La elección y el buen uso de las gafas es más importante de lo que parece: puede evitar lesiones irreversibles
Las distintas gafas de sol
Cada situación requiere una gafa de sol diferente. Por eso existen estándares (del 0 al 4) que las califican según su utilidad y que están grabados en una de las patillas de las lentes. En ningún caso se recomienda su uso nocturno.
0: es una lente clara para utilizar, sobre todo, en ámbito urbano y con tiempo nublado. Algunos ni siquiera la califican como una gafa de sol, ya que apenas protege el ojo de la radiación ultravioleta (UV).
1: se puede utilizar con tiempo inestable y se considera prácticamente más un artículo de moda que una protección contra los rayos solares. Sus cristales están ligeramente tintados.
2: la gafa se puede utilizar tanto en la playa como en la montaña en días despejados. Este tipo de lentes cuidan los ojos del brillo solar y son buenas para protegerlos de la radiación UV.
3: recomendables para los días de sol intenso, ya que protegen perfectamentenuestra vista del brillo y los rayos ultravioletas.
4: gafa de sol muy oscura preparada para situaciones extremas. Se puede utilizar en el mar, la alta montaña y la nieve. Sus lentes apenas dejan pasar luz y está prohibido conducir con ellas.
Muchos usan las gafas de sol como un mero complemento estético. Al comprarlas solo se fijan en el diseño y se ciñen a las últimas tendencias en moda. Pues deberían andar con mucho ojo, ya que su elección (por barata que sea) les puede salir muy cara.
No todas las gafas sirven para proteger la vista y tampoco es necesario usarlas a todas horas. «En general, solo son obligatorias a gran altura, en donde los rayos ultravioletas entran con una menor protección atmosférica», señala el oftalmólogo Alfonso Grijalvo.
Un consejo que –según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)– solo le valdría al 13% de los españoles que elige la montaña como destino turístico estival, mientras que el 51% prefiere la playa.
Grijalvo señala que en los arenales no todo el mundo tiene que llevar las gafas de sol de forma continua, ya que el ojo humano cuenta con una serie de filtros naturales (cristalino, córnea…). «Lo que van a hacer las lentes es aumentar el confort, pero eso no significa que haya una necesidad», afirma y precisa que también hay que tener en cuenta el momento y la localización geográfica.
«Con el paso de los años, el índice de refracción de los cristalinos cambia, las posibilidades de sufrir cataratas aumentan y la luz molesta más. Por tanto, y pese a que no debe haber una obligación, se deben utilizar más las gafas de sol», recomienda el oftalmólogo.
Gafas y niños
A Grijalvo, que lleva más de treinta años ejerciendo su profesión, le sorprende que cada vez más niños lleven gafas de sol y no duda en catalogarlo como un error. «Así, los pequeños se ven atrapados en un círculo vicioso, ya que se acostumbran a la luz tamizada y luego se siente deslumbrados nada más salir a la calle».
En su opinión basta con colocarles una visera para que les tape la parte superior del rostro, «como hemos hecho todos de pequeños».
Venta ambulante
Alfonso Grijalvo avisa de los peligros que se corren cuando se adquiere una gafa en un puesto ambulante o que no cumple con la certificación exigida. Él siempre recomienda que se compren en ópticas, pero no por ello desprecia las promociones (como sucede con los periódicos) si cuentan con el respaldo de alguna reconocida marca.
Y es que unas malas lentes pueden salir demasiado caras. Una exposición prolongada al sol puede provocar un enrojecimiento del ojo, pero en algunos casos más graves se puede llegar a padecer una queratitis actínica (pequeñas úlceras en la córnea). Incluso, se puede dar el caso de algún inconsciente que llegue a padecer pequeñas foto reacciones al nivel de la retina.
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