Mucho
se ha escrito y hablado de la Alhambra. La que se levanta sobre la
colina de la Sabika. La ciudad palatina más bonita del mundo y la más
visitada de España. Sin embargo mucha gente desconoce que Granada no
solo tuvo una Alhambra sino que albergó dos.
Durante la dominación musulmana de
España, la provincia de Granada fue una de las que más esplendor tuvo.
Cada rincón de la geografía granadina guardaba testimonio de la potencia
árabe de Al-Andalus. Y Granada capital en concreto contaba con dos
palacios impresionantes entre sus calles. Hoy en día se conserva apenas
una parte de lo que un día fue el Alcázar del Genil.
Este olvidado y misterioso lugar
para muchos granadinos, es el testigo directo de aquella época de
esplendor. Hace seis años, durante las obras del metro a su paso por
Camino de Ronda y junto al Alcázar del Genil se descubrieron parte de
los restos arqueológicos de los que hablaban las crónicas de otro
tiempo. Unas crónicas que decían que en ese lugar se levantaba una
edificación tan grande y bella que incluía su propia muralla y hasta un
enorme estanque.
Pero este lugar sigue siendo un
misterio porque aunque se le atribuye el Alcázar al décimo sultán
nazarí, Abu Saíd, hay documentos históricos que demostrarían que bajo
los edificios que lo rodean y junto a la ribera del Genil, se alzaba
buena parte de la otra Alhambra a la que hacemos mención.
Nadie de hecho
alcanza a saber a ciencia cierta qué extensión tenía y cuál era su
belleza. Pero en ambos casos la respuesta más acertada es que los
granadinos perdieron en algún momento de su historia otro lugar con una
enorme magia de la ciudad de Granada.