El aumento de los niveles de una proteína en la sangre se asocia con la aparición de edema cerebral grave, mayor deterioro neurológico precoz y peor pronóstico funcional tras un ictus isquémico
Científicos del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra y del Hospital Clínico da Xerencia de Xestión Integrada de Santiago de Compostela han demostrado que el aumento de una proteína de la sangre puede ayudar a diagnosticar problemas neurológicos.
La proteína se llama prometaloproteasa-10 (proMMP-10) y es del grupo de las metaloproteasas (MMPs) que participan en la lesión del tejido durante el ictus y en el remodelado neurovascular. “En un trabajo anterior demostramos que esta proteína aumenta en la aterosclerosis”, relatan los doctores José A. Rodríguez y Tomás Sobrino, investigadores del CIMA y del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, respectivamente, y coautores principales del trabajo. “A continuación, buscamos su implicación en pacientes con ictus isquémico agudo”.
Una investigación reconocida por la SEA
Los resultados indicaron que los niveles altos de dicha proteína en la sangre indican un mayor daño cerebral tras un ictus y que predicen un peor pronóstico funcional a medio plazo. La investigación, que ha sido publicada en la revista Journal of Thrombosis and Hemostasis y recibió una mención especial en el XXVI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA).
El estudio se realizó con pacientes con ictus isquémico que fueron divididos en dos grupos. Uno recibió tratamiento trombolítico (para disolver los coágulos) y otros, no. También se hizo seguimiento a sujetos asintomáticos. Se valoró la gravedad del ictus, el desarrollo de hemorragias intracerebrales y edema cerebral grave y se determinó la concentración de la proteína señalada, la proMMP-10, y otros marcadores inflamatorios.
Tres meses después, se comprobó que la concentración de la proteína en pacientes con ictus isquémico agudo fue muy superior a la de los pacientes sanos. La conclusión: “El aumento de los niveles de proMMP-10 se asocia con un mayor volumen de infarto, con la aparición de edema cerebral grave, con un mayor deterioro neurológico precoz y con peor pronóstico funcional a los 3 meses”, aseguran los doctores Rodríguez y Sobrino. “El incremento de la proteína tras el ictus isquémico agudo puede ser un nuevo marcador de daño cerebral y mal pronóstico funcional”.
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