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Distribuyen el agua que surge del interior de la tierra para llenar y drenar lagos de un millón de años
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En Padul a las acequias les llaman ‘madres’ porque no son meros canales para transportar el agua a los campos, sino el origen de los ecosistemas y la savia de un territorio único
Mide menos de 20 centímetros de longitud, es ágil y rápida. Es una comadreja que cruza el camino a base de saltos que duplican su tamaño hasta desaparecer entre los carrizales para buscar refugio y presas con las que alimentarse, porque este pequeño mamífero carnívoro, de expresión simpática e inocente, es uno de los depredadores más feroces de los que habitan junto a caminos, cultivos y riberas. Se oculta entre la densa barrera de vegetación que separa los campos de cereal ya cosechados y marca los límites en los que la naturaleza aún mantiene sus dominios. La pequeña comadreja es uno de los habituales habitantes de los canales que cruzan las tierras y espacios lagunares de la Depresión Dúrcal-Padul, la gran extensión de humedales y cultivos convertida en un gran parque geológico, un reducto donde la Tierra parece haber ralentizado su evolución y se esfuerza en mostrar las marcas del pasado. Los canales no son más que grandes acequias a las que los habitantes de esta zona llaman Madres, una denominación que intenta mostrar la cualidad del agua como portadora de vida, pero también porque son la base para el mantenimiento de los ecosistemas.
Las acequias son estructuras artificiales, construidas por el hombre para llevar el agua a pueblos y campos, pero en este espacio lagunar, las Madres, aunque fueron horadadas por el hombre en la segunda mitad del siglo XVIII tras la gran desecación de la laguna para ampliar tierras de cultivo, se crearon sobre el trazado que quedó a la vista al desaguar una parte de lo que en aquel tiempo, inmerso en la Pequeña Edad de Hielo con grandes fríos y lluvias, era una gran laguna. Las marcas procedían de la época romana de este territorio, cuyos habitantes habían roturado acequias sobre los cauces naturales que ya existían desde el inicio del Cuaternario. Eran lineales ríos que conectaban entre sí los lagos que hace cinco millones de años quedaron aislados tras el levantamiento de las montañas nevadenses.
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