UN MENOR DE 17 AÑOS ASESINA A UN JOVEN DE UN NAVAJAZO POR LA ESPALDA EN LA MALVARROSA SUCESOS LA PROVINCIA
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La víctima fue acuchillada junto a la orilla del mar tras intentar mediar en un enfrentamiento previo entre el agresor y otros asistentes
La sangre corrió ayer junto al mar. Un único, traicionero y certero
navajazo acabó con la vida de C. A. M., un joven rumano de 23 años que
disfrutaba junto a unos amigos de la noche de San Juan en la playa de la
Malvarrosa de Valencia. Su vida se extinguió a la orilla del mar, con
su sangre manando a borbotones por la espalda. El supuesto agresor, un
menor de 17 años de etnia gitana, fue detenido a los pocos minutos por
la Policía Nacional. Al cierre de esta edición, el juez había acordado
como medida cautelar su ingreso en un centro de internamiento.
Todo comenzó poco antes de las tres de la madrugada, cuando miles de personas disfrutaban de las hogueras en la playa. Siempre según los datos aportados por testigos, un grupo de unos seis jóvenes españoles fue increpado por otro formado por personas de la misma nacionalidad. Entre ellas se encontraba el sospechoso del homicidio.
Al parecer, les molestó que los primeros orinaran en el mar. Y de las palabras se pasó a los golpes. El segundo grupo, según describieron los propios afectados, decidió resolver el conflicto puñetazos. No ha tascendido si las víctimas respondieron también con violencia o no, pero lo cierto es que la trifulca fue presenciada, a pocos metros, por el joven rumano.
Y decidió intervenir. A partir de ahí, según fuentes policiales, se inició una segunda pelea entre el joven extranjero y uno de los agresores. Algunos testigos describieron el uso de botellas de cristal partidas en este enfrentamiento, pero este extremo no está confirmado.
Lo que sí parece cierto es que ambos implicados llegaron a separarse. El rumano volvió de regreso con sus colegas y el menor hizo lo propio. Pero lo peor estaba por llegar. El agresor se hizo con una navaja y, ya con el arma blanca, regresó a por la víctima, la acuchilló presuntamente por la espalda y escapó del lugar junto a sus amigos.
La tragedia estaba servida. El herido se tambaleó unos metros hasta caer en la orilla del mar. Fue a las 3.17 horas cuando el 112 recibió la primera llamada de auxilio por parte de un testigo. La intervención policial fue inmediata por el dispositivo especial con motivo de San Juan. Los primeros en llegar fueron dos policías locales que lo hallaron ya inconsciente. Con la ayuda de unos jóvenes, apartaron al joven para que no fuera alcanzado por el oleaje.
A partir de ahí, comenzó una desesperada intervención sanitaria por parte de Cruz Roja para intentar salvarle la vida. «Hicimos todo lo posible pero la herida era realmente grave», describió Pedró Redón, coordinador del dispositivo de San Juan en Valencia.
«Formamos con sábanas un círculo alrededor de la víctima para poder trabajar con intimidad», detalló el experto de Cruz Roja. Pero todo fue en vano. Los médicos agotaron el tiempo máximo marcado para las maniobras de reanimación. Pasados 45 minutos, confirmaron el fallecimiento.
El agresor fue capturado pocos minutos después de la agresión, cuando caminaba con unos amigos. Al verse rodeado por policías arrojó la navaja al suelo, pero la maniobra no pasó desapercibida para los agentes, que recuperaron el arma. Miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP) se llevaron detenido al joven sospechoso.
Todo comenzó poco antes de las tres de la madrugada, cuando miles de personas disfrutaban de las hogueras en la playa. Siempre según los datos aportados por testigos, un grupo de unos seis jóvenes españoles fue increpado por otro formado por personas de la misma nacionalidad. Entre ellas se encontraba el sospechoso del homicidio.
Al parecer, les molestó que los primeros orinaran en el mar. Y de las palabras se pasó a los golpes. El segundo grupo, según describieron los propios afectados, decidió resolver el conflicto puñetazos. No ha tascendido si las víctimas respondieron también con violencia o no, pero lo cierto es que la trifulca fue presenciada, a pocos metros, por el joven rumano.
Y decidió intervenir. A partir de ahí, según fuentes policiales, se inició una segunda pelea entre el joven extranjero y uno de los agresores. Algunos testigos describieron el uso de botellas de cristal partidas en este enfrentamiento, pero este extremo no está confirmado.
Lo que sí parece cierto es que ambos implicados llegaron a separarse. El rumano volvió de regreso con sus colegas y el menor hizo lo propio. Pero lo peor estaba por llegar. El agresor se hizo con una navaja y, ya con el arma blanca, regresó a por la víctima, la acuchilló presuntamente por la espalda y escapó del lugar junto a sus amigos.
La tragedia estaba servida. El herido se tambaleó unos metros hasta caer en la orilla del mar. Fue a las 3.17 horas cuando el 112 recibió la primera llamada de auxilio por parte de un testigo. La intervención policial fue inmediata por el dispositivo especial con motivo de San Juan. Los primeros en llegar fueron dos policías locales que lo hallaron ya inconsciente. Con la ayuda de unos jóvenes, apartaron al joven para que no fuera alcanzado por el oleaje.
A partir de ahí, comenzó una desesperada intervención sanitaria por parte de Cruz Roja para intentar salvarle la vida. «Hicimos todo lo posible pero la herida era realmente grave», describió Pedró Redón, coordinador del dispositivo de San Juan en Valencia.
45 minutos de reanimación
«Primero dos socorristas acuáticos le practicaron maniobras básicas
de reanimación», explicó el responsable sanitario. Tras ese primer
masaje cardiopulmonar, al cabo un minuto, acudió un vehículo de
intervención rápida con un médico y un enfermero. Comenzaron entonces
las maniobras de reanimación avanzada con ventilación, respiración
asistida, monitores y desfibrilador. Tras un perímetro policial de 20
metros cuadrados, se agolpaban unos 400 jóvenes pendientes de lo que
sucedía al otro lado.«Formamos con sábanas un círculo alrededor de la víctima para poder trabajar con intimidad», detalló el experto de Cruz Roja. Pero todo fue en vano. Los médicos agotaron el tiempo máximo marcado para las maniobras de reanimación. Pasados 45 minutos, confirmaron el fallecimiento.
El agresor fue capturado pocos minutos después de la agresión, cuando caminaba con unos amigos. Al verse rodeado por policías arrojó la navaja al suelo, pero la maniobra no pasó desapercibida para los agentes, que recuperaron el arma. Miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP) se llevaron detenido al joven sospechoso.
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