UN AÑO APARCANDO GRATIS HOY EXTREMADURA
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La eliminación de la zona azul en las calles de Plasencia es indefinida y no hay planes para su regreso
El 12 de diciembre de 2014 la junta de gobierno local acordó suprimir
por completo y de manera indefinida la zona azul en Plasencia. La
decisión fue tomada justo después de que el pleno municipal aprobase por
unanimidad regularizar este servicio, ya que el contrato con la empresa
que lo venía prestando desde 1997 venció en 2007 y no había sido
renovado. Ahora, un año después, el futuro de la zona azul sigue siendo
una incógnita, pues el gobierno local afirma que no se encuentra entre
sus prioridades volver a sacarla a concurso, pero tampoco descarta por
completo que lo vaya a hacer.
La desaparición de las restricciones para aparcar en la vía pública fue bien acogida en general por los usuarios, sobre todo cuando inmediatamente después de suprimirse la zona azul se supo que le empresa concesionaria llevaba desde 2011 sin abonar al Ayuntamiento el canon anual de 7.000 euros establecido en el pliego de condiciones. Es decir, los placentinos y visitantes habían estado pagando por aparcar en espacios de titularidad pública sin que la ciudad estuviera recibiendo por ello ninguna compensación, puesto que todo el dinero recaudado iba a parar a las arcas de la empresa adjudicataria.
Los partidos de la oposición pusieron el grito en el cielo por esta dejadez en la administración de los ingresos municipales, y algunos de ellos animaron incluso a los ciudadanos a reclamar la devolución del dinero que habían venido pagando indebidamente desde que el contrato de concesión expiró en el año 2007. Lo cierto es que a la hora de la verdad nadie reclamó nada, ni siquiera quienes habían estado abonando la tarjeta de residente.
Sin embargo no han faltado voces que han expresado su disconformidad con que la zona azul haya desaparecido. El presidente de la Asociación de Comerciantes de la Zona Centro, Fernando Santiago, afirma que ha sido malo para las necesidades de la clientela puesto que ahora las plazas de zona azul están siempre ocupadas que e pasan en ellas el día entero, o más en el caso se que se trate de algún vecino de la zona. "Antes había rotación de coches y ahora no la hay, y eso a los comerciantes nos perjudica", apunta Santiago.
La indefinición sobre el fututo de la zona azul se plasma también en el hecho de que ni se han borrado las líneas azules que delimitan los aparcamientos restringidos, ni se han retirado las señales ni las máquinas expendedoras de tickets, aunque no se pueden meter monedas porque se encuentran precintadas. Eso da lugar a confusiones, no tanto de los placentinos, que después de un año ya saben que están sin uso, como de los forasteros, a los que es frecuente ver dando vueltas en torno a los parquímetros buscando una ranura por la que meter las monedas, hasta que preguntan o algún viandante mejor informado les saca de su error.
También se da pie a situaciones como ha advertencia hecha el pasado mes de octubre por el concejal de Ciudadanos, Juan Carlos Hernández, quien aseguró que el Ayuntamiento estaba contactando con empresas del sector con la intención de volver a sacar a concurso la zona azul, una información que fue rápidamente desmentida por el alcalde. "Es totalmente falso, y si no que lo demuestra", apuntó Fernando Pizarro, quien insistió en que la zona azul no va a ser para él una prioridad "ni en esta legislatura ni en la siguiente".
Otra vertiente del asunto es la situación en la que quedaron las tres personas que trabajaban como vigilantes de la zona azul en Plasencia para la empresa concesionaria. De hecho, Pizarro llegó a justificar el haber mantenido el servicio de manera irregular después de que expirase el contrato para que estos trabajadores no se quedaran en la calle. Ahora se ha visto obligado a admitirlos en el Ayuntamiento por sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), una opción que ha preferido a la otra que le permitía la justicia, que era indemnizarles por despido improcedente.
La desaparición de las restricciones para aparcar en la vía pública fue bien acogida en general por los usuarios, sobre todo cuando inmediatamente después de suprimirse la zona azul se supo que le empresa concesionaria llevaba desde 2011 sin abonar al Ayuntamiento el canon anual de 7.000 euros establecido en el pliego de condiciones. Es decir, los placentinos y visitantes habían estado pagando por aparcar en espacios de titularidad pública sin que la ciudad estuviera recibiendo por ello ninguna compensación, puesto que todo el dinero recaudado iba a parar a las arcas de la empresa adjudicataria.
Los partidos de la oposición pusieron el grito en el cielo por esta dejadez en la administración de los ingresos municipales, y algunos de ellos animaron incluso a los ciudadanos a reclamar la devolución del dinero que habían venido pagando indebidamente desde que el contrato de concesión expiró en el año 2007. Lo cierto es que a la hora de la verdad nadie reclamó nada, ni siquiera quienes habían estado abonando la tarjeta de residente.
Sin embargo no han faltado voces que han expresado su disconformidad con que la zona azul haya desaparecido. El presidente de la Asociación de Comerciantes de la Zona Centro, Fernando Santiago, afirma que ha sido malo para las necesidades de la clientela puesto que ahora las plazas de zona azul están siempre ocupadas que e pasan en ellas el día entero, o más en el caso se que se trate de algún vecino de la zona. "Antes había rotación de coches y ahora no la hay, y eso a los comerciantes nos perjudica", apunta Santiago.
La indefinición sobre el fututo de la zona azul se plasma también en el hecho de que ni se han borrado las líneas azules que delimitan los aparcamientos restringidos, ni se han retirado las señales ni las máquinas expendedoras de tickets, aunque no se pueden meter monedas porque se encuentran precintadas. Eso da lugar a confusiones, no tanto de los placentinos, que después de un año ya saben que están sin uso, como de los forasteros, a los que es frecuente ver dando vueltas en torno a los parquímetros buscando una ranura por la que meter las monedas, hasta que preguntan o algún viandante mejor informado les saca de su error.
También se da pie a situaciones como ha advertencia hecha el pasado mes de octubre por el concejal de Ciudadanos, Juan Carlos Hernández, quien aseguró que el Ayuntamiento estaba contactando con empresas del sector con la intención de volver a sacar a concurso la zona azul, una información que fue rápidamente desmentida por el alcalde. "Es totalmente falso, y si no que lo demuestra", apuntó Fernando Pizarro, quien insistió en que la zona azul no va a ser para él una prioridad "ni en esta legislatura ni en la siguiente".
Otra vertiente del asunto es la situación en la que quedaron las tres personas que trabajaban como vigilantes de la zona azul en Plasencia para la empresa concesionaria. De hecho, Pizarro llegó a justificar el haber mantenido el servicio de manera irregular después de que expirase el contrato para que estos trabajadores no se quedaran en la calle. Ahora se ha visto obligado a admitirlos en el Ayuntamiento por sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), una opción que ha preferido a la otra que le permitía la justicia, que era indemnizarles por despido improcedente.
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