LAS TABLAS ESPERAN A LOS ELEGIDOS.
HUELVA INFORMACIÓN
Los tres primeros premios en la modalidad
de comparsa de la pasada edición desplegaron sus voces en una bombonera
repleta de público Las alcahuetas peluqueras pusieron la guasa
Las tres primeras agrupaciones clasificadas el pasado año en la
modalidad de comparsas actuaron lunes en la penúltima de las semifinales
del concurso del Carnaval Colombino 2016, una velada en la que
participaron también otra comparsa y dos murgas. La bombonera llena para
ser el primer día de la semana, en parte por la presencia de gente de
Valverde, Bollullos y Punta Umbría que se desplazaron con sus
agrupaciones. (Hoy ya se conocen las que pasan a la final tras la
jornada de ayer).
La primera en subirse a las tablas fue la comparsa de Valverde del Camino Los maquilladores. Lo hicieron con el listón muy alto después de alzarse en 2015 con el primer premio de la modalidad con Los número 1. Presentaron unos pintores de brocha gorda, que llegaron para embellecer el Carnaval pero también para dar algún que otro repasito a los políticos y la corrupción. Uno de los pasadobles se lo dedicaron a la infanta Cristina por su supuesta relación con el caso Noos. No se olvidaron en su actuación de Fali y aquellos que van a otros concursos fuera la provincia de Huelva. Como muestra de la actualidad de sus letras aludieron al expolio en el yacimiento arqueológico de la capital.
La murga de Bollullos par del Condado Un tipo con suerte incluyó en su actuación un gato negro (de escayola o similar) para desafiar a la superstición y se dedicaron a repartir suerte en sus letras a parados, enfermos, emigrantes y más necesitados, porque prefieren "un mundo sin guerra, sin miedo, sin derechas e izquierdas, sin avaricia y que las manos sirvan para las caricias". En consonancia con su tipo, dedicaron un cuplé al afortunado que le tocó el Gordo de la lotería Navidad y después el Niño.
Los cuentalunas, compasa de Punta Umbría (segundo premio el año pasado), fue la siguiente a subirse al escenario. En la presentación relataron la leyenda de su tipo, unos bucaneros y sus fechorías en el mar. El primer pasadoble fue para los atentados de París, con un relato de dos parisinos uno de los cuales mata al otro por el fanatismo de la religión. El segundo fue para Huelva y parque industrial, los fosfoyesos y el daño que suponen para el medio ambiente y la salud.
Uno de los cuplés se lo dedicaron a Jesuli, de la peña Los Ventaneros, que se ha vuelto capillita, y a su trayectoria en el concurso donde logró primeros premios. Voces con mucha fuerza, armónica y buenas letras. Causaron una gran sensación.
También lo hicieron (incluso más, a tenor del público), Los golondrinas, la compasa de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), tercer premio en 2015. Escenificaron a los andaluces que se marcharon a Cataluña en la década de los sesenta y que como las golondrinas por muy lejos que vuelen sólo piensan en volver. Este grupo de mayores, reunidos en la Casa de Andalucía de Barcelona, causaron furor con el pasodoble que le dedicaron a La niña bonita, la comparsa puntaumbrieña que quedó segunda en la pasada edición. Buenas voces de esta agrupación que aludió al final de la lucha obrera y sindical, a la falta de trabajo, a que después de tanto tiempo todo sigue igual y siempre están los de arriba y los de abajo, nombre de la agrupación con la que participaron en la edición pasada.
La murga de la peña Los Pollos de la capital, Las matacharis, puso de nuevo la nota de humor en el Gran Teatro con su presentación. Después, cantaron el pasodoble a la provincia, lamentando que al Carnaval de Huelva lo tiren por tierra. El segundo fue contra la violencia asesina del terrorismo machista. Luego, este montón de alcahuetas peluqueras interpretaron dos cuplés con claros tintes murguitas y con el popurrí desplegaron sobre el escenario toda la burla y el pitorreo.
Las sirenas de la compasa mixta Oye mi canto de Isla Cristina envolvieron la bombonera de voces, dulces, melódicas y acompasadas. Pasodobles para los refugiados que huyen de la guerra y la miseria y para los marineros de Huelva. La nota amarga de la velada fue el percance que sufrió una de las componentes al caerse en el escenario, que tuvo que abandonar. La respuesta del público fue extraordinaria animando a la agrupación a seguir con la actuación.
La primera en subirse a las tablas fue la comparsa de Valverde del Camino Los maquilladores. Lo hicieron con el listón muy alto después de alzarse en 2015 con el primer premio de la modalidad con Los número 1. Presentaron unos pintores de brocha gorda, que llegaron para embellecer el Carnaval pero también para dar algún que otro repasito a los políticos y la corrupción. Uno de los pasadobles se lo dedicaron a la infanta Cristina por su supuesta relación con el caso Noos. No se olvidaron en su actuación de Fali y aquellos que van a otros concursos fuera la provincia de Huelva. Como muestra de la actualidad de sus letras aludieron al expolio en el yacimiento arqueológico de la capital.
La murga de Bollullos par del Condado Un tipo con suerte incluyó en su actuación un gato negro (de escayola o similar) para desafiar a la superstición y se dedicaron a repartir suerte en sus letras a parados, enfermos, emigrantes y más necesitados, porque prefieren "un mundo sin guerra, sin miedo, sin derechas e izquierdas, sin avaricia y que las manos sirvan para las caricias". En consonancia con su tipo, dedicaron un cuplé al afortunado que le tocó el Gordo de la lotería Navidad y después el Niño.
Los cuentalunas, compasa de Punta Umbría (segundo premio el año pasado), fue la siguiente a subirse al escenario. En la presentación relataron la leyenda de su tipo, unos bucaneros y sus fechorías en el mar. El primer pasadoble fue para los atentados de París, con un relato de dos parisinos uno de los cuales mata al otro por el fanatismo de la religión. El segundo fue para Huelva y parque industrial, los fosfoyesos y el daño que suponen para el medio ambiente y la salud.
Uno de los cuplés se lo dedicaron a Jesuli, de la peña Los Ventaneros, que se ha vuelto capillita, y a su trayectoria en el concurso donde logró primeros premios. Voces con mucha fuerza, armónica y buenas letras. Causaron una gran sensación.
También lo hicieron (incluso más, a tenor del público), Los golondrinas, la compasa de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), tercer premio en 2015. Escenificaron a los andaluces que se marcharon a Cataluña en la década de los sesenta y que como las golondrinas por muy lejos que vuelen sólo piensan en volver. Este grupo de mayores, reunidos en la Casa de Andalucía de Barcelona, causaron furor con el pasodoble que le dedicaron a La niña bonita, la comparsa puntaumbrieña que quedó segunda en la pasada edición. Buenas voces de esta agrupación que aludió al final de la lucha obrera y sindical, a la falta de trabajo, a que después de tanto tiempo todo sigue igual y siempre están los de arriba y los de abajo, nombre de la agrupación con la que participaron en la edición pasada.
La murga de la peña Los Pollos de la capital, Las matacharis, puso de nuevo la nota de humor en el Gran Teatro con su presentación. Después, cantaron el pasodoble a la provincia, lamentando que al Carnaval de Huelva lo tiren por tierra. El segundo fue contra la violencia asesina del terrorismo machista. Luego, este montón de alcahuetas peluqueras interpretaron dos cuplés con claros tintes murguitas y con el popurrí desplegaron sobre el escenario toda la burla y el pitorreo.
Las sirenas de la compasa mixta Oye mi canto de Isla Cristina envolvieron la bombonera de voces, dulces, melódicas y acompasadas. Pasodobles para los refugiados que huyen de la guerra y la miseria y para los marineros de Huelva. La nota amarga de la velada fue el percance que sufrió una de las componentes al caerse en el escenario, que tuvo que abandonar. La respuesta del público fue extraordinaria animando a la agrupación a seguir con la actuación.
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