EL FISCAL PIDE 8 AÑOS PARA EL PARRICIDA DE ARMILLA Y SU INTERNAMIENTO PSIQUIÁTRICO GRANADA HOY
Concluye que el crimen fue un asesinato,
pero solicita menos cárcel porque aprecia un trastorno paranoide en el
acusado Reclama 150.000 euros de indemnización para cada hija
Hasta en quince ocasiones golpeó con un hacha Juan de Dios
Herrera, de 74 años, a su mujer Otilia Márquez , de 68, la madrugada del
17 de agosto del año pasado. Lo hizo aprovechando "la total
indefensión" de la víctima, que "estaba acostada y dormida en la cama" y
no pudo reaccionar ni defenderse. Por eso, la Fiscalía ha calificado
el crimen, que ocurrió en Armilla, de asesinato "con alevosía y
ensañamiento", y pide que se impongan al procesado 8 años de prisión y
su internamiento psiquiátrico durante un "período máximo de 25 años".
Granada Hoy ha tenido acceso al escrito de conclusiones provisionales de la Sección contra la Violencia sobre la Mujer de la Fiscalía Provincial de Granada, fechado el 27 de junio. En él, el Ministerio Público, a la hora de fijar la pena, tiene en cuenta que "el acusado padece un trastorno delirante de contenido paranoide y celotípico que altera gravemente sus facultades intelectuales y volitivas". Esta alteración mental es considerada una eximente incompleta, pues pudo influir en el terrible acto machista que cometió, y de ahí a que se solicite una pena menor a la que normalmente lleva aparejada un delito de sangre tan grave como este.
Es por ello, y ante la posibilidad de que reiterase en un futuro una conducta de este tipo, que la Fiscalía reclama, junto a la pena privativa de libertad, la referida medida de internamiento, a la que seguiría otra medida de "libertad vigilada durante otros cinco años", consistente en tratamiento médico externo.
El encierro del septuagenario, que se encuentra en prisión provisional desde el crimen, sería en un centro psiquiátrico penitenciario "como medida de seguridad". Y no podría abandonarlo "sin autorización judicial".
Además de la acusación pública, en la causa hay otra acusación, la particular, que ejercen las dos hijas del matrimonio que no vivían ya con ellos. Para cada una, la Fiscalía reclama una indemnización de 150.000 euros "por daño moral por la muerte de su madre".
Aparte del trastorno mental que los forenses han apreciado que padece, la Fiscalía tiene también en cuenta como atenuante el "arrepentimiento espontáneo" del parricida, que llamó a la Guardia Civil para anunciar que iba a suicidarse. Igualmente, aprecia la agravante de parentesco.
Según el relato que incluye el escrito, el matrimonio tenía su domicilio en la calle Alberto Sols de Armilla, en el número 1, en una zona residencial muy próxima al Centro Comercial Nevada. El crimen ocurrió sobre las 5:00 horas. Juan de Dios se dirigió a la cochera de su casa y allí cogió un hacha de 40 centímetros de largo y 4 de ancho, con una cabeza de 14,5 centímetros de ancho y grosor de dos. El arma tenía "una zona de corte de 10 centímetros y un afilado de precisión". Con ella fue hacia el dormitorio, donde Otilia estaba acostada.
El hombre actuó entonces "con el decidido propósito de acabar con la vida de su esposa", y le asestó la quincena de hachazos, parte de ellos en la cara y el cuello.
Acto seguido, el procesado "enjuagó el hacha, se lavó las manos y el pecho, y se sentó en la cochera durante más de una hora". La llamada a la Guardia Civil se produjo, según detalla la fiscal, a las 6:45 horas. Dijo que acudieran "porque quería pegarse un tiro". Cuando los agentes llegaron a la vivienda conversaron con él y "al preguntarle por su esposa, el acusado les manifestó que la había golpeado con un hacha y que estaba en el dormitorio". Allí la encontraron.
Para la Fiscalía, Juan de Dios, "por el número de golpes que asestó con el hacha a su mujer, pretendió aumentar deliberada e inhumanamente el dolor y sufrimiento de la víctima antes de su fallecimiento".
El juicio se ha tramitado como un caso de jurado, por lo que será un tribunal popular, integrado por nueve personas y dos suplentes, el que decida la suerte que debe correr el parricida. Será en la Audiencia. El teléfono contra el maltrato es el 016.
Granada Hoy ha tenido acceso al escrito de conclusiones provisionales de la Sección contra la Violencia sobre la Mujer de la Fiscalía Provincial de Granada, fechado el 27 de junio. En él, el Ministerio Público, a la hora de fijar la pena, tiene en cuenta que "el acusado padece un trastorno delirante de contenido paranoide y celotípico que altera gravemente sus facultades intelectuales y volitivas". Esta alteración mental es considerada una eximente incompleta, pues pudo influir en el terrible acto machista que cometió, y de ahí a que se solicite una pena menor a la que normalmente lleva aparejada un delito de sangre tan grave como este.
Es por ello, y ante la posibilidad de que reiterase en un futuro una conducta de este tipo, que la Fiscalía reclama, junto a la pena privativa de libertad, la referida medida de internamiento, a la que seguiría otra medida de "libertad vigilada durante otros cinco años", consistente en tratamiento médico externo.
El encierro del septuagenario, que se encuentra en prisión provisional desde el crimen, sería en un centro psiquiátrico penitenciario "como medida de seguridad". Y no podría abandonarlo "sin autorización judicial".
Además de la acusación pública, en la causa hay otra acusación, la particular, que ejercen las dos hijas del matrimonio que no vivían ya con ellos. Para cada una, la Fiscalía reclama una indemnización de 150.000 euros "por daño moral por la muerte de su madre".
Aparte del trastorno mental que los forenses han apreciado que padece, la Fiscalía tiene también en cuenta como atenuante el "arrepentimiento espontáneo" del parricida, que llamó a la Guardia Civil para anunciar que iba a suicidarse. Igualmente, aprecia la agravante de parentesco.
Según el relato que incluye el escrito, el matrimonio tenía su domicilio en la calle Alberto Sols de Armilla, en el número 1, en una zona residencial muy próxima al Centro Comercial Nevada. El crimen ocurrió sobre las 5:00 horas. Juan de Dios se dirigió a la cochera de su casa y allí cogió un hacha de 40 centímetros de largo y 4 de ancho, con una cabeza de 14,5 centímetros de ancho y grosor de dos. El arma tenía "una zona de corte de 10 centímetros y un afilado de precisión". Con ella fue hacia el dormitorio, donde Otilia estaba acostada.
El hombre actuó entonces "con el decidido propósito de acabar con la vida de su esposa", y le asestó la quincena de hachazos, parte de ellos en la cara y el cuello.
Acto seguido, el procesado "enjuagó el hacha, se lavó las manos y el pecho, y se sentó en la cochera durante más de una hora". La llamada a la Guardia Civil se produjo, según detalla la fiscal, a las 6:45 horas. Dijo que acudieran "porque quería pegarse un tiro". Cuando los agentes llegaron a la vivienda conversaron con él y "al preguntarle por su esposa, el acusado les manifestó que la había golpeado con un hacha y que estaba en el dormitorio". Allí la encontraron.
Para la Fiscalía, Juan de Dios, "por el número de golpes que asestó con el hacha a su mujer, pretendió aumentar deliberada e inhumanamente el dolor y sufrimiento de la víctima antes de su fallecimiento".
El juicio se ha tramitado como un caso de jurado, por lo que será un tribunal popular, integrado por nueve personas y dos suplentes, el que decida la suerte que debe correr el parricida. Será en la Audiencia. El teléfono contra el maltrato es el 016.
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