EL DIA CORDOBA
SALIR A LAS SEIS MODELO EUROPEO QUE NO CASA CON CÓRDOBA
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Distintos sectores de la economía cordobesa dudan de que la
propuesta del Gobierno pueda llevarse a cabo a tenor de las condiciones
laborales y meteorológicas
Una
propuesta deseada, pero difícil de cumplir. Acabar la jornada laboral a
las seis de la tarde pasa por ser un objetivo que sólo se pueden
permitir, en las actuales circunstancias, los funcionarios y aquéllos
que trabajan en oficinas, entre pocos sectores más de España y, menos de
Córdoba. Acabar la jornada laboral a las 18:00 se ha convertido en reto
por parte del Ministerio de Empleo, cuya cartera posee la onubense
Fátima Báñez. Para conseguir la puesta en marcha de este horario laboral
en España, Báñez ya reconoció en diciembre del año pasado la necesidad
de alcanzar un pacto político y social. Sin embargo, el anuncio ya
cuenta con el rechazo de la Confederación Española de Organizaciones
Empresariales (CEOE) que, tras la intervención de Báñez remitió una nota
en la que aseguró que la conciliación y la racionalización de la
jornada laboral "es un concepto que va más allá de los horarios de
cierre". Es más, indicó que para muchos sectores, empresas y ramas de
actividad, "un horario uniforme iría en detrimento de las necesidades de
trabajadores, consumidores, empresarios y sociedad y afectaría a la
competitividad de las empresas".
Pues bien, la aplicación de este horario en al actual
mercado laboral requiere también un cambio de concepto y en el propio
desarrollo del trabajo. Y mucho más aún, en ciudades como Córdoba, donde
el sector servicios prima y, mucho, frente al industrial. A esto hay
que sumar el propio ritmo cultural, la concepción del tiempo, su
distribución, y también el hecho meteorológico. A nadie se le escapa
cómo son los veranos en Córdoba y tampoco el hecho social, de que antes
de las 21:00 pocos son los que, por ejemplo, pueden o quieren cenar.
Así, son dos los factores que condicionan fuertemente la medida
propuesta por el Gobierno de Rajoy: la necesidad de cambiar los hábitos
ciudadanos y el clima de ciudades como Córdoba. Sea como fuere y a la
espera de que llegue ese pacto político -incluido en el pacto de
gobierno entre el PP y Ciudadanos-, en Córdoba las opiniones por, el
momento, no son muy alentadoras en el sector servicios y tampoco en el
del comercio, que va más allá. "Tengo serias dudas de que -este horario-
encaje en nuestro modo de vida y creo que la aplicación es complicada".
Es lo que sostiene el presidente de Comercio Córdoba, Rafael Bados,
quien anota que la "mejor forma de conciliar es evitar la apertura de
los domingos y los festivos, además de regularizar los horarios
comerciales". A su juicio, con este intento de establecer estos horarios
laborales en el Gobierno central "colisionan dos lenguajes distintos el
de liberalizar los horarios de apertura en festivos, por una parte, y
salir a las 18:00, por otra". Bados asegura también que aplicar este
horario en el comercio de cercanía en la capital "es imposible", un
hecho al que hay que incluir "la cuestión cultural y los hábitos de vida
de Córdoba". Bados hace hincapié en "la cuestión climática" en una
ciudad como Córdoba y sus "elevadas temperaturas". Así, recuerda que
desde el comercio ya se planteó abrir en verano a las 19:00, una opción
que no prosperó.
El pilar fundamental de la economía cordobesa es, sin
duda, el turismo. De él se benefician los hoteles y los restaurantes,
sectores en los que el cambio propuesto por el Ejecutivo de Mariano
Rajoy tienen una especial importancia; no obstante, los hoteles
funcionan las 24 horas del día y en ellos se trabaja a turnos.
"Tendremos que readaptar nuestros horarios", considera el coordinador de
Córdoba Apetece, Alberto Rosales, quien recuerda que en el caso de la
hostelería "trabajamos cuando la gente descansa y no trabaja". Una
posibilidad que Rosales reseña si este horario se implanta es la de, por
ejemplo, "abrir antes y ofrecer comidas más ligeras", por aquello de
acercarse también al ritmo europeo, en el que las comidas de trabajo o
el tiempo del que disponen sus empleados para ello apenas alcanza la
hora de duración. No obstante, señala también que "el clima te
condiciona", al menos, en Córdoba. "Si el objetivo es conciliar la vida
familiar con el trabajo, habrá que readaptar nuestros horarios",
insiste, al tiempo que recuerda que todo dependerá "de la época del año y
del tipo de turismo". También Rosales alude al factor social y cómo
esta reorganización de horarios laborales pueda ser adoptado por la
población. A su juicio, "la sociedad tendrá también que madurar y
debatir" la aplicación de estos horarios.
El presidente de la Asociación de Hosteleros de
Córdoba (Hostecor), Francisco de la Torre, coincide con Rosales en el
hecho de que en este sector se trabaja cuando la mayor parte de los
empleados descansan. "Nos dedicamos a dar servicios cuando el resto se
encuentra de ocio", sostiene. Para De la Torre, al sector de la
hostelería esta resignación de horarios "no nos repercutiría
laboralmente, ya que continuaríamos con nuestro trabajo". Es más, pone
en duda que este tipo de horarios pueda aplicarse en el comercio "porque
los establecimientos no van a cerrar a las seis de la tarde", asegura.
Laboralmente, insiste el presidente de Hostecor, la propuesta del
Ministerio de Empleo "no va a afectar al comercio ni tampoco a la
hostelería".
La visión que ofrece la Confederación de Empresarios
de Córdoba (CECO) al respecto es pesimista, a tenor de las declaraciones
que realiza a el Día su director del Área
Jurídico-Laboral, Antonio Arroyo: "Entiendo que adaptar el horario de
todas las empresas, sean del sector que sean, para que los trabajadores
salgan del trabajo a las 18:00 es muy complicado en nuestra provincia".
No obstante, asegura que "es cierto que hay sectores que sí podrían
asumirlo, como la industria, la construcción o la Administración
Pública". Sin embargo, Arroyo incide en que "también es cierto que en
otros sectores, el sector servicios en general -comercio, hostelería,
transporte-, esta pretensión se haría prácticamente inviable". Así, para
este dirigente de la Confederación de Empresarios de Córdoba "deben de
ser cada uno de los sectores, a través de la negociación colectiva, los
que adapten sus horarios en la medida de sus posibilidades y se deben
obviar medidas impuestas de manera general, ya que podrían provocar
situaciones no deseables para las empresas y para el empleo".
Todo hace indicar, por tanto, que la jornada laboral
propuesta por el Gobierno central es un objetivo deseado por la mayoría
de los sectores económicos, pero que, a día de hoy, se llevaría a la
práctica con serias dificultades, especialmente en el comercio, donde
las grandes cadenas de distribución tendrían que dar el primer paso. Un
horario del que, en estas circunstancias, sólo podrían disfrutar
funcionarios, personal de oficinas y empleados industriales. A ello se
une el clima, que deja en entredicho un modelo europeo que no casa bien
con los hábitos de una ciudad con tantas horas del sol.
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