"EL PARAISO ESCONDIDO DE LOS MOZÁRABES IDEAL.ES
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Busquístar es sin duda uno de los pueblos más representativos y auténticos de la comarca y destaca por su paisaje y por su entramado urbano alpujarreño
Busquístar limita con los municipios de Pórtugos, Cástaras,
Juviles, La Tahá, Almegíjar y Trevélez. Este municipio se encuentra en
el Parque Protegido de Sierra Nevada, entre castaños, bancales, robles,
pinos, acequias, veredas, fuentes y senderos. Busquístar posee también
impresionantes vistas y distintas alternativas de ocio, senderismo y
otros deportes de montaña.
Busquístar originariamente formó parte de las antiguas tahás moriscas y fue importante el papel que alcanzaron las minas de hierro de la cara de enfrente. Todo un lujo para los ojos del turista y visitante, quien además se sentirá como en casa gracias al cariño y la hospitalidad de los lugareños. Encontrar un lugar tan recóndito como el que ofrece Busquístar supone todo un descubrimiento del que hay que saber disfrutar como si de un preciado tesoro se tratase.
Parece ser, según algunas fuentes consultadas, que el origen
de este pueblo sea hispano-romano. Su mayor esplendor lo tuvo con el
dominio árabe de la comarca. A esta localidad se la conocía como ‘El
paraíso Escondido de los Mozárabes’. Entre los siglos XIII y XV dependió
de la Tahá Nazarita de Ferreira y estaba compuesta, además del núcleo
urbano, por un gran número de cortijadas muy pobladas. Después tuvo que
ser repoblada con habitantes llamados ‘cristianos viejos’ tras la
derrota de las tropas de Fernando de Válor, más conocido por Aben
Humeya, ante Juan de Austria, y la consiguiente expulsión de la
población morisca de estas tierras.
Busquístar dependió administrativamente al principio de Albuñol y posteriormente de Órgiva. En otros tiempos su principal sustento fue las Minas del Conjuro. Busquístar sufrió en los años sesenta del pasado siglo un gran descenso de población porque mucha gente tuvo que emigrar para poder seguir viviendo y progresando.
En Busquístar se apuesta por realizar un turismo sostenible para que, en consonancia con el medio ambiente, permita disfrutar a generaciones futuras del espectacular paisaje que hoy en día se puede contemplar. La iglesia de este pueblo data del siglo XVI. La construcción de sus casas favorece el desarrollo sostenible del territorio. En sus calles y plazoletas se encuentran las fuentes y el lavadero. Los tinaos y las chimeneas representan una parte de los encantos del medio urbano.
Las fiestas de Busquístar son muy famosas y divertidas y su Festival de Jazz, creado en 2004, ha generado en la Alpujarra un nuevo espacio de música de calidad y de difusión cultural. El buen comer es uno de los grandes placeres que se puede gozar este pueblo.
Busquístar originariamente formó parte de las antiguas tahás moriscas y fue importante el papel que alcanzaron las minas de hierro de la cara de enfrente. Todo un lujo para los ojos del turista y visitante, quien además se sentirá como en casa gracias al cariño y la hospitalidad de los lugareños. Encontrar un lugar tan recóndito como el que ofrece Busquístar supone todo un descubrimiento del que hay que saber disfrutar como si de un preciado tesoro se tratase.
Busquístar dependió administrativamente al principio de Albuñol y posteriormente de Órgiva. En otros tiempos su principal sustento fue las Minas del Conjuro. Busquístar sufrió en los años sesenta del pasado siglo un gran descenso de población porque mucha gente tuvo que emigrar para poder seguir viviendo y progresando.
En Busquístar se apuesta por realizar un turismo sostenible para que, en consonancia con el medio ambiente, permita disfrutar a generaciones futuras del espectacular paisaje que hoy en día se puede contemplar. La iglesia de este pueblo data del siglo XVI. La construcción de sus casas favorece el desarrollo sostenible del territorio. En sus calles y plazoletas se encuentran las fuentes y el lavadero. Los tinaos y las chimeneas representan una parte de los encantos del medio urbano.
Las fiestas de Busquístar son muy famosas y divertidas y su Festival de Jazz, creado en 2004, ha generado en la Alpujarra un nuevo espacio de música de calidad y de difusión cultural. El buen comer es uno de los grandes placeres que se puede gozar este pueblo.
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