LA FLOTA DE AUTOBUSES SE REDUCE UN 42% DURACIÓN EL PARO DE VERANIEGO GRANADA HOY
La medida no consigue ahorrar nada a las arcas municipales por el descenso de viajeros
La bajada de actividad económica propia del verano también se deja notar en el servicio municipal de autobuses de Granada. Entre las vacaciones de los operarios y el intento de ahorro por parte del Ayuntamiento, el servicio decae un 42% si se compara con cualquier mes del resto del año.
Mantener las líneas de buses en Granada tiene un coste aproximado de 36 millones de euros anuales, pero el sistema de financiación de la Rober (empresa adjudicataria del sistema de transportes municipal de autobuses) es complejo debido a que tiene tres vías: la recaudación de los billetes, una subvención europea y la aportación que hace el Consistorio, que complementa lo que falta tras sumar las dos primeras partidas. El Ayuntamiento de Granada paga por los kilómetros recorridos por los autobuses, por lo que sería de suponer que con el descenso de la actividad de la flota en verano supusiese un ahorro para las arcas municipales.
Pero tal ahorro es un espejismo por el sustancial descenso de viajeros en los meses de junio, julio y agosto. Según los datos aportados a este periódico por el jefe del área de Tráfico y Transportes, Jesús Pulido, durante un mes fuera del periodo de verano se suben 110.000 personas a los autobuses municipales, mientras que ahora lo hacen 75.000, lo que supone un una bajada del 32%. En el apartado de los kilómetros, la bajada asciende al 37%, pasando de los 550.000 kilómetros mensuales a los 350.000.
El horario de los autobuses se mantiene sin alteraciones durante los meses de verano, empezando a las 07:00 y terminando a las 23:30. Sin embargo la frecuencia con la que pasan los vehículos se duplica en algunas líneas por la reducción de flota, que se queda en 100 autobuses de los 170 con los que se cuenta el resto del año.
Cuando más se nota la falta de esos 70 vehículos es por la tarde, porque de los 100 que se mantienen operativos cerca de 20 están en régimen de media jornada. Desde el comité de empresa de la Rober señalan que en fin de semana el número de autobuses desciende un 10% más. Resulta difícil establecer comparativas con el verano pasado por la reciente apertura del PTS, lo que ha obligado a trasladar la cabecera de la línea U3 a las inmediaciones del hospital. En la actualidad hay seis vehículos en horario completo y dos a media jornada que se encargan de cubrir las necesidades de su recorrido.
Aunque esa misma línea no sube durante agosto hasta el campus universitario de la Cartuja, desde el comité de empresa se teme que el servicio no se refuerce en septiembre con la vuelta de los estudiantes. "Habrá que poner más coches", dicen desde la plantilla de Rober. Miembros del comité ya han avisado del más que posible colapso que sufrirá la línea U3. De hecho, apuntan que los vehículos que el curso pasado actuaban por la zona universitaria ya volvían colapsados, pero por el momento no les consta que desde el Ayuntamiento hayan mandado respuesta sobre cómo solucionar un problema que se encuentra a la vuelta de la esquina.
En conversaciones con la concejala de Movilidad, Raquel Ruz, este periódico pudo constatar que, de momento, no hay ninguna solución definitiva sobre la mesa. La edil argumenta que se están estudiando diversas alternativas para mejorar el servicio y que a la vez no castiguen económicamente al Consistorio. Entre las posibles salidas, la que se ve con mejores ojos dentro del área de Movilidad es la implantación de dos líneas exprés que atraviesen la ciudad desde los barrios de la periferia, dando apoyo a las líneas de alta capacidad.
Mantener las líneas de buses en Granada tiene un coste aproximado de 36 millones de euros anuales, pero el sistema de financiación de la Rober (empresa adjudicataria del sistema de transportes municipal de autobuses) es complejo debido a que tiene tres vías: la recaudación de los billetes, una subvención europea y la aportación que hace el Consistorio, que complementa lo que falta tras sumar las dos primeras partidas. El Ayuntamiento de Granada paga por los kilómetros recorridos por los autobuses, por lo que sería de suponer que con el descenso de la actividad de la flota en verano supusiese un ahorro para las arcas municipales.
Pero tal ahorro es un espejismo por el sustancial descenso de viajeros en los meses de junio, julio y agosto. Según los datos aportados a este periódico por el jefe del área de Tráfico y Transportes, Jesús Pulido, durante un mes fuera del periodo de verano se suben 110.000 personas a los autobuses municipales, mientras que ahora lo hacen 75.000, lo que supone un una bajada del 32%. En el apartado de los kilómetros, la bajada asciende al 37%, pasando de los 550.000 kilómetros mensuales a los 350.000.
El horario de los autobuses se mantiene sin alteraciones durante los meses de verano, empezando a las 07:00 y terminando a las 23:30. Sin embargo la frecuencia con la que pasan los vehículos se duplica en algunas líneas por la reducción de flota, que se queda en 100 autobuses de los 170 con los que se cuenta el resto del año.
Cuando más se nota la falta de esos 70 vehículos es por la tarde, porque de los 100 que se mantienen operativos cerca de 20 están en régimen de media jornada. Desde el comité de empresa de la Rober señalan que en fin de semana el número de autobuses desciende un 10% más. Resulta difícil establecer comparativas con el verano pasado por la reciente apertura del PTS, lo que ha obligado a trasladar la cabecera de la línea U3 a las inmediaciones del hospital. En la actualidad hay seis vehículos en horario completo y dos a media jornada que se encargan de cubrir las necesidades de su recorrido.
Aunque esa misma línea no sube durante agosto hasta el campus universitario de la Cartuja, desde el comité de empresa se teme que el servicio no se refuerce en septiembre con la vuelta de los estudiantes. "Habrá que poner más coches", dicen desde la plantilla de Rober. Miembros del comité ya han avisado del más que posible colapso que sufrirá la línea U3. De hecho, apuntan que los vehículos que el curso pasado actuaban por la zona universitaria ya volvían colapsados, pero por el momento no les consta que desde el Ayuntamiento hayan mandado respuesta sobre cómo solucionar un problema que se encuentra a la vuelta de la esquina.
En conversaciones con la concejala de Movilidad, Raquel Ruz, este periódico pudo constatar que, de momento, no hay ninguna solución definitiva sobre la mesa. La edil argumenta que se están estudiando diversas alternativas para mejorar el servicio y que a la vez no castiguen económicamente al Consistorio. Entre las posibles salidas, la que se ve con mejores ojos dentro del área de Movilidad es la implantación de dos líneas exprés que atraviesen la ciudad desde los barrios de la periferia, dando apoyo a las líneas de alta capacidad.
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