CAE UNA BANDA DE LADRONES ESPECIALISTA EN EL ROBO DE COBRE SUCESOS
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La Guardia Civil detiene a diez personas e imputa a otras cuatro en la operación Solatec
La
banda de ladrones de cobre desmantelada la semana pasada por la Guardia
Civil llegó a asaltar más de veinte instalaciones. Siempre operaban de
noche y elegían lugares poco vigilados, principalmente estaciones de
bombeo, plantas fotovoltaicas, sitios de los que podían extraer una gran
cantidad de cable de cobre. Después, vendían el metal a una chatarrería
de Torreblanca, cuyo propietario también ha sido detenido. En total, la
Guardia Civil ha arrestado a diez personas e imputado a otras cuatro en
el marco de este servicio, que ha sido denominado como operación
Solatec.
Los ladrones son de nacionalidad rumana y vivían en
la barriada de la Esquina del Gato, en San Juan de Aznalfarache, una de
las zonas más conflictivas de la provincia de Sevilla. Desde ahí partían
cada noche en busca de cobre. No sólo robaron en municipios de Sevilla,
también lo hicieron en otras provincias andaluzas, como Huelva, y en
otras más alejadas, como Murcia.
La unidad de la Guardia Civil que ha desarrollado la
investigación, el área de Patrimonio de la Unidad Orgánica de Policía
Judicial, tiene constancia de un incremento de los robos en este tipo de
instalaciones desde el mes de marzo. A raíz de un incremento de las
denuncias inició una investigación que dio sus primeros frutos en el mes
de mayo, cuando fueron interceptadas tres personas que viajaban en una
furgoneta cargadas con 300 metros de cable, que acababan de ser
sustraídos de una planta fotovoltaica de Lepe. Iban equipados con
herramientas de corte, como cizallas, y también martillos.
En una segunda fase de la operación, la Guardia Civil
comprobó que existía una organización dedicada a estos robos. Sus
miembros salían cada noche a cometer los robos. Se desplazaban en varios
vehículos y salían en convoy hacia los lugares donde pudiesen encontrar
cable. Solían dejar primero aparcada, en el pueblo más cercano, la
furgoneta en la que cargaban el material. Luego iban con el coche más
pequeño hasta la instalación, rompían vallas o puertas para acceder,
robaban el cable y lo ocultaban en algún lugar cercano.
Después esperaban un tiempo prudencial para ver si
sonaban alarmas o llegaba algún vigilante de seguridad. Pasado ese
tiempo, que podía ser de un par de horas, regresaban con la furgoneta y
la llenaban de cable. Por la mañana, iban a la chatarrería a vender el
cobre, por el que recibían entre 3,50 y 4 euros el kilo. Esta cantidad
es bastante inferior a la de hace algunos años, cuando el kilo de cobre
llegó a pagarse hasta siete euros.
A pesar de esta velocidad a la hora de deshacerse del
material, la Guardia Civil ha podido recuperar 1.500 kilos de cobre
sustraído. También se han intervenido cuatro vehículos utilizados para
los distintos robos. Además del chatarrero de Torreblanca, fue imputado
otro propietario de un negocio similar en Murcia. La chatarrería de
Torreblanca, además, carecía de licencia. Dos trabajadores de ella han
sido también imputados en la operación. El cobre robado suele fundirse y
ser vendido fuera de España. China es uno de los principales
importadores mundiales de cobre.
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