"LAS CALLES ANCHA ES LA MAS ABANDONADAS DE MOTRIL Y LAS OBRAS LLEGAN TARDE"
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«La calle Ancha es la más abandonada de Motril y las obras llegan tarde»
«Esto está peor desde que hicieron la calle. Metieron el gas y
echaron cemento por encima. Y no está bien porque a los discapacitados
les cuesta pasar». Antonio, jubilado de 81 años, anteriormente mecánico,
describe el actual panorama de la calle Ancha sentado en un banco en la
entrada del centro de día para mayores de Motril, en el corazón de la
vía. Allí, bajo un sol de justicia, otea el trasiego de los coches por
la calzada bacheada mientras hace tiempo para una partida de dominó.
«Aquí todo sigue igual: todo el dinero se va al centro, pero en esta
calle los comercios se alquilan o se venden... cada vez hay menos
tiendas», señala este vecino que ha vivido las últimas cuatro décadas en
el barrio.
Muchos son los vecinos y comerciantes que, como Antonio, ven cómo la calle Ancha, la más destacada de las arterias de la Zona Norte por su volumen de población y gran tradición comercial, va perdiendo fuelle en detrimento de otras vías más céntricas.
El Ayuntamiento de Motril, por medio del teniente de Gestión de Infraestructuras, Nicolás Navarro, afirmó el pasado lunes que las obras de reforma de esta calle, previstas para comienzos de este año, se han adjudicado por 116.556 euros, una primera fase que se completará con los fondos europeos del Plan Urban, que se concederán y ejecutarán entre 2015 y 2020. Estos proyectos, sin embargo, les son ajenos a los usuarios de la vía, denominada «la cenicienta» por la alcaldesa, Luisa García Chamorro, por ser una de las grandes olvidadas por el Consistorio pese a su importancia.
En los últimos 15 años no se ha acometido ningún plan de asfaltado para la calzada a pesar del tráfico que condensa. «Solo sé que van a hacer obras porque lo leí en el periódico, pero nadie nos ha dicho nada», indica José Manuel, propietario de una frutería en la zona, quien celebra, como muchos vecinos, una mejoría «necesaria» en el pavimento. Aunque espera que, de realizarse, tengan en cuenta a los comercios. «Nos repercutirá porque mi camión no podrá descargar la mercancía, también a la clientela... quizá sea mejor reformar por tramos o dejar el asfalto para lo último para que no perjudique tanto», añade. José Manuel, de 36 años, no recuerda que se haya realizado algún tipo de mejora en calle Ancha. Más allá de los desperfectos de la calzada, él ve un déficit en los servicios. «Se desconchó un alcorque en la puerta de mi negocio y no se ha arreglado desde hace más de seis meses, incluso tras ponerle una queja al Ayuntamiento. Barro todos los días mi parte de la acera porque nadie lo hará por mí... ¡si un hombre vomitó hace meses en esta calle y hasta que no llovió no se quitó! En el centro eso no pasa», se sincera.
Paco, pescadero con 33 años de oficio en el barrio junto a su mujer Elisabeth, también cree que las obras pueden suponer problemas logísticos. «Esta es la calle más abandonada, aunque ahora que vienen las elecciones lo arreglarán todo. Las mejoras aquí siempre las hacen al final... todo está lleno de agujeros y baches y cualquier rotura tarda en ser arreglada y se hace mal», incide. No obstante, Paco desconfía de que la mejora y embellecimiento de la calle Ancha signifique una mejora de las ventas de los negocios. «En Motril a los comerciantes nos han dejado de lado», dice. «Con o sin arreglo, venderemos exactamente lo mismo», exclama Elisabeth.
Es media mañana y al ajetreo rutinario de viandantes se les unen grupos de estudiantes que aprovechan su recreo para despejarse en uno de los pequeños parques con los que cuenta la calle. Ante la pregunta de qué les parece su estado, la respuesta de una de las jóvenes es rotunda: «Cutre». «Tendrían que hacer como en la avenida de Salobreña, que está todo muy bien. Si lo hacen así tendrán sus frutos», destaca Juan Medina, alumno de Ciclo Superior Administrativo del cercano instituto La Zafra.
El proyecto pretende el reasfaltado del pavimento, mejorar la iluminación, eliminar barreras arquitectónicas y elevar los pasos de peatones para dar mayor seguridad. Mientras se ejecuta o no, la vida (y sus problemas) sigue en una de las calles más castizas de Motril.
Muchos son los vecinos y comerciantes que, como Antonio, ven cómo la calle Ancha, la más destacada de las arterias de la Zona Norte por su volumen de población y gran tradición comercial, va perdiendo fuelle en detrimento de otras vías más céntricas.
El Ayuntamiento de Motril, por medio del teniente de Gestión de Infraestructuras, Nicolás Navarro, afirmó el pasado lunes que las obras de reforma de esta calle, previstas para comienzos de este año, se han adjudicado por 116.556 euros, una primera fase que se completará con los fondos europeos del Plan Urban, que se concederán y ejecutarán entre 2015 y 2020. Estos proyectos, sin embargo, les son ajenos a los usuarios de la vía, denominada «la cenicienta» por la alcaldesa, Luisa García Chamorro, por ser una de las grandes olvidadas por el Consistorio pese a su importancia.
En los últimos 15 años no se ha acometido ningún plan de asfaltado para la calzada a pesar del tráfico que condensa. «Solo sé que van a hacer obras porque lo leí en el periódico, pero nadie nos ha dicho nada», indica José Manuel, propietario de una frutería en la zona, quien celebra, como muchos vecinos, una mejoría «necesaria» en el pavimento. Aunque espera que, de realizarse, tengan en cuenta a los comercios. «Nos repercutirá porque mi camión no podrá descargar la mercancía, también a la clientela... quizá sea mejor reformar por tramos o dejar el asfalto para lo último para que no perjudique tanto», añade. José Manuel, de 36 años, no recuerda que se haya realizado algún tipo de mejora en calle Ancha. Más allá de los desperfectos de la calzada, él ve un déficit en los servicios. «Se desconchó un alcorque en la puerta de mi negocio y no se ha arreglado desde hace más de seis meses, incluso tras ponerle una queja al Ayuntamiento. Barro todos los días mi parte de la acera porque nadie lo hará por mí... ¡si un hombre vomitó hace meses en esta calle y hasta que no llovió no se quitó! En el centro eso no pasa», se sincera.
Paco, pescadero con 33 años de oficio en el barrio junto a su mujer Elisabeth, también cree que las obras pueden suponer problemas logísticos. «Esta es la calle más abandonada, aunque ahora que vienen las elecciones lo arreglarán todo. Las mejoras aquí siempre las hacen al final... todo está lleno de agujeros y baches y cualquier rotura tarda en ser arreglada y se hace mal», incide. No obstante, Paco desconfía de que la mejora y embellecimiento de la calle Ancha signifique una mejora de las ventas de los negocios. «En Motril a los comerciantes nos han dejado de lado», dice. «Con o sin arreglo, venderemos exactamente lo mismo», exclama Elisabeth.
Es media mañana y al ajetreo rutinario de viandantes se les unen grupos de estudiantes que aprovechan su recreo para despejarse en uno de los pequeños parques con los que cuenta la calle. Ante la pregunta de qué les parece su estado, la respuesta de una de las jóvenes es rotunda: «Cutre». «Tendrían que hacer como en la avenida de Salobreña, que está todo muy bien. Si lo hacen así tendrán sus frutos», destaca Juan Medina, alumno de Ciclo Superior Administrativo del cercano instituto La Zafra.
El proyecto pretende el reasfaltado del pavimento, mejorar la iluminación, eliminar barreras arquitectónicas y elevar los pasos de peatones para dar mayor seguridad. Mientras se ejecuta o no, la vida (y sus problemas) sigue en una de las calles más castizas de Motril.
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