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La comarca de la Alpujarra se ha convertido en una de las zonas más turísticas de Andalucía gracias a su tipismo, oferta turística, gastronomía, cultura y tradiciones
La comarca de la Alpujarra, compuesta por 32 municipios, cerca de
medio centenar de anejos y miles de cortijos diseminados por valles y
montañas, se ha convertido en uno de los lugares más turísticos de
Andalucía gracias a su arquitectura ancestral, cultura, monumentos,
gastronomía, repostería, paisaje, fiestas, leyendas, alojamientos
rurales y oferta deportiva
La oferta turística-rural se hace presente en casi todos los lugares de la Alpujarra. Su cocina está basada en los productos naturales y de gran calidad, combinando recetas de antaño con propuestas innovadoras que ofrecen, en los esmerados restaurantes de Lanjarón, Órgiva, Torvizcón, Carataunas, Cádiar, el Barranco de Poqueira, La Taha, Pórtugos, Busquistar, Trevélez, Bérchules, Mecina Bombarón, Válor, Ugíjar, Nevada, Murtas, Turón, Polopos-La Mamola, Albondón, Albuñol, Gualchos-Castell de Ferro, Sorvilán, Rubite, etcétera, sabores y sensaciones realmente sorprendentes al paladar.
El rico e interesante pasado histórico de la Alpujarra, con la nobleza de sus alimentos autóctonos, y junto con el ingenio de sus gentes emprendedoras, han configurado una vida culinaria variada, imaginativa y muy sabrosa. Los pueblos y restaurantes huelen a gloria, principalmente, a la hora de comer. La Alpujarra también alberga un gran numero de viñedos y buenas bodegas, la mayoría familiares. La Sierra de la Contraviesa y otras zonas producen excelentes vinos de las variedades ‘Garnacha’, ‘Macabeo’, ‘Merlot’, Caberner Sauvignon’, etcétera. Asimismo, los jamones de Trevélez y otros municipios de la zona, los quesos de cabra y oveja, el aceite puro de oliva, la miel, las hortalizas y frutas, la repostería, las carnes, embutidos…, son superiores.
Desde hace unos lustros en la Alpujarra existe un floreciente tejido
artesanal muy valorado por los vecinos, turistas y visitantes. En la
Alpujarra se realizan tapices, encajes, alfombras, bordados… Además, se
hacen tallas y existen ceramistas, alfareros, esparteros y artesanos que
trabajan el mimbre, la plata, la forja o la tonelería. Las fiestas y
tradiciones forman también una parte fundamental de las tradiciones
culturales de la Alpujarra, una zona que dispone incluso de un estupendo
balneario en Lanjarón, y museos en Jorairátar, Ugíjar, Mecina Bombarón,
Yegen, Bubión, Torvizcón, Capileira, Pórtugos, Almegíjar, etcétera.
Cualquier época del año es buena para disfrutar del turismo rural y de la oferta de ocio y tiempo libre en la Alpujarra. Esta comarca tiene en sus casas rurales, hoteles y alojamientos su mejor expresión. Los alojamientos rurales representan un nuevo concepto de cómo disfrutar del tiempo de ocio. Lejos del bullicio y las aglomeraciones de las ciudades, la oferta turística-rural ofrece al turista hospitalidad, diversidad y una estampa con un marco incomparable.
La Alpujarra, entre el mar y los dos parques, el Natural y el Nacional de Sierra Nevada, cautiva a los turistas y visitantes de dentro y fuera de Espala. Muchas personas al conocer esta bendita comarca se han quedado a vivir en ella. Su paisaje se caracteriza por la presencia de ríos, senderos, pendientes, caminos, valles, sierras y montañas, muchas de ellas con enormes castaños, olivos, almendros, encinas y robles centenarios. En la Alpujarra también se puede practicar diferentes actividades deportivas. Sus fiestas, festivales de música tradicional, teatro y ferias son dignas de conocer.
La oferta turística-rural se hace presente en casi todos los lugares de la Alpujarra. Su cocina está basada en los productos naturales y de gran calidad, combinando recetas de antaño con propuestas innovadoras que ofrecen, en los esmerados restaurantes de Lanjarón, Órgiva, Torvizcón, Carataunas, Cádiar, el Barranco de Poqueira, La Taha, Pórtugos, Busquistar, Trevélez, Bérchules, Mecina Bombarón, Válor, Ugíjar, Nevada, Murtas, Turón, Polopos-La Mamola, Albondón, Albuñol, Gualchos-Castell de Ferro, Sorvilán, Rubite, etcétera, sabores y sensaciones realmente sorprendentes al paladar.
El rico e interesante pasado histórico de la Alpujarra, con la nobleza de sus alimentos autóctonos, y junto con el ingenio de sus gentes emprendedoras, han configurado una vida culinaria variada, imaginativa y muy sabrosa. Los pueblos y restaurantes huelen a gloria, principalmente, a la hora de comer. La Alpujarra también alberga un gran numero de viñedos y buenas bodegas, la mayoría familiares. La Sierra de la Contraviesa y otras zonas producen excelentes vinos de las variedades ‘Garnacha’, ‘Macabeo’, ‘Merlot’, Caberner Sauvignon’, etcétera. Asimismo, los jamones de Trevélez y otros municipios de la zona, los quesos de cabra y oveja, el aceite puro de oliva, la miel, las hortalizas y frutas, la repostería, las carnes, embutidos…, son superiores.
Cualquier época del año es buena para disfrutar del turismo rural y de la oferta de ocio y tiempo libre en la Alpujarra. Esta comarca tiene en sus casas rurales, hoteles y alojamientos su mejor expresión. Los alojamientos rurales representan un nuevo concepto de cómo disfrutar del tiempo de ocio. Lejos del bullicio y las aglomeraciones de las ciudades, la oferta turística-rural ofrece al turista hospitalidad, diversidad y una estampa con un marco incomparable.
La Alpujarra, entre el mar y los dos parques, el Natural y el Nacional de Sierra Nevada, cautiva a los turistas y visitantes de dentro y fuera de Espala. Muchas personas al conocer esta bendita comarca se han quedado a vivir en ella. Su paisaje se caracteriza por la presencia de ríos, senderos, pendientes, caminos, valles, sierras y montañas, muchas de ellas con enormes castaños, olivos, almendros, encinas y robles centenarios. En la Alpujarra también se puede practicar diferentes actividades deportivas. Sus fiestas, festivales de música tradicional, teatro y ferias son dignas de conocer.
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