TOERIA COSTALERA EN LA COLONIA DE ARACELI IDEAL ALMERIA
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El barrio de los pescadores fue el primer testigo de la llegada de la Semana Santa a la ciudad
Tenía una espinita clavada con los hermanos del Camino desde el año
pasado cuando, sin maldad, utilicé para definirles un apelativo cariñoso
que no se terminó de entender y que levantó suspicacias. Este año
quería resarcirme con ellos y, como suele ocurrir en Semana Santa,
fueron Dios y su Santísima Madre quienes me enseñaron el momento que me
iba a decir lo grande que es esta hermandad y, sobre todo, la cuadrilla
de costaleros que cargan el paso del Cristo del Camino y la Virgen de la
Salud.
Me encontré con el cortejo bajando la calle Virgen del Rocío y, en ese mismo momento, supe que iba a vivir algo hermoso. No en balde, si me enorgullezco de sentirme cofrade, ser rociero es mi auténtica condición. Esa calle tenía nombre de pasar algo, estaba convencido. Y, efectivamente, pasó.
El cortejo sale de la calle Virgen del Rocío, una pronunciada pendiente que toman en sentido descendente, revirando para tomar la calle Virgen del Pilar, otra con un nombre que como para pasar inadvertido y que es todo lo contrario a la anterior; Una pendiente relevante que se toma en sentido ascendente. Pues bien, esa revirá, ese giro, es sumamente complicado porque el costero derecho del paso se queda, prácticamente, suspendido en el aire. Los desniveles hacen que los costaleros no alcancen a meter el cuello en las trabajaderas y todo el peso lo soportan corrientes, costero izquierdo y sus fijadores. Sin embargo, el giro fue suave y bien trabajado. El paso sobre el que los vecinos de Araceli procesionan a su Cristo del Camino y a la Señora de la Salud superó el obstáculo como si aquello fuera lo más normal del mundo, como si la inclinación de las calles y el cambio de centro de gravedad del paso no fueran un problema. ¡Qué lección me dieron!
Después de tan emocionante momento, de descubrir que, la de Araceli, es una Pre Hermandad que sabe el trabajo que tiene por delante y que no se achica ante los retos, agradecí al cielo que me hubiera brindado aquella vivencia y me entretuve recreándome en contemplar a sus titulares sobre el paso que, finamente, habían vestido de claveles rojos e iris morados.
Les vi alejarse a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores "Dolores Coronada" de Álora (Málaga) con una sonrisa en la boca. Semana es tiempo de milagros y se encuentran donde quieras verlos porque se producen por todas partes. Araceli me ofreció su milagro en la calle Virgen del Rocío y yo se lo cuento a ustedes porque estos pellizcos son los que nos mueven a los cofrades y me gustaría que tuvieran la oportunidad de vivir también el suyo cualquiera de estos días con nuestras hermandades y en nuestras calles.
Semana Santa es tiempo de milagros y se encuentran donde quieras sentirlos
Me encontré con el cortejo bajando la calle Virgen del Rocío y, en ese mismo momento, supe que iba a vivir algo hermoso. No en balde, si me enorgullezco de sentirme cofrade, ser rociero es mi auténtica condición. Esa calle tenía nombre de pasar algo, estaba convencido. Y, efectivamente, pasó.
El cortejo sale de la calle Virgen del Rocío, una pronunciada pendiente que toman en sentido descendente, revirando para tomar la calle Virgen del Pilar, otra con un nombre que como para pasar inadvertido y que es todo lo contrario a la anterior; Una pendiente relevante que se toma en sentido ascendente. Pues bien, esa revirá, ese giro, es sumamente complicado porque el costero derecho del paso se queda, prácticamente, suspendido en el aire. Los desniveles hacen que los costaleros no alcancen a meter el cuello en las trabajaderas y todo el peso lo soportan corrientes, costero izquierdo y sus fijadores. Sin embargo, el giro fue suave y bien trabajado. El paso sobre el que los vecinos de Araceli procesionan a su Cristo del Camino y a la Señora de la Salud superó el obstáculo como si aquello fuera lo más normal del mundo, como si la inclinación de las calles y el cambio de centro de gravedad del paso no fueran un problema. ¡Qué lección me dieron!
Después de tan emocionante momento, de descubrir que, la de Araceli, es una Pre Hermandad que sabe el trabajo que tiene por delante y que no se achica ante los retos, agradecí al cielo que me hubiera brindado aquella vivencia y me entretuve recreándome en contemplar a sus titulares sobre el paso que, finamente, habían vestido de claveles rojos e iris morados.
Les vi alejarse a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores "Dolores Coronada" de Álora (Málaga) con una sonrisa en la boca. Semana es tiempo de milagros y se encuentran donde quieras verlos porque se producen por todas partes. Araceli me ofreció su milagro en la calle Virgen del Rocío y yo se lo cuento a ustedes porque estos pellizcos son los que nos mueven a los cofrades y me gustaría que tuvieran la oportunidad de vivir también el suyo cualquiera de estos días con nuestras hermandades y en nuestras calles.
Semana Santa es tiempo de milagros y se encuentran donde quieras sentirlos
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