UNA VIDA MARCADAS POR LAS HORAS
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Acacio Martínez lleva casi 40 años siendo el relojero del Ayuntamiento de Linares
Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor y si eres la persona que
se encarga del correcto funcionamiento del reloj más reconocido de una
ciudad, esta frase cobra un especial significado. Bien lo sabe Acacio
Martínez. Su relación con el reloj que da las horas en el Ayuntamiento
de Linares comenzó cuando él tenía sólo 16 años y de una forma singular.
«Fue en el año 1975 ó 1976 cuando me llamó un relojero muy antiguo de
la ciudad y puramente mecánico, porque él de electricidad y de
electrónica no entendía nada y me pidió que le ayudase cuando había una
avería que él no podía solucionar», dice el relojero. Acacio que, en la
actualidad, tiene una empresa de seguridad y, tras su regreso del
servicio militar, su vida volvió a estar vinculada al conocido reloj, en
una relación que se mantiene hasta la actualidad.
A lo largo de estos casi 40 años, se han sucedido las anécdotas pese a que su funcionamiento siempre ha respondido muy bien. Una de las que destaca es cuando tuvo que abandonar de forma momentánea la cena de Nochevieja para que el reloj tocase las doce de la noche. «Un año recuerdo que quedaban 20 minutos para las doce y tuve que salir corriendo porque, salvo ese día, el resto del año la última hora que tocaba era las 11 de la noche para no molestar a los vecinos. Llegué justo a tiempo para que sonase esa hora», comenta Martínez. A nivel técnico, se trata de un reloj analógico y se sirve manteniendo en nuestros días el mecanismo que lleva desde su origen.
Pero si por algo es conocido el reloj del Palacio consistorial es por la melodía que ha sonado hasta hace unos meses. La pieza musical es el Preludio 'Estudio sin luz' del guitarrista más importante que ha dado la ciudad, Andrés Segovia, y que tiene una duración de 12 segundos. La sintonía que ha acompañado las horas de la ciudad es un guiño que se le hizo al artista ya que su viuda, Emilia Corral, fue la que donó el mecanismo del reloj. Como curiosidad, justo un minuto antes de la hora en punto, se activa el Preludio, hay una pausa, se tocan las campanadas y acto seguido se queda preparado para la siguiente hora. En él también se puede ver las iniciales del maestro y la silueta de la guitarra. «En memoria de su recuerdo, cuando se vuelva a poner en marcha, debería seguir sonando la melodía de Andrés Segovia porque fue una persona muy vinculada a Linares», dice el relojero. La ilusión que él manifestó cuando a una corta edad tuvo que hacerse cargo del funcionamiento de reloj, le gustaría que se viese reflejada en sus hijos, aunque el futuro de sus hijas mayores está fuera de Linares por el momento y el de su hijo pequeño, aún lo desconoce.
A lo largo de estos casi 40 años, se han sucedido las anécdotas pese a que su funcionamiento siempre ha respondido muy bien. Una de las que destaca es cuando tuvo que abandonar de forma momentánea la cena de Nochevieja para que el reloj tocase las doce de la noche. «Un año recuerdo que quedaban 20 minutos para las doce y tuve que salir corriendo porque, salvo ese día, el resto del año la última hora que tocaba era las 11 de la noche para no molestar a los vecinos. Llegué justo a tiempo para que sonase esa hora», comenta Martínez. A nivel técnico, se trata de un reloj analógico y se sirve manteniendo en nuestros días el mecanismo que lleva desde su origen.
Pero si por algo es conocido el reloj del Palacio consistorial es por la melodía que ha sonado hasta hace unos meses. La pieza musical es el Preludio 'Estudio sin luz' del guitarrista más importante que ha dado la ciudad, Andrés Segovia, y que tiene una duración de 12 segundos. La sintonía que ha acompañado las horas de la ciudad es un guiño que se le hizo al artista ya que su viuda, Emilia Corral, fue la que donó el mecanismo del reloj. Como curiosidad, justo un minuto antes de la hora en punto, se activa el Preludio, hay una pausa, se tocan las campanadas y acto seguido se queda preparado para la siguiente hora. En él también se puede ver las iniciales del maestro y la silueta de la guitarra. «En memoria de su recuerdo, cuando se vuelva a poner en marcha, debería seguir sonando la melodía de Andrés Segovia porque fue una persona muy vinculada a Linares», dice el relojero. La ilusión que él manifestó cuando a una corta edad tuvo que hacerse cargo del funcionamiento de reloj, le gustaría que se viese reflejada en sus hijos, aunque el futuro de sus hijas mayores está fuera de Linares por el momento y el de su hijo pequeño, aún lo desconoce.
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