"NO TENEMOS DINERO ARREGLAR EL BLOQUE, A VER QUE HACEMOS AHORA DIARIO DE JEREZ
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Urbanismo sigue el criterio de los bomberos y mantiene el desalojo de los vecinos del bloque de San Telmo Viejo
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El edificio contiguo no sufre daños graves y puede continuar habitado
A
primera hora de ayer, dos técnicos del área de Urbanismo realizaron una
inspección en el número 26 de San Telmo Viejo. Su dictamen resultaba
vital para los vecinos, pues el desalojo del sábado era provisional y
bajo criterio de los bomberos. El personal del Ayuntamiento se encontró
tres pilares en mal estado, que están provocando que el bloque se hunda
poco a poco. Los vecinos vieron así cumplidos sus peores presagios,
aunque los del bloque contiguo, del número 27, respiraron aliviados al
descartarse daños de gravedad en su estructura. Las grietas son fruto
del mal estado del número 26, cuyos pilares están desgastados,
levantando las aceras y dejando algunas grietas en la fachada. Los
técnicos no tienen claro que exista un riesgo inminente de derrumbe,
pero, según contaban desde la comunidad, éstos han preferido actuar con
precaución y no levantar el desalojo.
En el número 26 aún no hay presupuesto para el
arreglo, y como se trata de un bloque privado, son los propietarios los
que tienen que hacer frente a la obra. A corto plazo, deben apuntalar
una de las alas del edificio, lo que supone un coste de 1.800 euros. El
alquiler del material asciende, asimismo, a 1.000 euros mensuales. A
esto hay que sumarle el coste de la propia obra, pues el apuntalamiento
es sólo la solución transitoria.
Una de las cuestiones más controvertidas de esta
historia es que en el mes de julio, un perito de Urbanismo ya visitó el
bloque, ante la denuncia de una de las vecinas. En ese momento, se
dictaminó que no era necesario abandonar el inmueble, si bien ya mostró
su "preocupación por algunas deficiencias observadas", explicaba ayer el
Ayuntamiento. Entonces, el Ayuntamiento conminó a los vecinos a
realizar el apuntalamiento y la posterior obra de saneamiento de los
pilares. La comunidad decidió a finales de verano ponerse en marcha para
solicitar una subvención de la Junta de Andalucía, acogiéndose a una
convocatoria de renovación del parque privado en la comunidad. Para tal
fin, pidió un informe a un segundo perito y requirió los servicios de
una administradora, para que les gestionase el procedimiento necesario
ante las instituciones.
La buena noticia es que la consejería ya ha preconcedido
una ayuda, que cubriría el 35% del presupuesto de la obra necesaria. El
problema es que esta cantidad aún no se va a facilitar a la comunidad.
Este asunto es el que se tratará en la reunión que los vecinos y la
administradora mantendrán hoy con el delegado de Urbanismo, Francisco
Camas, y la delegada de Acción Social, Carmen Collado. Una posibilidad
es 'presionar' a la Junta para que facilite esta ayuda por vía urgente, o
al menos esa es la intención de la administración de la comunidad,
aunque no parece fácil que se acorte el procedimiento. "Vamos a
intentarlo, porque por cada día que pase, el problema puede ir a más",
señalaban desde la oficina de la administración contratada por la
comunidad.
En este sentido, hay que subrayar que algunos de los
afectados se encuentran en riesgo de exclusión social, que sobreviven
casi sin ingresos mensuales. "No tenemos dinero para arreglar el bloque,
es un dineral", señalaba ayer una mujer al cargo de una familia cuyos
ingresos apenas superan los 400 euros. "Y yo lo tengo claro, en una casa
apuntalada no me meto porque eso no es forma de vivir", señalaba
acalorada ante las cámaras.
Una de las posibilidades que baraja la comunidad y la
administración ha sido, desde que surgió este problema hace algunos
meses, que el Ayuntamiento ejecute el arreglo y que éste se convierta en
acreedor de los vecinos, lo que solucionaría el problema a corto plazo,
aunque parece difícil vista la falta de liquidez de la caja municipal.
Eso sí, al menos el Consistorio se aseguraría el cobro del 35% de la
obra si, tal y como se aseguraba ayer, la ayuda autonómica está
preconcedida.
Por otro lado, ayer fue un día de ajetreo en la
barriada. Los vecinos sólo tienen permitido el acceso a sus casas por no
más de cinco o diez minutos, y siempre que aleguen ante la patrulla de
la Policía Local que custodia el edificio que necesitan entrar para
recoger algunas pertenencias de primera necesidad. Por el contrario, ni
aun cuando los vecinos decidiesen 'arriesgarse' a entrar, no tienen
permitido sacar muebles u otros elementos. De manera indefinida, según
se explicó ayer, continuarán los agentes para vigilar el entorno e
impedir que, aprovechando que el edificio está vacío, se cuele alguien a
robar.
Hacía tiempo que, seguro, los vecinos de San Telmo
Viejo contemplaban una imagen como la de ayer, con tanto revuelo en una
de sus plazoletas y la presencia de los medios de comunicación. Además,
otras personas de las calles cercanas se arremolinaron frente al número
26 porque entienden que si un edificio de su misma promoción está en
problema, sus inmuebles podrían correr la misma suerte. "Estos bloques
son todos de principios de los 70, son de esos que tenían el yugo y la
flecha en la entrada", comentaba ayer una persona de la calle trasera a
la del bloque afectado, refiriéndose a que se trata de una promoción del
extinto Instituto Nacional de Vivienda, un organismo del Régimen de
Franco.
Asimismo, los vecinos que fueron realojados en un
hotel por la delegación de Acción Social tras abandonar sus casas el
sábado, continuarán próximamente residiendo allí. A primera hora de la
mañana, instantes después de que los peritos municipales declararan que
las viviendas no podían ser ocupadas, una vecina aseguraba que les
habían dicho "que nos busquemos algo porque se nos acaba lo del hotel".
El Ayuntamiento no tardaría en desmentir este extremo y volvió a
garantizar su cobertura. "Desde las distintas áreas se sigue trabajando
de forma coordinada para acelerar el proceso tanto a nivel técnico como
social", indicaba el delegado Francisco Camas.
Como
se recordará, los realojados son cuatro familias que no cuentan con
alternativa, pues las otras tres familias que han sido desalojadas han
podido encontrar alojamiento dentro de su red de allegados. Además, tal y
como señalaba la administración del bloque, "esto le está ocurriendo a
personas con un nivel de ingresos bajo, por lo que pasar los días en un
hotel sólo es una solución en parte. Hay una persona que ingresa 100
euros al mes. Aparte de que por supuesto no tienen cómo pagar el
arreglo, ahora se encuentran con el problema de hacer vida fuera de
casa, con los costes que eso supone". La reunión de esta mañana en
Urbanismo será la que, esperan los vecinos, arroje un rayo de esperanza
para solucionar este asunto.
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