-LAC, FASE 2 APRENDIENDO A PAGAR- IDEAL.ES
completa con algunos fallos en las máquinas expendedoras de billetes y validadoras de bonobús
La Línea de Alta Capacidad (LAC) del transporte urbano de la capital dejó ayer de ser gratis. Los usuarios tuvieron que empezar a utilizar el nuevo sistema de compra de tíquets y de validación del bonobús por primera vez desde que se pusiera en marcha. Y, por lo que se pudo ver en las distintas paradas, a muchos aún les cuesta adaptarse al nuevo modelo. Fue un día de aprendizaje, sobre todo, al enfrentarse a las expendedoras de billetes, en las cuales también se pueden realizar otro tipo de operaciones, como recargar la tarjeta de viajes. Menos confuso fue validar el propio bonobús, que es tan sencillo como pasar el 'plástico' por encima de un dibujo verde de una mano y una tarjeta. Eso sí, algunos lo pasaban por la pantalla que señala si la validación ha sido correcta o no. Ahí no funciona.
El primer día también reflejó algunas incidencias. Las nuevas máquinas, como ordenadores que son, sufrieron pequeños bloqueos que dejaron inutilizadas algunas de las expendedoras. Ocurrió en una parada de la avenida de la Constitución, por ejemplo, aunque no fue el único caso, a tenor de las declaraciones de algunos usuarios. Un técnico informático fue revisando las máquinas durante todo el día y acudiendo donde era requerido por los informadores de la LAC, que ayer, como en los primeros días de funcionamiento de la línea, tuvieron trabajo extra.
Es la segunda fase de la adaptación de los ciudadanos al nuevo sistema de transporte. La primera fue aprender a moverse con él, conocer las nuevas paradas y hacerse a los nuevos transbordos. La segunda, la de ayer, fue la de practicar para desenvolverse con las expendedoras y las validadoras. Si el usuario tenía problemas para adquirir su billete o validar el bonobús, los comentarios negativos no se hacían esperar.Distintas opiniones
Le ocurrió a una anciana que decía residir en La Chana en la parada de Puerta Real, en dirección Reyes Católicos. «Esto es un desastre muy grande. Ahora tengo que coger tres autobuses. Mi marido y yo somos jubilados», detalló. La respuesta no le tardó en llegar. Allí mismo, Carmen, vecina de Parque Nueva Granada, le replicaba que ella ha «mejorado», puesto que ahora «tardo veinte minutos menos en llegar a mi casa, he ganado tiempo». A juicio de esta mujer, la LAC es «positiva» porque «hay menos contaminación y antes con el 8 tardaba más en llegar». Lo que tiene claro es que es necesario un proceso de aprendizaje para acostumbrarse al nuevo sistema y que, por lógica, a la gente mayor le cuesta más. Pese a ello, el descontento en un buen número de usuarios se deja oír en la paradas. La premonición más escuchada es: «Ya verás cuando vengan los estudiantes en septiembre». Y es que hay quien teme el desembarco de universitarios en la LAC.
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