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La actuación, enmarcada dentro de los 900.000 euros que la Consejería de Medio Ambiente destinó a la zona, eleva el nivel de algunos invernaderos
La naturaleza es imprevisible, pero en Albuñol pretenden plantarle
cara para evitar que vuelvan a producirse los efectos de la riada del
pasado 7 de septiembre, que arrasó todo a su paso por la rambla que
transita a su vera y se cobró la vida de tres personas, además de borrar
del mapa a multitud de invernaderos que se encontraban listos para
afrontar la temporada de cosechas. Así, la Junta ha iniciado hace una
semana el arreglo de los barrancos secundarios que desembocan en el
cauce albuñolense como parte del montante de 900.000 euros que la
Consejería de Medio Ambiente ha destinado para mitigar los daños de la
zona afectada, los cuales incluyen también la construcción de un muro de
contención que se efectuará en los próximos días.
Basta con acercarse a Albuñol para cerciorarse que la actividad no para. En la carretera A-345 que une al pueblo con la autovía A-7 el tránsito de vehículos y operarios que, casi tres meses después, tratan de devolver la normalidad al lugar es incesante. Varios grupos de excavadoras penetran en algunos de los barrancos más afectados para retirar el lodo y todo el material arrastrado para introducirlos más tarde en un camión.
¿Y luego? «Hay gente que aprovecha esta tierra para subir el invernadero unos cuantos metros; hay llanos enteros en los que antes se encontraban algunas de estas fincas y que fueron arrasados, por lo que les ponemos tierras para que no vuelva a ocurrir», explica Javier Pérez, trabajador de Hermacasti, empresa que se encarga del traslado de los sedimentos a dichos terraplenes. Francisco Pérez, conductor de uno de los camiones, comenta mientras desescombra la utilidad del asunto: «Sacamos ese lodo que metió el agua en el barranco y lo llevamos aquí porque hay algún dueño que quiera echar el fango para hacer un nuevo invernadero, ya que es una tierra próspera».
La explicación de por qué esto se realiza en unos invernaderos, especialmente en los ubicados en el Pago de la Luna, y no en otros la proporciona la Consejería de Medio Ambiente de la Junta. «El nivel de la rambla es bajo en algunos tramos, por lo que todos los acarreos se depositan en su firme para subir el nivel y, en caso de una nueva riada, no vuelvan a producirse los destrozos de septiembre, ya que con un nivel más alto no hubiera ocurrido esto», señalan, al mismo tiempo que inciden en que son «los propios particulares» quienes han solicitado el traslado de cualquier material a su terreno. «El Dominio Público Hidráulico lo ha autorizado», recalcan.
El secretario provincial de COAG, Miguel Monferrer, asegura que los invernaderos que están realizando esta práctica «son por ahora unos cinco», aunque no se descartan más. «Estos cultivos en la rambla siempre fueron al aire libre, después se pusieron murallones de defensa y luego la carretera hacia Albuñol, por lo que muchos están por debajo del nivel del desagüe del barranco».
Sobre esta cuestión, Miguel Monferrer denuncia que existen «unos 20 invernaderos en el Pago de la Luna que están rotos, sin tocar desde entonces, y que esperan ayuda por parte de la Junta, habiendo incluso propuesta de borrador del Gobierno andaluz».
En relación a las actuaciones sobre la cuenca de la rambla, Sánchez destaca que el Ayuntamiento y la Consejería «estamos trabajando para que queden mejor ante una posible avenida de cara a garantizar la seguridad para la población y las explotaciones agrarias». Asimismo, confirma que el Consistorio ha negociado «la realización de alguna actuación más, tales como los muros de construcción que se reformarán próximamente; llevábamos dos meses esperando la limpieza de los barrancos que acometimos de urgencia para abrir paso al agua, y no queremos que se vuelva a producir de nuevo todo aquello».
Otras zona dañada es la que hay en torno a la autovía del Mediterráneo A-7 que ha provocado multitud de quejas por la construcción tapando barrancos del lugar que realizaban la función de desagüe. «Sitios como La Mamola, Castell de Ferro, Melicena y Los Yesos se han visto afectados por desprendimientos; la gente hizo el esfuerzo con sus propios medios, pero los desagües de la A-7 les siguen afectando... esta orografía potencia que cuando llueve fuerte haga bastante daño», expresa el secretario de COAG, quien anuncia que desde la coordinadora «planteamos realizar una reclamación a Fomento, ya que tanto la agricultura como los caminos rurales han sido víctima de las riadas». Mientras llegan o no las ayudas, Albuñol se da prisa estos días para que la lluvia no les vuelva a dar otro susto. Todo sea por evitar las consecuencias de otra nube negra.
Basta con acercarse a Albuñol para cerciorarse que la actividad no para. En la carretera A-345 que une al pueblo con la autovía A-7 el tránsito de vehículos y operarios que, casi tres meses después, tratan de devolver la normalidad al lugar es incesante. Varios grupos de excavadoras penetran en algunos de los barrancos más afectados para retirar el lodo y todo el material arrastrado para introducirlos más tarde en un camión.
¿Y luego? «Hay gente que aprovecha esta tierra para subir el invernadero unos cuantos metros; hay llanos enteros en los que antes se encontraban algunas de estas fincas y que fueron arrasados, por lo que les ponemos tierras para que no vuelva a ocurrir», explica Javier Pérez, trabajador de Hermacasti, empresa que se encarga del traslado de los sedimentos a dichos terraplenes. Francisco Pérez, conductor de uno de los camiones, comenta mientras desescombra la utilidad del asunto: «Sacamos ese lodo que metió el agua en el barranco y lo llevamos aquí porque hay algún dueño que quiera echar el fango para hacer un nuevo invernadero, ya que es una tierra próspera».
La explicación de por qué esto se realiza en unos invernaderos, especialmente en los ubicados en el Pago de la Luna, y no en otros la proporciona la Consejería de Medio Ambiente de la Junta. «El nivel de la rambla es bajo en algunos tramos, por lo que todos los acarreos se depositan en su firme para subir el nivel y, en caso de una nueva riada, no vuelvan a producirse los destrozos de septiembre, ya que con un nivel más alto no hubiera ocurrido esto», señalan, al mismo tiempo que inciden en que son «los propios particulares» quienes han solicitado el traslado de cualquier material a su terreno. «El Dominio Público Hidráulico lo ha autorizado», recalcan.
El secretario provincial de COAG, Miguel Monferrer, asegura que los invernaderos que están realizando esta práctica «son por ahora unos cinco», aunque no se descartan más. «Estos cultivos en la rambla siempre fueron al aire libre, después se pusieron murallones de defensa y luego la carretera hacia Albuñol, por lo que muchos están por debajo del nivel del desagüe del barranco».
Ayudas
«Hemos tenido suerte, aunque no me puedo acoger a ninguna ayuda al
sólo verse afectada mi finca en un 10%, pero no puedo quejarme mucho»,
afirma una copropietaria de una explotación de tomates cherrys situada
unos dos metros por debajo del nivel y junto uno de los invernaderos
arrasados y sobre el que ahora se vuelcan toneladas de tierra para
subirlo. «La carretera nos protegió, pero muchos otros lo perdieron
todo».Más allá de las obras de reparación de la zona devastada por la
tromba de agua, con las que, incide la Consejería de Medio Ambiente, «se
pretende alcanzar algo de profundidad en la rambla para evitar nuevos
daños», queda pendiente el tema de las ayudas a los afectados. La
alcaldesa de Albuñol, Mª José Sánchez, espera que tal línea de actuación
a los perjudicados llegue «a mitad de diciembre». «Esperamos a que
salga la orden para abrir de nuevo la oficina por daños por temporales,
para que todos aquellos afectados se acojan... permanecemos, por tanto, a
la expectativa de que salgan esas ayudas para las explotaciones
agrarias, comunidades de regantes y caminos rurales, aunque habrá que
ver los términos para quienes quieran aplicar a ellas», agrega.Sobre esta cuestión, Miguel Monferrer denuncia que existen «unos 20 invernaderos en el Pago de la Luna que están rotos, sin tocar desde entonces, y que esperan ayuda por parte de la Junta, habiendo incluso propuesta de borrador del Gobierno andaluz».
En relación a las actuaciones sobre la cuenca de la rambla, Sánchez destaca que el Ayuntamiento y la Consejería «estamos trabajando para que queden mejor ante una posible avenida de cara a garantizar la seguridad para la población y las explotaciones agrarias». Asimismo, confirma que el Consistorio ha negociado «la realización de alguna actuación más, tales como los muros de construcción que se reformarán próximamente; llevábamos dos meses esperando la limpieza de los barrancos que acometimos de urgencia para abrir paso al agua, y no queremos que se vuelva a producir de nuevo todo aquello».
Afectados
Albuñol no es el único término municipal afectado por las riadas que
acontecieron en septiembre. En Carchuna, resalta Monferrer, «se produjo
un desbordamiento, especialmente por una rambla, la de la Coronela, en
la que la fuerza del agua rompió un muro de contención y entró», si
bien, «ahora está con normalidad, a excepción del invernadero pegado al
muro». «Las plantaciones se van a retrasar pero las recién plantadas,
como posteriormente hizo buen tiempo, el agua y la tierra que les entró
se secó y no hubo problemas de suelo y raíces... hubo menos arrastre de
tierra y, por tanto, menos pérdidas de cosecha».Otras zona dañada es la que hay en torno a la autovía del Mediterráneo A-7 que ha provocado multitud de quejas por la construcción tapando barrancos del lugar que realizaban la función de desagüe. «Sitios como La Mamola, Castell de Ferro, Melicena y Los Yesos se han visto afectados por desprendimientos; la gente hizo el esfuerzo con sus propios medios, pero los desagües de la A-7 les siguen afectando... esta orografía potencia que cuando llueve fuerte haga bastante daño», expresa el secretario de COAG, quien anuncia que desde la coordinadora «planteamos realizar una reclamación a Fomento, ya que tanto la agricultura como los caminos rurales han sido víctima de las riadas». Mientras llegan o no las ayudas, Albuñol se da prisa estos días para que la lluvia no les vuelva a dar otro susto. Todo sea por evitar las consecuencias de otra nube negra.
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