LA NIEVE SE ALIA CON LA UNIVERSIADA
Las últimas precipitaciones cambian la cara
de la Sierra Se cumplen veinte años desde la estación granadina se vio
obligada a aplazar el Mundial de Esquí
Enrique Abuín
granada
| Actualizado 17.01.2015 - 01:00
Como el que pasa un día de estar calvo a lucir melena tras un
injerto de pelo. La Sierra ha pasado de presentar claros por muchas
zonas del macizo, debido al caluroso invierno que se estaba registrando,
a refulgir de nuevo con el color blanco. Y, además, puede presumir de
que su 'pelaje cano' es en parte gracias la copiosa nevada que cayó en
la madrugada del jueves al viernes y que continuó durante gran parte de
la mañana, que se suma a la nieve producida que estaba ayudando a
mantener muchas pistas abiertas. Los diez centímetros de nieve nueva
consolidan los más de 60 kilómetros esquiables en las pistas y mañana
llegará lo mejor con abundantes precipitaciones. Así, la naturaleza
despeja por completo las suspicacias que se empezaban a cernir sobre la
estación de esquí a tres semanas de la Universiada, cuyas pruebas tanto
de saltos como de esquí alpino están más que aseguradas, además de la
propia imagen de la estación ante el aluvión de visitantes extranjeros
que recibirá durante el evento deportivo.
Todo esto sucede en un mes en el que se cumplen veinte años del sonado aplazamiento del Mundial de Esquí, que tuvo que ser trasladado a 1996 después de una sequía que asoló a la provincia de Granada en el año anterior. El director de la delegación regional de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), José María Sánchez, rememoró cómo se vivieron aquellos días de 1995 en los que daba el parte desde Sierra Nevada. "Yo estaba presente, cayeron algunos copos al final, pero desgraciadamente se tuvo que suspender el Mundial", indicó el meteorólogo que antes de que se produjera la nevada ya advirtió de que "las perspectivas son buenas" para la estación granadina de cara a mejorar sus precipitaciones a lo largo de estos días.
Sánchez destacó que según sus estimaciones se van a dar "bastantes precipitaciones", especialmente en el día de mañana cuando se esperan cotas de nieve por debajo de los 700 metros y hasta es probable que caigan algunos copos en la capital. Asimismo, desde la Aemet aseguran que las borrascas atlánticas que ya han arreciado en Granada traerán en la próximas semanas temperaturas aún más bajas y celliscas. Por otro lado, el director regional de la Aemet aclaró a este periódico que no es cierta la teoría de que las pautas meteorológicas de sequías y otros fenómenos sean regularmente cíclicas, desmintiendo la posibilidad de que 20 años después se repitiera el episodio de 1995 en Sierra Nevada: "Afortunadamente, los ciclos son muy irregulares. Estamos lejos todavía de hacer pronósticos a largo plazo".
También se mostraba optimista en los días precedentes el responsable de comunicación de Cetursa, Santiago Sevilla, que no obstante advertía de que era necesario este empujón en forma de nieve para empezar a meterse de lleno en la Universiada. Pese a que la meteorología no estaba ayudando en el mes de enero no estaba ayudando, Sevilla puntualizó que "hay que reconocer el gran esfuerzo que ha hecho la estación para mantener los sesenta kilómetros esquiables con los que abrimos el primer día de la Navidad". Eso sí, para que los aficionados a los deportes blancos hayan podido disfrutar de tantas pistas abiertas desde la apertura invernal, los cañones han hecho su trabajo para crear el 'polvo blanco'. Durante todo este tiempo, el trabajo del departamento de Nieve Producida y el de los maquinistas de Sierra Nevada ha hecho posible la consolidación de más 60 kilómetros durante cuatro semanas, incluidas las vacaciones.
Cetursa, la empresa que gestiona Sierra Nevada, sí estaba algo más preocupada en este principio de enero por las cuestiones paisajísticas y de decorado. La Universiada es el gran evento que afronta la estación en 2015 y una puesta a punto ideal para el Mundial de Freestyle y Snowboard de 2017, por lo que Cetursa tiene una oportunidad ideal con los Juegos Universitarios para posicionarse más como destino turístico y deportivo durante el mes de febrero. Se espera que para los Juegos Universitarios lleguen a Granada unos 5.000 visitantes entre atletas, delegaciones y equipos, que suponen un público potencial importante con el que congraciarse. A su vez, Sierra Nevada considera que es importante dejar atrás el gafe de 1995. "Estamos esperanzados en acabar con ese fantasma, aunque este principio de enero no se puede comparar con el de hace veinte años, tenemos mucha más superficie esquiable que en esa época", dijo el responsable de comunicación de la estación.
"Siempre hace falta nieve", expresó Sevilla, que destacó la ausencia de problemas con la producida en la pista Universiada, que ha pasado todas las pruebas de la Federación Internacional de Esquí (FIS) con nota. El reto que se marca la Sierra para el inminente acontecimiento deportivo es que a la vez que se celebran las competiciones, la estación pueda ofrecer el mayor número posible de kilómetros para el esquí turístico: "Queremos que no haya alteraciones sobre las rutas comerciales", explicó. Por tanto, todas las pruebas alpinas -gigante, supergigante, slalom y combinada- se concentrarán en la pista Universiada, dejando así libre Borreguiles y Pradollano de deportistas, cámaras de televisión, gradas para el público y demás entramado logístico. Sí inquietaba algo más el otro gran escenario deportivo, en Loma de Dílar, el snowpark Sulayr, que acogerá cuatro disciplinas deportivas de snowboard y otras tres de freestyle esquí. La nieve de la madrugada pasada ha venido muy bien para que los montículos adquieran consistencia.
El comité organizador de la Universiada también ha sentido alivio el ver desde la capital cómo se ha pintado de blanco el color de la Sierra en una noche. La entidad Gegsa, que se encarga de gestionar el evento, ya se había pasado esta semana por la estación para acompañar a una delegación de la Federación Internacional de Deporte Universitario (FISU) y a las productoras televisivas a supervisar las prestaciones y ultimar los detalles en la pista Universiada y en el Sulayr. Tras la nevada lo ven todavía más claro en la parte de arriba. Porque la de abajo es a la que más retoques le quedan, concretamente al Pabellón de Curling de Fuentenueva, que ayer debería haberse abierto al público con motivo de la prueba test, pero que siempre está rodeado de misterio y así será hasta el día de su inauguración oficial el próximo 4 de febrero.
Unos días antes, el 26 de enero se 'celebrarán' los veinte de años desde que se confirmaron los peores pronósticos: Jerónimo Páez, consejero delegado de Sierra Nevada por aquel entonces, anunciaba la noticia fatídica de que la estación se veía obligada a suspender el Mundial de Esquí de 1995. Paradójicamente, esa decisión se tomaba unos días antes cuando caía una intensa nevada en el macizo granadino, aunque no era real sino de un cañón que producía nieve y engañaba a la vista. No obstante, el secretario general de la FIS, Gianfranco Kasper, abogó por darle una segunda oportunidad a Cetursa y plantear un aplazamiento hasta el siguiente año.
Diversos motivos económicos y de patrocinadores animaban a los federativos a aventurarse en el primer aplazamiento de un gran campeonato internacional. Hasta llegar a ese punto se hizo necesario el respaldo de muchos de los esponsors que no se bajaron del barco y la intervención real. Juan Carlos I y el que fuera presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, también pusieron de su parte para convencer a Kasper y a su equipo de que Granada no se podía quedar a las puertas. La amargura se empezó a tornar en alegría cuando finalmente se llegó a la conclusión de que la única salida era esperar un año más a que la nieve hiciera su trabajo en el sur de España. Una aventura con final feliz que quedará para siempre en los anales de esta ciudad.
Todo esto sucede en un mes en el que se cumplen veinte años del sonado aplazamiento del Mundial de Esquí, que tuvo que ser trasladado a 1996 después de una sequía que asoló a la provincia de Granada en el año anterior. El director de la delegación regional de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), José María Sánchez, rememoró cómo se vivieron aquellos días de 1995 en los que daba el parte desde Sierra Nevada. "Yo estaba presente, cayeron algunos copos al final, pero desgraciadamente se tuvo que suspender el Mundial", indicó el meteorólogo que antes de que se produjera la nevada ya advirtió de que "las perspectivas son buenas" para la estación granadina de cara a mejorar sus precipitaciones a lo largo de estos días.
Sánchez destacó que según sus estimaciones se van a dar "bastantes precipitaciones", especialmente en el día de mañana cuando se esperan cotas de nieve por debajo de los 700 metros y hasta es probable que caigan algunos copos en la capital. Asimismo, desde la Aemet aseguran que las borrascas atlánticas que ya han arreciado en Granada traerán en la próximas semanas temperaturas aún más bajas y celliscas. Por otro lado, el director regional de la Aemet aclaró a este periódico que no es cierta la teoría de que las pautas meteorológicas de sequías y otros fenómenos sean regularmente cíclicas, desmintiendo la posibilidad de que 20 años después se repitiera el episodio de 1995 en Sierra Nevada: "Afortunadamente, los ciclos son muy irregulares. Estamos lejos todavía de hacer pronósticos a largo plazo".
También se mostraba optimista en los días precedentes el responsable de comunicación de Cetursa, Santiago Sevilla, que no obstante advertía de que era necesario este empujón en forma de nieve para empezar a meterse de lleno en la Universiada. Pese a que la meteorología no estaba ayudando en el mes de enero no estaba ayudando, Sevilla puntualizó que "hay que reconocer el gran esfuerzo que ha hecho la estación para mantener los sesenta kilómetros esquiables con los que abrimos el primer día de la Navidad". Eso sí, para que los aficionados a los deportes blancos hayan podido disfrutar de tantas pistas abiertas desde la apertura invernal, los cañones han hecho su trabajo para crear el 'polvo blanco'. Durante todo este tiempo, el trabajo del departamento de Nieve Producida y el de los maquinistas de Sierra Nevada ha hecho posible la consolidación de más 60 kilómetros durante cuatro semanas, incluidas las vacaciones.
Cetursa, la empresa que gestiona Sierra Nevada, sí estaba algo más preocupada en este principio de enero por las cuestiones paisajísticas y de decorado. La Universiada es el gran evento que afronta la estación en 2015 y una puesta a punto ideal para el Mundial de Freestyle y Snowboard de 2017, por lo que Cetursa tiene una oportunidad ideal con los Juegos Universitarios para posicionarse más como destino turístico y deportivo durante el mes de febrero. Se espera que para los Juegos Universitarios lleguen a Granada unos 5.000 visitantes entre atletas, delegaciones y equipos, que suponen un público potencial importante con el que congraciarse. A su vez, Sierra Nevada considera que es importante dejar atrás el gafe de 1995. "Estamos esperanzados en acabar con ese fantasma, aunque este principio de enero no se puede comparar con el de hace veinte años, tenemos mucha más superficie esquiable que en esa época", dijo el responsable de comunicación de la estación.
"Siempre hace falta nieve", expresó Sevilla, que destacó la ausencia de problemas con la producida en la pista Universiada, que ha pasado todas las pruebas de la Federación Internacional de Esquí (FIS) con nota. El reto que se marca la Sierra para el inminente acontecimiento deportivo es que a la vez que se celebran las competiciones, la estación pueda ofrecer el mayor número posible de kilómetros para el esquí turístico: "Queremos que no haya alteraciones sobre las rutas comerciales", explicó. Por tanto, todas las pruebas alpinas -gigante, supergigante, slalom y combinada- se concentrarán en la pista Universiada, dejando así libre Borreguiles y Pradollano de deportistas, cámaras de televisión, gradas para el público y demás entramado logístico. Sí inquietaba algo más el otro gran escenario deportivo, en Loma de Dílar, el snowpark Sulayr, que acogerá cuatro disciplinas deportivas de snowboard y otras tres de freestyle esquí. La nieve de la madrugada pasada ha venido muy bien para que los montículos adquieran consistencia.
El comité organizador de la Universiada también ha sentido alivio el ver desde la capital cómo se ha pintado de blanco el color de la Sierra en una noche. La entidad Gegsa, que se encarga de gestionar el evento, ya se había pasado esta semana por la estación para acompañar a una delegación de la Federación Internacional de Deporte Universitario (FISU) y a las productoras televisivas a supervisar las prestaciones y ultimar los detalles en la pista Universiada y en el Sulayr. Tras la nevada lo ven todavía más claro en la parte de arriba. Porque la de abajo es a la que más retoques le quedan, concretamente al Pabellón de Curling de Fuentenueva, que ayer debería haberse abierto al público con motivo de la prueba test, pero que siempre está rodeado de misterio y así será hasta el día de su inauguración oficial el próximo 4 de febrero.
Unos días antes, el 26 de enero se 'celebrarán' los veinte de años desde que se confirmaron los peores pronósticos: Jerónimo Páez, consejero delegado de Sierra Nevada por aquel entonces, anunciaba la noticia fatídica de que la estación se veía obligada a suspender el Mundial de Esquí de 1995. Paradójicamente, esa decisión se tomaba unos días antes cuando caía una intensa nevada en el macizo granadino, aunque no era real sino de un cañón que producía nieve y engañaba a la vista. No obstante, el secretario general de la FIS, Gianfranco Kasper, abogó por darle una segunda oportunidad a Cetursa y plantear un aplazamiento hasta el siguiente año.
Diversos motivos económicos y de patrocinadores animaban a los federativos a aventurarse en el primer aplazamiento de un gran campeonato internacional. Hasta llegar a ese punto se hizo necesario el respaldo de muchos de los esponsors que no se bajaron del barco y la intervención real. Juan Carlos I y el que fuera presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, también pusieron de su parte para convencer a Kasper y a su equipo de que Granada no se podía quedar a las puertas. La amargura se empezó a tornar en alegría cuando finalmente se llegó a la conclusión de que la única salida era esperar un año más a que la nieve hiciera su trabajo en el sur de España. Una aventura con final feliz que quedará para siempre en los anales de esta ciudad.
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