LA POLICIA LEVANTA 100 ACTAS DE DENUNCIA POR RIESGO EN LA PRODUCCIÓN DE INCENDIOS HUELVA INFORMACIÓN
El alcalde de Nerva confirma que el fuego, ya controlado, fue provocado y tiene dos focos La conversión de terreno forestal en agrícola está entre las causas más comunes de los intencionados
Es tiempo de incendios y Nerva ya contabiliza dos en menos de una semana. El que se declaró este lunes en el paraje Camino Peña del Hierro ha quemado 120 hectáreas de matorral, pinares y naranjales y fue controlado a las 11:40 de ayer, 22 horas después de su inicio. Por la tarde continuaban trabajando en el área afectada tres camiones autobombas, 21 bomberos forestales y un agente de Medio Ambiente.
El alcalde nervense, Domingo Domínguez, confirmó ayer lo que ya había avanzado este periódico: que el fuego fue "provocado" y que se inició en dos focos "diferenciados a mucha distancia", algo en lo que ya indaga la Brigada de Investigación contra Incendios Forestales del Plan Infoca.
De este plan, que combate de forma coordinada los fuegos en el campo, forma parte la Unidad del Cuerpo Nacional de Policía adscrita a la Junta de Andalucía, popularmente conocida como Policía Autonómica. Su jefe en Huelva, Juan León, explica a Huelva Información que los agentes bajo su mando participan en la reunión semanal de coordinación de los efectivos y "tenemos una coordinación permanente tanto con la Guardia Civil como con los agentes de Medio Ambiente".
Compete a los agentes de Medio Ambiente de la Junta realizar la prueba material del delito: la localización del punto de inicio del incendio y determinar cómo se ha producido. La Policía Autonómica y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Benemérita son los encargados de la llamada "prueba personal", consistente en la localización de testigos, la toma de declaraciones, el estudio de las coartadas que aportan los sospechosos y la elaboración del atestado policial, "donde se da cuenta a los órganos judiciales o al Ministerio Fiscal de lo que ocurre".
Entre el 1 de enero y el 31 de julio de este año, el Área de Protección Medioambiental de la Policía adscrita a la Junta ha levantado 100 actas de denuncia que emanan de las 171 inspecciones que ha llevado a cabo -con un recorrido de 15.000 kilómetros por parte de los efectivos de la unidad-, todas relativas a agresiones al entorno que pueden derivar en la quema del monte público.
En total, 17 de ellas están relacionadas con "conductas de riesgo directo en la producción de incendios", afirma León, quien precisa que éstas van desde el no habilitar los correspondientes cortafuegos a prender una hoguera o brasas en lugares no habilitados para ello. Otras 17 se refieren al abandono de vertidos que pueden causar incendios y 12 más, a las acampadas en lugares no autorizados.
Aunque en el caso de Nerva todavía queda por esclarecer cómo se originaron las llamas y quién las provocó, la experiencia de Juan León en el Plan Infoca (desde 1994) y en la Policía Autonómica le lleva a la conclusión de que "el mayor porcentaje de incendios es negligente". Aunque pirómanos haberlos haylos, no son la norma. Aclara que "todos los incendios son provocados porque siempre hay algo o alguien que los provoca". El matiz está en la intencionalidad.
Y aquí los motivos son tan dispares como "la regeneración de pastos, el que quiere limpiar un terreno y se le va de las manos, muchos relacionados con el tema de la cacería y el "si aquí no cazo yo, aquí no caza nadie"; o por enfrentamientos entre cotos y fincas". La mayor proporción de ellos en los últimos años -aclara que no se refiere al presente ejercicio- está relacionada con la transformación de terreno forestal en agrícola. A la fuerza y mediante las llamas. "Sólo tienes que ver una foto aérea de hace unos años y otra actual de Moguer o de Palos", apunta León, "y ahora ves sólo una filita de pinos y detrás, la finca". El compromiso de los jueces y los fiscales, "que hoy están muy sensibilizados y obligan a repoblar", así como las contundentes condenas a los causantes del fuego, han mermado considerablemente está insana "costumbre".
El Infoca asigna a la Policía Autonómica como área de actuación las zonas agrícolas de Moguer, Lucena, Cartaya o Lepe, ya que son éstas las que requieren más vigilancia por la proximidad que se produce entre personas (especialmente de asentamientos chabolistas), fincas y superficies forestales, un cóctel que puede transformarse en explosivo. Se coordinan los efectivos con los agentes de Medio Ambiente, al tiempo que refuerzan las patrullas de la Unidad Militar de Emergencia cuando permanece en la provincia y no está inmersa en tareas de extinción.
Los hombres y mujeres de Juan León han denunciado a 17 personas por arrojar al campo residuos tóxicos o peligrosos "que pueden provocar un incendio". Entre ellos se encuentran propietarios de talleres de automoción que han descuidado la custodia y tratamiento de residuos tóxicos e inflamables, desde las baterías al aceite de los coches.
Lo más difícil de apagar de un fuego "es el primer metro cuadrado. Si lo evito, estoy evitando el segundo, el tercero, el quinto, las diez o las mil hectáreas", sentencia el jefe de la Autonómica. Porque una vez que surgen las llamas, "las condiciones climatológicas son variables y puede levantarse un viento tremendo que venga del Sáhara y con una temperatura elevada y resulta que eso no hay quien lo pare". Y para atacar a ese primer metro cuadrado la herramienta clave "es la prevención".
Se ha dado el caso en la provincia de cortijos que se surten de un transformador y que no realizan el cortafuegos pertinente. Luego "tiene una sobrecarga de tensión, salta una chispa y ya tenemos el incendio". Las actuaciones de la Policía Autonómica y del Infoca en este sentido han sido tan fructíferas que "hoy en día es impensable que las compañías eléctricas no dediquen una buena inversión a las tareas preventivas". Entraron por el aro, eso sí, "cuando vieron sentados en los banquillos a sus directivos, que fueron condenados a penas de cárcel y a indemnizaciones muy graves". Algo similar ocurrió con las líneas férreas, pero "Adif ya no descuida ni las medidas preventivas ni los cortafuegos".
A día de hoy también han cambiado actitudes a nivel particular. Las denuncias acumuladas en los últimos 15 años "han hecho que la gente esté mucho más mentalizada", lo que ha repercutido en el número de incendios, "que ya es menor". Tanto es así, según Juan León, que "hoy en día a muy poca gente se le ocurre quemar rastrojos en las zonas que son de influencia forestal, ni a un ganadero o pastor se le ocurre reproducir la hierba a base de fuego en estas zonas sensibles".
Esto no quiere decir que los incendios forestales vayan a desaparecer de nuestro territorio, especialmente en años calurosos como éste. "Hay fuegos que se producen con cualquier chispa, sin necesidad de que nadie haya arrojado una colilla desde el coche, porque el material incandescente que sueltan los tubos de escape que producen humo negro pueden provocarla sin más", concluye.
El alcalde nervense, Domingo Domínguez, confirmó ayer lo que ya había avanzado este periódico: que el fuego fue "provocado" y que se inició en dos focos "diferenciados a mucha distancia", algo en lo que ya indaga la Brigada de Investigación contra Incendios Forestales del Plan Infoca.
De este plan, que combate de forma coordinada los fuegos en el campo, forma parte la Unidad del Cuerpo Nacional de Policía adscrita a la Junta de Andalucía, popularmente conocida como Policía Autonómica. Su jefe en Huelva, Juan León, explica a Huelva Información que los agentes bajo su mando participan en la reunión semanal de coordinación de los efectivos y "tenemos una coordinación permanente tanto con la Guardia Civil como con los agentes de Medio Ambiente".
Compete a los agentes de Medio Ambiente de la Junta realizar la prueba material del delito: la localización del punto de inicio del incendio y determinar cómo se ha producido. La Policía Autonómica y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Benemérita son los encargados de la llamada "prueba personal", consistente en la localización de testigos, la toma de declaraciones, el estudio de las coartadas que aportan los sospechosos y la elaboración del atestado policial, "donde se da cuenta a los órganos judiciales o al Ministerio Fiscal de lo que ocurre".
Entre el 1 de enero y el 31 de julio de este año, el Área de Protección Medioambiental de la Policía adscrita a la Junta ha levantado 100 actas de denuncia que emanan de las 171 inspecciones que ha llevado a cabo -con un recorrido de 15.000 kilómetros por parte de los efectivos de la unidad-, todas relativas a agresiones al entorno que pueden derivar en la quema del monte público.
En total, 17 de ellas están relacionadas con "conductas de riesgo directo en la producción de incendios", afirma León, quien precisa que éstas van desde el no habilitar los correspondientes cortafuegos a prender una hoguera o brasas en lugares no habilitados para ello. Otras 17 se refieren al abandono de vertidos que pueden causar incendios y 12 más, a las acampadas en lugares no autorizados.
Aunque en el caso de Nerva todavía queda por esclarecer cómo se originaron las llamas y quién las provocó, la experiencia de Juan León en el Plan Infoca (desde 1994) y en la Policía Autonómica le lleva a la conclusión de que "el mayor porcentaje de incendios es negligente". Aunque pirómanos haberlos haylos, no son la norma. Aclara que "todos los incendios son provocados porque siempre hay algo o alguien que los provoca". El matiz está en la intencionalidad.
Y aquí los motivos son tan dispares como "la regeneración de pastos, el que quiere limpiar un terreno y se le va de las manos, muchos relacionados con el tema de la cacería y el "si aquí no cazo yo, aquí no caza nadie"; o por enfrentamientos entre cotos y fincas". La mayor proporción de ellos en los últimos años -aclara que no se refiere al presente ejercicio- está relacionada con la transformación de terreno forestal en agrícola. A la fuerza y mediante las llamas. "Sólo tienes que ver una foto aérea de hace unos años y otra actual de Moguer o de Palos", apunta León, "y ahora ves sólo una filita de pinos y detrás, la finca". El compromiso de los jueces y los fiscales, "que hoy están muy sensibilizados y obligan a repoblar", así como las contundentes condenas a los causantes del fuego, han mermado considerablemente está insana "costumbre".
El Infoca asigna a la Policía Autonómica como área de actuación las zonas agrícolas de Moguer, Lucena, Cartaya o Lepe, ya que son éstas las que requieren más vigilancia por la proximidad que se produce entre personas (especialmente de asentamientos chabolistas), fincas y superficies forestales, un cóctel que puede transformarse en explosivo. Se coordinan los efectivos con los agentes de Medio Ambiente, al tiempo que refuerzan las patrullas de la Unidad Militar de Emergencia cuando permanece en la provincia y no está inmersa en tareas de extinción.
Los hombres y mujeres de Juan León han denunciado a 17 personas por arrojar al campo residuos tóxicos o peligrosos "que pueden provocar un incendio". Entre ellos se encuentran propietarios de talleres de automoción que han descuidado la custodia y tratamiento de residuos tóxicos e inflamables, desde las baterías al aceite de los coches.
Lo más difícil de apagar de un fuego "es el primer metro cuadrado. Si lo evito, estoy evitando el segundo, el tercero, el quinto, las diez o las mil hectáreas", sentencia el jefe de la Autonómica. Porque una vez que surgen las llamas, "las condiciones climatológicas son variables y puede levantarse un viento tremendo que venga del Sáhara y con una temperatura elevada y resulta que eso no hay quien lo pare". Y para atacar a ese primer metro cuadrado la herramienta clave "es la prevención".
Se ha dado el caso en la provincia de cortijos que se surten de un transformador y que no realizan el cortafuegos pertinente. Luego "tiene una sobrecarga de tensión, salta una chispa y ya tenemos el incendio". Las actuaciones de la Policía Autonómica y del Infoca en este sentido han sido tan fructíferas que "hoy en día es impensable que las compañías eléctricas no dediquen una buena inversión a las tareas preventivas". Entraron por el aro, eso sí, "cuando vieron sentados en los banquillos a sus directivos, que fueron condenados a penas de cárcel y a indemnizaciones muy graves". Algo similar ocurrió con las líneas férreas, pero "Adif ya no descuida ni las medidas preventivas ni los cortafuegos".
A día de hoy también han cambiado actitudes a nivel particular. Las denuncias acumuladas en los últimos 15 años "han hecho que la gente esté mucho más mentalizada", lo que ha repercutido en el número de incendios, "que ya es menor". Tanto es así, según Juan León, que "hoy en día a muy poca gente se le ocurre quemar rastrojos en las zonas que son de influencia forestal, ni a un ganadero o pastor se le ocurre reproducir la hierba a base de fuego en estas zonas sensibles".
Esto no quiere decir que los incendios forestales vayan a desaparecer de nuestro territorio, especialmente en años calurosos como éste. "Hay fuegos que se producen con cualquier chispa, sin necesidad de que nadie haya arrojado una colilla desde el coche, porque el material incandescente que sueltan los tubos de escape que producen humo negro pueden provocarla sin más", concluye.
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