ESTE AÑO ¡SI!
Los granadinos se quedan prendados de un
traje pantalón que sirve para "ir de cóctel" o "muy arreglada" a una
fiesta Gigantes y cabezudos se ganan al público infantil al ritmo de
charanga.
PUES parece que sí. Que este año el traje de la Tarasca
convenció y no fueron pocas las granadinas que la miraron con ojos de
deseo: el de arrebatarle el vestido para "ir de cóctel o a algún sitio
arreglado". Con un pelo muy a lo Letizia Ortiz recogido en un moño con
trenzas, la Pública paseó por las calles del centro rodeada de gigantes,
cabezudos y charangas que montaron un auténtico festín de serpentinas
llevando la diversión a todas partes. Niños sonrientes, cabezudos
metiendo vejigazos a los asistentes, sonrisas y calles abarrotadas
formaron parte de la estampa que este año dejó el desfile más querido
de los granadinos. En esta ocasión, el traje presentaba una gran
novedad. Aunque la protagonista de esta tradición, la maniquí tiene los
pies pegados, el modisto José Ruiz Naranjo, con muchas ganas de innovar
se las ha ingeniado para ponerle un traje de seda acabado en pantalón,
propio de una mujer moderna del que parte una espiga que termina en una
gran rosa en el pecho. Es la segunda vez que la Pública se atreve a
llevar pantalones después de haber mostrado vestidos con falda en todos
los tamaños posibles. "Con el traje he querido actualizarla,
modernizarla y por eso le he puesto un pantalón en fucsia para quitarle
las estridencias del color", explicó el modisto de la Tarasca, José Ruiz
Naranjo que ayer vio cumplido su sueño de ver a la Pública desfilando
con un diseño suyo. Según remarcó, la espiga de trigo rematada con forma
de flor, es una "alegoría al Corpus Christi" que tiene como objetivo
estilizarla al máximo pues "es una escultura con sus años y tiene unas
proporciones diferentes". Sobre el color, Ruiz Naranjo lo tuvo claro.
Para él, no es tan importante qué tonos se llevan cada temporada sino
qué colores favorecen más a las personas. Por eso él siempre recomienda
buscar el tono más acorde a la piel, el rostro... Del maquillaje se
encargó Raquel Nofuentes para quien lo más difícil fue maquillar un
rostro inerte que no absorbe los productos cosméticos. "El maquillaje es
complicado. No puedes arrastrar el producto y es muy difícil
difuminar", detalló Nofuentes que remarcó que le ha puesto un ahumado en
tonos negros, marrones y tierras en los ojos difícil de apreciar desde
lejos a juego con unas pestañas de infarto para resaltar la mirada. Por
último, Manuel Marfil explicó que le había hecho un recogido que
identifica su trabajo totalmente, con trenzas pero sencillo y muy a la
moda. Sobre el color del pelo, destacó que se lo había aclarado y le
había puesto algún mechón rubio que le caía sobre el rostro. Un toque:
"Favorecedor sin que esté muy repeinada", remarcó Marfil.
En realidad, lo que digan ellos en este día tan especial es lo de menos. El veredicto lo dan los granadinos y turistas a quienes les encanta salir a la calle para generar toda clase de chascarrillos en torno a una escultura que despierta tantas pasiones como odios. "Dentro de lo moderno me gusta. Parece una falda pantalón, me parece elegante..." coincidieron María Dolores López y Ana López que ayer no se perdieron su cita con la Tarasca. Tampoco lo hizo María Victoria Pérez, una granadina apasionada de la moda que reconoció que este año "parece que hay más aceptación con el traje". Ella le vio un claro uso para coctáil aunque "puede servir para cualquier fiesta. No para todos los días".
Aunque la Pública despertó muchos adeptos y flashes también hubo, como cada año, quien gritó a los cuatro vientos lo ¡hortera que va!. Como siempre, para gustos, colores y para opiniones la Tarasca... Tras el desfile, la ciudad permaneció abarrotada por unas horas. Sobre todo en las direcciones que conectan con el recinto ferial. Cada año esta fiesta abre los días grandes de feria en la capital. Ahora solo toca disfrutar.
En realidad, lo que digan ellos en este día tan especial es lo de menos. El veredicto lo dan los granadinos y turistas a quienes les encanta salir a la calle para generar toda clase de chascarrillos en torno a una escultura que despierta tantas pasiones como odios. "Dentro de lo moderno me gusta. Parece una falda pantalón, me parece elegante..." coincidieron María Dolores López y Ana López que ayer no se perdieron su cita con la Tarasca. Tampoco lo hizo María Victoria Pérez, una granadina apasionada de la moda que reconoció que este año "parece que hay más aceptación con el traje". Ella le vio un claro uso para coctáil aunque "puede servir para cualquier fiesta. No para todos los días".
Aunque la Pública despertó muchos adeptos y flashes también hubo, como cada año, quien gritó a los cuatro vientos lo ¡hortera que va!. Como siempre, para gustos, colores y para opiniones la Tarasca... Tras el desfile, la ciudad permaneció abarrotada por unas horas. Sobre todo en las direcciones que conectan con el recinto ferial. Cada año esta fiesta abre los días grandes de feria en la capital. Ahora solo toca disfrutar.
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