejo, de donde se extraen 13 millones de metros cúbicos por año. Esto supone el 15% de las extracciones ilegales del acuífero, con las que las administraciones se muestran incapaces de aplicar las diferentes sentencias judiciales que abogan por cortar el suministro y sancionar a las empresas.
En Huelva, los 4,9 hectómetros cúbicos del Guadiana alimentarán 724,25 hectáreas de regadío, lo que se traducirá en el cierre completo de 400 pozos. Será sólo el principio. La futura transferencia de 14,9 hectómetros permitirá que vaya recibiendo agua el resto de campos agrícolas
Para Emilia Gómez huelga decir que el agua es "el elemento primordial" y consustancial de la agricultura pero, sobretodo, es la garantía y el combustible de un motor económico que sustenta a toda una comarca. Esta situación ha acarreado que durante los periodos más secos se vieran obligados a retrasar la plantación, cruzando siempre los dedos a la espera de que lloviera para que la tierra tuviera las condiciones idóneas. Pero lo peor de todo, añade, fueron las campañas en las que "tuvimos que abandonar prematuramente la recolección", cuando la primavera se mostraba rácana en precipitaciones. Para más inri, el agua que extraían del subsuelo carece de la misma calidad que la superficial, sobre todo cuando flaquea el nivel freático de los pozos.
Emilia pertenece a la tercera generación de una empresa que lleva treinta años en el sector: tomó sus riendas de su padre, José María, que a su vez lo hizo de su abuelo. Ella ha visto cumplido un viejo sueño de ambos: contar con agua superficial para alimentar 45 hectáreas de las que viven ella y sus dos hermanas. Con las infraestructuras considera que dejarán de trabajar "al filo de la navaja y a merced de la climatología".
Antonio Tirado es otro de los beneficiarios de la transferencia entre cuencas. El agricultor lucenero considera un paso primordial "por las garantías que nos ofrece" y también por la seguridad jurídica que implica tener unos derechos de agua de los que hasta ahora se habían visto privados. En cualquier caso, se solidariza con los 200 agricultores que al no estar recogidos en la Declaración de Impacto Ambiental no pueden tener agua aun a pesar de contar con todos los requisitos legales.
En cuanto a los beneficios medioambientales el cierre de pozos permitirá que se dejen de extraer ya mismo 4,9 hectómetros cúbicos anuales. Eso, unido a los derechos de otros 6,9 tras la adquisición de la finca Los Mimbrales y los futuros 14,9 desde la cuenca Tinto-Odiel-Piedras que se materializarán cuando el futuro Gobierno de España apruebe el trasvase, supone garantizar las demandas hídricas de un ecosistema como Doñana.
Cristóbal Picón, presidente de la Plataforma en Defensa de los Regadíos, ahonda en este análisis y el papel que el cierre de los pozos tendrá para la mejora del acuífero, si bien considera que "ningún informe del IGME [Instituto Geológico y Minero de España] determina un descenso de los niveles piezométricos".
En cualquier caso, Picón reconoce que los trasvases son la solución idónea para reconciliar ambos intereses, ya que "Huelva dispone de agua embalsada para los próximos seis años". De ahí que insista en que el único contratiempo ha estado motivado por que no se materializaran las infraestructuras que han sido financiadas con fondos europeos.
Picón también avanzó que en unos días El Condado recibirá las 2.700 hectáreas que contarán con concesiones en precario de agua subterránea, a expensas de que "el futuro Gobierno de España dé curso al anteproyecto de Ley, que nos dicen que está redactado para el transvase de 14,9 hectómetros cúbicos que garantizará el 100% de las necesidades de agua e implicará el cierre de todos los pozos".
Comentarios
Publicar un comentario