"YA SABEMOS QUE AL FINAL DE LA NOCHE MULTARÁN" MALAGA HOY
Los dueños de los bares de la plaza Mitjana denuncian la "persecución" de los policías
José Luis Zafra
málaga
| Actualizado 25.09.2016 - 01:00
Mitjana se convierte de nuevo en el epicentro de la tensión
nocturna malagueña. Si lo habitual son las quejas vecinales por el ruido
y la suciedad de cada fin de semana, ahora son los propios negocios de
la plaza quienes denuncian la intensificación la mano dura policial.
Desde el fin de semana pasado, los agentes de la Policía Local aumentan
su lucha contra el botellón de, y ahora redactan multas tanto a
consumidores que beben fuera del bar -por tanto, en la vía pública-
como a los locales que permiten que sus clientes salgan a la calle con
los refrescos. Mano dura contra los bares.
A partir de las 23:00, hora propia para que los consumidores se tomen la primera copa, unos agentes se acercan a la zona. Toman datos a los encargados de los negocios, y se quedan allí durante una hora. Entre las 00:00 y la 1:00 ya se distingue los locales llenos. La fiesta transcurre sin altercados. Los agentes, por su parte, se concentran en otros puntos donde también se reúnen los jóvenes para empezar la noche, como Uncibay, Beatas o Méndez Núñez.
A la 1:34 una joven recibe la primera multa de la noche por estar haciendo botellón en un portal. Una sanción de 100 euros que admite aunque no comprende: "Sé que es no es legal, pero nunca hemos tenido problemas".
Los negocios comienzan a desmontar sus terrazas minutos antes de las 2:00. A esa hora, un grupo de policías entra por Luis de Velázquez. La libreta que porta un agente achanta a comercios y clientes, que entran en los locales o abandonar la plaza. "Es una hora que no estamos trabajando", comenta un camarero al ver el panorama. En pocos minutos, la plaza Marqués del Vado se queda vacía.
Los agentes van advirtiendo a todo el que ven bastante alejado de un bar. Aún así, comienzan a redactar multas. "Cincuenta euritos por tomarte una caña", comenta un joven enfadado con su sanción. "Hay que estar más espabilado", le responde el agente.
"Ya sabemos que nos multarán al final de la noche", comenta un encargado. A las 2:30 los propios locales reciben las "recetas" que ya se esperaban, cuando los mismos agentes tomaron los datos del establecimiento al inicio de la noche. Admiten que es ya tradicional la multa que suelen poner -301 euros- y creen que esta intensificación policial durará "unas pocas semanas".
En cuanto a la versión de los agentes, ellos explican que "cumplen estrictamente la ley", aunque tampoco pueden multar a todo aquel que vean con vaso fuera del local. Admiten que estas semanas están trabajando con más mano dura, pero no todos prefieren llegar a esta situación.
A las 3:00 es la hora límite. Las cubas de Limasa entran puntuales en Mitjana. Pocos segundos antes, los locales echan persiana y cierran los negocios hasta la siguiente noche. Toca ahorra para hacer frente a las multas.
A partir de las 23:00, hora propia para que los consumidores se tomen la primera copa, unos agentes se acercan a la zona. Toman datos a los encargados de los negocios, y se quedan allí durante una hora. Entre las 00:00 y la 1:00 ya se distingue los locales llenos. La fiesta transcurre sin altercados. Los agentes, por su parte, se concentran en otros puntos donde también se reúnen los jóvenes para empezar la noche, como Uncibay, Beatas o Méndez Núñez.
A la 1:34 una joven recibe la primera multa de la noche por estar haciendo botellón en un portal. Una sanción de 100 euros que admite aunque no comprende: "Sé que es no es legal, pero nunca hemos tenido problemas".
Los negocios comienzan a desmontar sus terrazas minutos antes de las 2:00. A esa hora, un grupo de policías entra por Luis de Velázquez. La libreta que porta un agente achanta a comercios y clientes, que entran en los locales o abandonar la plaza. "Es una hora que no estamos trabajando", comenta un camarero al ver el panorama. En pocos minutos, la plaza Marqués del Vado se queda vacía.
Los agentes van advirtiendo a todo el que ven bastante alejado de un bar. Aún así, comienzan a redactar multas. "Cincuenta euritos por tomarte una caña", comenta un joven enfadado con su sanción. "Hay que estar más espabilado", le responde el agente.
"Ya sabemos que nos multarán al final de la noche", comenta un encargado. A las 2:30 los propios locales reciben las "recetas" que ya se esperaban, cuando los mismos agentes tomaron los datos del establecimiento al inicio de la noche. Admiten que es ya tradicional la multa que suelen poner -301 euros- y creen que esta intensificación policial durará "unas pocas semanas".
En cuanto a la versión de los agentes, ellos explican que "cumplen estrictamente la ley", aunque tampoco pueden multar a todo aquel que vean con vaso fuera del local. Admiten que estas semanas están trabajando con más mano dura, pero no todos prefieren llegar a esta situación.
A las 3:00 es la hora límite. Las cubas de Limasa entran puntuales en Mitjana. Pocos segundos antes, los locales echan persiana y cierran los negocios hasta la siguiente noche. Toca ahorra para hacer frente a las multas.
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