UN MEDIO CON CARACTER TRATO EL BALÓN Y QUE JUEGA SENCILLO
Esta temporada ha sido elegido en el once de gala de la liga brasileña. Es un especialista en las jugadas a balón parado. Debe mantener su progreso.
Lucas Silva (16 de febrero de 1993, Goiás, Brasil)
juega sencillo, y esa es su principal virtud. Capaz de desplazar muy
bien la pelota en largo y con buen disparo desde media distancia, el
salto en su capacidad defensiva se lo debe a Marcelo Oliveira, el
técnico del Cruzeiro dominador en Brasil y que confió en él cuando ya se
empezaba a hablar de una segunda cesión que hubiese sido definitiva.
Esa capacidad como mediocentro de contención con buen trato de balón es
lo que le hizo un futbolista más completo. Su experiencia en las selecciones inferiores de Brasil hizo el resto.
Con 21 años es ya pieza importante en el mediocampo del campeón Cruzeiro. Lucas Silva nació en Itumbiara (Goiás) aunque se mudó con su familia pronto a Goiania. Con doce años y ya en Goiania, llegó para empezar su carrera futbolística en la Agremiacao Esportiva Ovel. Brilló hasta el punto de ser rápidamente captado por las categorías de base del Cruzeiro. Era 2012 cuando con 19 años ya había ascendido al primer equipo. Tras un corto préstamo al Nacional de Nova Serrana para jugar el campeonato Mineiro de 2012, volvió al actual campeón de Brasil.
Hizo su debut oficial en un partido ante la Portuguesa y poco después ya disfrutó de la titularidad. Fue ante el Bahía. Desde muy joven, Lucas Silva mostró carácter y eso fue decisivo para que Marcelo Oliveira depositase su confianza en él. Lleva dos temporadas consecutivas como titular, aunque con algunos altibajos y con menos peso de lo habitual en el último tramo de este pasado campeonato.
Este mediocentro no sólo maneja bien la pelota, sino que además es un buen especialista a balón parado. Siempre trató de imitar a su ídolo futbolístico Juninho Pernambucano, una de las referencias brasileñas en ese sentido. De momento, siempre ha tenido especialistas por delante de él y todavía no pudo explotar este aspecto de su juego.
Tuvo un pie en el Monterrey mexicano, pero el Real Madrid es otro mundo. Por eso ha aceptado. Cierto que tiene mucho que progresar y que para jugar como interior no parece aún preparado. Pero como alternativa de necesidad a la que pueda echar mano Ancelotti, el brasileño sería un total acierto. Ya lo vio Marcelo Oliveira y con él se consagró en el Cruzeiro. Esta campaña ha sido elegido en el once de gala de la liga brasileña y ha ganado la Bola de Plata que concede la revista Placar y que le acredita como mejor centrocampista defensivo de la liga.
Con 21 años es ya pieza importante en el mediocampo del campeón Cruzeiro. Lucas Silva nació en Itumbiara (Goiás) aunque se mudó con su familia pronto a Goiania. Con doce años y ya en Goiania, llegó para empezar su carrera futbolística en la Agremiacao Esportiva Ovel. Brilló hasta el punto de ser rápidamente captado por las categorías de base del Cruzeiro. Era 2012 cuando con 19 años ya había ascendido al primer equipo. Tras un corto préstamo al Nacional de Nova Serrana para jugar el campeonato Mineiro de 2012, volvió al actual campeón de Brasil.
Hizo su debut oficial en un partido ante la Portuguesa y poco después ya disfrutó de la titularidad. Fue ante el Bahía. Desde muy joven, Lucas Silva mostró carácter y eso fue decisivo para que Marcelo Oliveira depositase su confianza en él. Lleva dos temporadas consecutivas como titular, aunque con algunos altibajos y con menos peso de lo habitual en el último tramo de este pasado campeonato.
Este mediocentro no sólo maneja bien la pelota, sino que además es un buen especialista a balón parado. Siempre trató de imitar a su ídolo futbolístico Juninho Pernambucano, una de las referencias brasileñas en ese sentido. De momento, siempre ha tenido especialistas por delante de él y todavía no pudo explotar este aspecto de su juego.
Tuvo un pie en el Monterrey mexicano, pero el Real Madrid es otro mundo. Por eso ha aceptado. Cierto que tiene mucho que progresar y que para jugar como interior no parece aún preparado. Pero como alternativa de necesidad a la que pueda echar mano Ancelotti, el brasileño sería un total acierto. Ya lo vio Marcelo Oliveira y con él se consagró en el Cruzeiro. Esta campaña ha sido elegido en el once de gala de la liga brasileña y ha ganado la Bola de Plata que concede la revista Placar y que le acredita como mejor centrocampista defensivo de la liga.
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