EL "MICROBOTELLÓN" VUELVE AL ALBAICIN GRANADA HOY
Los vecinos piden a la Policía más control en Cruz de Quirós-Zenete, Huerto del Carlos y Carvajales
Era de esperar. Con la llegada del otoño, la caída de las hojas y
las puestas de sol de gran belleza el Albaicín vuelve a ser el lugar
elegido por los jóvenes para hacer microbotellón. Este fenómeno que
alude a las tardes de litrona y tabaco que se prolongan en las placetas
del histórico barrio como Carvajales, el Huerto del Carlos, o el entorno
Cruz de Quirós-Zenete. Una situación, que los vecinos del Bajo Albaicín
denunciaron el pasado jueves en la junta municipal de distrito con el
temor de que, el cierre del botellódromo, convierta su barrio, en el
nuevo recinto sin ley de la ciudad donde todo está permitido.
Según explicó ayer la presidenta de la asociación de vecinos del Bajo Albaicín, Lola Boloix, a medida que ha avanzado el mes de septiembre se han multiplicado los botellones que en los meses de más calor se habían disipado. En concreto, Boloix habla de dos tipos de botellones distintos, por un lado los de jóvenes que se juntan a última hora de la tarde en algunas plazas y que suelen ser más jóvenes y, los botellones nocturnos, que comienzan a partir de las doce de la noche y se prolongan hasta altas horas de la madrugada. Sin duda estos últimos son los más molestos.
Además de las plazas citadas en la junta municipal de distrito, Boloix explica como en el Albaicín la gente vive en otros puntos, como el mirador de Carril de la Lona, o la plaza del Carmen. La escasez de Policía Local a ciertas horas de la noche, complica la expulsión de estos jóvenes que no se cortan con el ruido y la suciedad. "Los fines de semana las plazas amanecen llenas de basura y por los empedrados caen ríos de orín en algunas calles", explica Boloix que ha visto como, clientes de establecimientos, se levantan de las terrazas y miccionan en cualquier esquina si hay cola en el baño. Por todo ello, la asociación pide una vigilancia policial más efectiva que acabe con esta situación que según el Ayuntamiento no existe. Durante las dos últimas semanas este periódico ha preguntado a la concejalía de Protección Ciudadana sobre la existencia de denuncias de vecinos por botellones en pisos o plaza. El equipo de gobierno siempre ha contestado lo mismo: no les consta que se hayan producido incidentes de este tipo.
A Boloix y al resto de vecinos que integran el Bajo Albaicín si les consta. Por eso, llevaron esta petición de ayuda a la última junta de distrito donde pidió más control y actuaciones por venta de droga en la calle Correo Viejo que hace esquina con Calle Elvira. Además, también se habló de mejoras de la movilidad del barrio, así como de las incidencias provocadas por la entrada de minibuses que transportan turistas a los espectáculos del Sacromonte que atascan la calle Carril de San Agustín sobre todo durante los fines de semana.
La próxima semana el Ayuntamiento celebrará una nueva reunión del Observatorio de la Movilidad para buscar soluciones a todos estos conflictos. El problema es que, tal y como relata Boloix, los vecinos no son invitados.
Según explicó ayer la presidenta de la asociación de vecinos del Bajo Albaicín, Lola Boloix, a medida que ha avanzado el mes de septiembre se han multiplicado los botellones que en los meses de más calor se habían disipado. En concreto, Boloix habla de dos tipos de botellones distintos, por un lado los de jóvenes que se juntan a última hora de la tarde en algunas plazas y que suelen ser más jóvenes y, los botellones nocturnos, que comienzan a partir de las doce de la noche y se prolongan hasta altas horas de la madrugada. Sin duda estos últimos son los más molestos.
Además de las plazas citadas en la junta municipal de distrito, Boloix explica como en el Albaicín la gente vive en otros puntos, como el mirador de Carril de la Lona, o la plaza del Carmen. La escasez de Policía Local a ciertas horas de la noche, complica la expulsión de estos jóvenes que no se cortan con el ruido y la suciedad. "Los fines de semana las plazas amanecen llenas de basura y por los empedrados caen ríos de orín en algunas calles", explica Boloix que ha visto como, clientes de establecimientos, se levantan de las terrazas y miccionan en cualquier esquina si hay cola en el baño. Por todo ello, la asociación pide una vigilancia policial más efectiva que acabe con esta situación que según el Ayuntamiento no existe. Durante las dos últimas semanas este periódico ha preguntado a la concejalía de Protección Ciudadana sobre la existencia de denuncias de vecinos por botellones en pisos o plaza. El equipo de gobierno siempre ha contestado lo mismo: no les consta que se hayan producido incidentes de este tipo.
A Boloix y al resto de vecinos que integran el Bajo Albaicín si les consta. Por eso, llevaron esta petición de ayuda a la última junta de distrito donde pidió más control y actuaciones por venta de droga en la calle Correo Viejo que hace esquina con Calle Elvira. Además, también se habló de mejoras de la movilidad del barrio, así como de las incidencias provocadas por la entrada de minibuses que transportan turistas a los espectáculos del Sacromonte que atascan la calle Carril de San Agustín sobre todo durante los fines de semana.
La próxima semana el Ayuntamiento celebrará una nueva reunión del Observatorio de la Movilidad para buscar soluciones a todos estos conflictos. El problema es que, tal y como relata Boloix, los vecinos no son invitados.
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