MORAL ALTA EN EL REALEJO
IDEAL.ES
-
MIL CALLES LLEVAN HACIA TI
-
Pocas vías con tan pocos metros de longitud encierran tantas leyendas, recuerdos, historias y sabores de una Granada que nunca termina de desaparecer en su laberinto de calles
Hay que escuchar tus propios pasos. Sentir cómo resuenan contra el
empedrao del suelo y rebotan por las paredes y por las fachadas de esta
calle de la vieja judería de Granada. Si no hay prisa, se puede degustar
paso a paso la historia que encierra la calle Moral Alta, de apenas un
centenar de metros, rebosante en historias y leyendas, recuerdos e
historias, que nos devuelve los sabores de una ciudad que nunca termina
de desaparecer en su laberinto de calles. Solo hay que abrir el alma y
pensar en el convento de Santiago, santo y seña del barrio en su era
cristiana y que es inicio de la ruta mozárabe desde Granada hasta
Santiago, allá en Compostela, junto a Fisterra.
Adentrarse en la calle es darse de frente con un aguardería, algarabía y baluarte de críos, profesionales, papás y mamás que hacen honor al nombre de la calle y con moral alta desempeñan sus días. Sin embargo, de la guardería a la sorpresa, el nombre le viene a la calle más por la botánica que por el ánimo. Dicen los libros gordos de plantas que «la hoja del moral alimenta a los gusanos de seda y la de la seda fue una industria muy importante en Granada. De las huertas con morales de los alrededores parece derivar este nombre. Los árabes llamaban al árbol del moral al-tut'. En efecto, se trata de un árbol de la familia de las moráceas, de cinco a seis metros de altura, con tronco grueso y derecho, copa amplia, hojas ásperas, lanuginosas, acorazonadas, dentadas o lobuladas por el margen, y flores unisexuales en amentos espiciformes, separadas las masculinas de las femeninas.
Es decir, que la calle que se llamó anteriormente 'del Baño', según deja escrito Seco de Lucena, con casa en esta misma calle, pasó a llamarse Moral Alta, en referencia al árbol de marras, aunque con el paso de los años, la popularización de la expresión, ha sembrado la creencia de que se trata de un nombre curioso que se refiere, como decimos, al estado de ánimo. Incluso, en un rastreo por internet, se descubre que es asaz popular y se venden pegatinas del nombre de la calle con la clásica cerámica de Fajalauza para regalo o si se quiere, para animarse uno mismo el día con su presencia.
Guardería, restos arqueológicos y se llega a mitad de esta calle. Casas de apenas dos o tres alturas coquetas, muy bien cuidadadas con profusión de veegetación que devuelven el sabor de la Granada cautivadora y, al fondo, junto al Cuarto Real, la casa del periodista Seco de Lucena, quien lo contó todo.
Adentrarse en la calle es darse de frente con un aguardería, algarabía y baluarte de críos, profesionales, papás y mamás que hacen honor al nombre de la calle y con moral alta desempeñan sus días. Sin embargo, de la guardería a la sorpresa, el nombre le viene a la calle más por la botánica que por el ánimo. Dicen los libros gordos de plantas que «la hoja del moral alimenta a los gusanos de seda y la de la seda fue una industria muy importante en Granada. De las huertas con morales de los alrededores parece derivar este nombre. Los árabes llamaban al árbol del moral al-tut'. En efecto, se trata de un árbol de la familia de las moráceas, de cinco a seis metros de altura, con tronco grueso y derecho, copa amplia, hojas ásperas, lanuginosas, acorazonadas, dentadas o lobuladas por el margen, y flores unisexuales en amentos espiciformes, separadas las masculinas de las femeninas.
Es decir, que la calle que se llamó anteriormente 'del Baño', según deja escrito Seco de Lucena, con casa en esta misma calle, pasó a llamarse Moral Alta, en referencia al árbol de marras, aunque con el paso de los años, la popularización de la expresión, ha sembrado la creencia de que se trata de un nombre curioso que se refiere, como decimos, al estado de ánimo. Incluso, en un rastreo por internet, se descubre que es asaz popular y se venden pegatinas del nombre de la calle con la clásica cerámica de Fajalauza para regalo o si se quiere, para animarse uno mismo el día con su presencia.
Guardería, restos arqueológicos y se llega a mitad de esta calle. Casas de apenas dos o tres alturas coquetas, muy bien cuidadadas con profusión de veegetación que devuelven el sabor de la Granada cautivadora y, al fondo, junto al Cuarto Real, la casa del periodista Seco de Lucena, quien lo contó todo.
Comentarios
Publicar un comentario