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CARRILES DE TRANSPORTE PÚBLICO QUE SE CONVIERTEN EN UN QUEBRADERO DE CABEZA
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Acera del Darro, Avenida de la Constitución, Rector Marín Ocete y la rotonda del Palacio de Congresos plantean cierta controversia a la circulación por su situación en la vía
A vueltas con la circulación por el centro de Granada. En la
actualidad son varios los puntos del entramado de calles, vías y
avenidas de la ciudad que requieren al conductor una especial atención
por la existencia de los carriles especiales destinados al transporte
público.
Estos otorgan una preferencia sola y exclusiva a autobuses y taxis por cualesquiera de la vía en la que se encuentren y además no permite ser invadidos por otro vehículo de otras características. En caso de obviarse, el conductor se puede enfrentar a una sanción económica considerable. Por tanto, a fin de evitar cualquier controversia, en ocasiones por decisiones bruscas se puede generar cierto clima de tensión en la circulación por la ciudad.
Asumida la considerada infracción por invadir el carril de transporte público, los vehículos se ven en la obligación de realizar una maniobra para desviar su rumbo y no acceder al carril ‘prohibido’. Así sucede en el semáforo de la avenida de la Constitución para quienes llegan desde Doctor Olóriz en dirección a los Jardines del Triunfo. Ahí, la presencia del carril especial a la derecha plantea una situación de embudo para todo el tráfico procedente de la travesía que desciende de la plaza de toros que desemboca en fila india en un solo carril. Las imágenes de retenciones y algún que otro percance fruto de la tensión casi forman parte del día a día.
En situación similar se encuentra el situado en la salida de la rotonda del Palacio de Congresos en dirección hacia Armilla. Ahí, además de coincidir con la parada correspondiente de taxis o autobuses a la derecha, el carril se abre justo en el momento de la salida, obligando a los demás vehículos a abandonar la glorieta por el carril izquierdo.
Mención especial merece el carril localizado en la avenida de la Constitución, el cual obliga a ser invadido por cualquier vehículo que pretenda girar a la derecha en dirección a la calle Rector Marín Ocete para poner rumbo a los comedores universitarios de Fuentenueva. Eso, siempre y cuando se cerciore de que por el contiguo no circule cualquier vehículo de transporte público, que suele ser a menudo.
En idénticas circunstancias se encuentra el localizado en Acera del Darro en dirección hacia Puerta Real. A la hora de hacer el giro a la derecha hacia la Carrera de la Virgen, es necesario invadir el carril especial. Si se valora su proximidad con la zona habilitada en exclusiva para el transporte público, el tránsito o hacer un cambio de dirección se puede convertir en un auténtico quebradero de cabeza.
Son cuatro de los casos conflictivos que se pueden encontrar en Granada día a día, y a buen seguro no los únicos. La realidad es que la presencia de dichos carriles especiales dota de una mayor fluidez al transporte público que recorre las calles de la ciudad. Sin embargo, en ciertos puntos, generan cierta controversia. Para muestra, un botón.
Estos otorgan una preferencia sola y exclusiva a autobuses y taxis por cualesquiera de la vía en la que se encuentren y además no permite ser invadidos por otro vehículo de otras características. En caso de obviarse, el conductor se puede enfrentar a una sanción económica considerable. Por tanto, a fin de evitar cualquier controversia, en ocasiones por decisiones bruscas se puede generar cierto clima de tensión en la circulación por la ciudad.
Asumida la considerada infracción por invadir el carril de transporte público, los vehículos se ven en la obligación de realizar una maniobra para desviar su rumbo y no acceder al carril ‘prohibido’. Así sucede en el semáforo de la avenida de la Constitución para quienes llegan desde Doctor Olóriz en dirección a los Jardines del Triunfo. Ahí, la presencia del carril especial a la derecha plantea una situación de embudo para todo el tráfico procedente de la travesía que desciende de la plaza de toros que desemboca en fila india en un solo carril. Las imágenes de retenciones y algún que otro percance fruto de la tensión casi forman parte del día a día.
En situación similar se encuentra el situado en la salida de la rotonda del Palacio de Congresos en dirección hacia Armilla. Ahí, además de coincidir con la parada correspondiente de taxis o autobuses a la derecha, el carril se abre justo en el momento de la salida, obligando a los demás vehículos a abandonar la glorieta por el carril izquierdo.
Mención especial merece el carril localizado en la avenida de la Constitución, el cual obliga a ser invadido por cualquier vehículo que pretenda girar a la derecha en dirección a la calle Rector Marín Ocete para poner rumbo a los comedores universitarios de Fuentenueva. Eso, siempre y cuando se cerciore de que por el contiguo no circule cualquier vehículo de transporte público, que suele ser a menudo.
En idénticas circunstancias se encuentra el localizado en Acera del Darro en dirección hacia Puerta Real. A la hora de hacer el giro a la derecha hacia la Carrera de la Virgen, es necesario invadir el carril especial. Si se valora su proximidad con la zona habilitada en exclusiva para el transporte público, el tránsito o hacer un cambio de dirección se puede convertir en un auténtico quebradero de cabeza.
Son cuatro de los casos conflictivos que se pueden encontrar en Granada día a día, y a buen seguro no los únicos. La realidad es que la presencia de dichos carriles especiales dota de una mayor fluidez al transporte público que recorre las calles de la ciudad. Sin embargo, en ciertos puntos, generan cierta controversia. Para muestra, un botón.
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