MOTRIL DESBLOQUEA EL TERRENO PARA SU CEMENTERIO UNA DÉCADA DESPUÉS.
COSTA IDEAL.ES
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Tras años de negociaciones fallidas con la Junta sin lograr la parcela de monte deseada, el gobierno local opta por pedir otra y luego tratará de canjearla
El cementerio de Motril se agota. Las sucesivas ampliaciones, las
exhumaciones y, sobre todo, el aumento de las cremaciones de los últimos
años han ido retrasando el problema pero, lejos de resolverse, tiene
fecha de caducidad. El viejo camposanto municipal, con más de 200 años
de vida, y ubicado en una parcela de 15.000 metros cuadrados en el casco
urbano, apenas podrá aguantar tres años más con el ritmo de
enterramientos actual. El Ayuntamiento lo sabe desde hace tiempo y los
sucesivos equipos de gobierno han puesto el problema sobre la mesa sin
lograr la solución definitiva. Pero dar con ella, ahora, es una cuestión
de máxima urgencia.
El equipo de gobierno de Motril (PSOE y PA) ha cogido el toro por los cuernos para no demorar más esta solución y ha aprobado en pleno la petición de unos terrenos a la Junta, con los que pretende desbloquear un conflicto que lleva coleando diez años. Lo paradójico, es que el Ayuntamiento no quiere esta parcela para ubicar allí el cementerio sino para utilizarla como moneda de cambio con la que tratar de conseguir después otra más idónea. La explicación a esta 'carambola urbanística' ideada por el equipo de gobierno de Motril (PSOE y PA) es un tanto compleja y para entenderla hay que remontarse a la aprobación del Plan General de Urbanismo de 2003, que ya contemplaba unos terrenos para el futuro cementerio.
Concretamente, el documento aún vigente delimita como Sistema General Cementerio 25.000 metros cuadrados del monte público de La Nacla, una calificación que permitía que la Junta tramitase la desafección del monte público y ceda al Ayuntamiento esa parcela para ubicar el necesario camposanto. Sin embargo, esos trámites no culminaron porque en 2007, los técnicos del Ayuntamiento concluyeron que la solución dibujada sobre los papeles del plan de Urbanismo resultaba poco efectiva a la hora de llevarla a cabo.
Desde 2007, el Ayuntamiento de Motril mantiene un tira y afloja con la Junta de Andalucía para que le ceda otros terrenos mejores. El equipo de gobierno anterior al actual, con Luisa García Chamorro (PP) como alcaldesa, propuso hasta tres ubicaciones distintas al Gobierno andaluz, topándose con negativas por distintos motivos. Y precisamente, la última de las parcelas que propuso García Chamorro es también la que defiende como mejor opción el actual equipo de gobierno que preside Flor Almón. Se trata de unos terrenos ubicados en la cota 100, mucho más cerca de la ciudad de lo que están los contemplados en el PGOU. Su gran handicap es que también son terrenos de monte público, que previamente fueron expropiados, por lo que no se pueden desafectar.
«Volvemos a estos terrenos después de haber intentado la cesión de otros de mejores condiciones pertenecientes al mismo monte público de la Nacla, y ello porque según nos dicen en la Junta con la legislación actual es prácticamente imposible desafectar terrenos de monte público para un destino diferente para el cual fueron expropiados en su día, salvo, que se haya alterado su calificación urbanística con anterioridad al cambio de legislación», expone la propuesta que hoy llevará a pleno el gobierno municipal.
El Ayuntamiento se retrotrae así al principio de las negociaciones, una década atrás, y luchará por conseguir los terrenos que contempla el PGOU desde 2003 como emplazamiento para el nuevo cementerio. «La idea es poder cambiar la ubicación dentro de las misma finca de La Nacla una vez obtenida la cesión», admiten desde el equipo de gobierno, que saben que la cuestión no está garantizada.
Sin embargo, el teniente alcalde delegado de Urbanismo y Medio Ambiente, Antonio Escámez, está convencido de que, finalmente, se va a conseguir la parcela de la cota 100, que tiene mejores accesos y sería más viable porque la construcción del cementerio aquí «incluso supondría un menor impacto ambiental». Escámez asegura que el tema se ha negociado ya al más alto nivel, en Sevilla, y es factible. «Pero hay que empezar por el principio». O sea, por pedir la parcela del PGOU. Bastante más fácil será, a juicio del edil, buscar después una empresa que quiera construir el cementerio, mediante una cesión. El tiempo, no obstante, corre en su contra.
El equipo de gobierno de Motril (PSOE y PA) ha cogido el toro por los cuernos para no demorar más esta solución y ha aprobado en pleno la petición de unos terrenos a la Junta, con los que pretende desbloquear un conflicto que lleva coleando diez años. Lo paradójico, es que el Ayuntamiento no quiere esta parcela para ubicar allí el cementerio sino para utilizarla como moneda de cambio con la que tratar de conseguir después otra más idónea. La explicación a esta 'carambola urbanística' ideada por el equipo de gobierno de Motril (PSOE y PA) es un tanto compleja y para entenderla hay que remontarse a la aprobación del Plan General de Urbanismo de 2003, que ya contemplaba unos terrenos para el futuro cementerio.
Concretamente, el documento aún vigente delimita como Sistema General Cementerio 25.000 metros cuadrados del monte público de La Nacla, una calificación que permitía que la Junta tramitase la desafección del monte público y ceda al Ayuntamiento esa parcela para ubicar el necesario camposanto. Sin embargo, esos trámites no culminaron porque en 2007, los técnicos del Ayuntamiento concluyeron que la solución dibujada sobre los papeles del plan de Urbanismo resultaba poco efectiva a la hora de llevarla a cabo.
Tira y afloja
Y es que estos terrenos ubicados en la zona noroeste del cerro de La
Nacla están muy alejado de la ciudad, no tienen viales y están ubicados
en altas pendientes, por lo que construir allí el cementerio sería un
proyecto caro y poco viable.Desde 2007, el Ayuntamiento de Motril mantiene un tira y afloja con la Junta de Andalucía para que le ceda otros terrenos mejores. El equipo de gobierno anterior al actual, con Luisa García Chamorro (PP) como alcaldesa, propuso hasta tres ubicaciones distintas al Gobierno andaluz, topándose con negativas por distintos motivos. Y precisamente, la última de las parcelas que propuso García Chamorro es también la que defiende como mejor opción el actual equipo de gobierno que preside Flor Almón. Se trata de unos terrenos ubicados en la cota 100, mucho más cerca de la ciudad de lo que están los contemplados en el PGOU. Su gran handicap es que también son terrenos de monte público, que previamente fueron expropiados, por lo que no se pueden desafectar.
Volver a empezar
Ante este obstáculo en apariencia insalvable, el equipo de gobierno
de PSOE y PA ha optado por volver a solicitar a la Junta los terrenos de
La Nacla que sí están contemplados en el PGOU y que es posible
conseguir... pero sin perder de vista los otros.«Volvemos a estos terrenos después de haber intentado la cesión de otros de mejores condiciones pertenecientes al mismo monte público de la Nacla, y ello porque según nos dicen en la Junta con la legislación actual es prácticamente imposible desafectar terrenos de monte público para un destino diferente para el cual fueron expropiados en su día, salvo, que se haya alterado su calificación urbanística con anterioridad al cambio de legislación», expone la propuesta que hoy llevará a pleno el gobierno municipal.
El Ayuntamiento se retrotrae así al principio de las negociaciones, una década atrás, y luchará por conseguir los terrenos que contempla el PGOU desde 2003 como emplazamiento para el nuevo cementerio. «La idea es poder cambiar la ubicación dentro de las misma finca de La Nacla una vez obtenida la cesión», admiten desde el equipo de gobierno, que saben que la cuestión no está garantizada.
Sin embargo, el teniente alcalde delegado de Urbanismo y Medio Ambiente, Antonio Escámez, está convencido de que, finalmente, se va a conseguir la parcela de la cota 100, que tiene mejores accesos y sería más viable porque la construcción del cementerio aquí «incluso supondría un menor impacto ambiental». Escámez asegura que el tema se ha negociado ya al más alto nivel, en Sevilla, y es factible. «Pero hay que empezar por el principio». O sea, por pedir la parcela del PGOU. Bastante más fácil será, a juicio del edil, buscar después una empresa que quiera construir el cementerio, mediante una cesión. El tiempo, no obstante, corre en su contra.
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