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La sentencia confirma que el acusado cometió un delito de atentado contra agente de la autoridad
Agredir
a un agente policial se paga caro y, si se es reincidente, más. Un
vecino de Algarinejo que el pasado 7 de enero golpeó con una botella a
un policía local del municipio ha sido condenado a un año, nueve meses y
un día de cárcel, así como al pago de una multa de 180 euros.
Así consta en una sentencia dictada este verano por
la Audiencia Provincial de Granada, que ha confirmado la decisión del
Juzgado de lo Penal 6 de la capital de condenarlo como autor de un
delito de atentado contra la autoridad con la agravante de reincidencia y
de otro leve de lesiones.
Los hechos ocurrieron sobre las 14:12 horas del día
indicado, cuando los agentes de la Guardia Civil de Algarinejo fueron
requeridos por la Policía Local. El incidente ocurrió en la calle Alta
del pueblo, donde el procesado "se encontraba muy alterado y dando
voces". El agente que resultó herido se acercó a él "con el fin de que
se tranquilizase", momento en que el acusado "aprovechó para golpear al
agente en la pierna y en el brazo izquierdo con una botella que portaba
en su mano". Como consecuencia de la agresión, el policía, que renunció a
recibir indemnización, sufrió un hematoma en la pierna y una erosión en
el antebrazo izquierdo.
La Audiencia recuerda que la juzgadora consideró
probada la agresión al policía y descartó que el acusado sufriera un
ataque epiléptico durante los hechos, pues su parte médico -también fue
reconocido tras el incidente- sólo reflejó que estaba "muy nervioso,
agresivo y agitado" y con un talante "no cooperador". Ese estado, según
agrega la resolución, "es bien distinto (y la sentencia estima que
incompatible) con un ataque epiléptico". Además, la resolución, emitida
por la Sección Segunda, destaca que tampoco los agentes observaron en él
las "convulsiones o desvanecimientos" típicos de una crisis de ese
tipo.
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