GIBRALFARO, PUNTO DE BASURA PERPETUA MALAGA HOY
Restos de plástico, vidrio, papel e incluso residuos orgánicos se acumulan en las laderas del monte y hasta en los pies del castillo Los 'botellones' son el principal problema
Es una de las rutas de obligado cumplimiento para cualquier visitante de Málaga. Una cita indispensable por ser un enclave natural de interés tanto cultural como ambiental que, sin embargo, cada vez se encuentra más contaminado y se asemeja "a un vertedero". Lejos de resolverse, el problema de la basura en las laderas del monte Gibralfaro -que los vecinos vienen denunciando desde hace varios años- parece empeorar: plásticos, botellas, vidrio, cartón, vasos, papel, e incluso restos orgánicos se acumulan en el monte y sus alrededores.
Es a los pies del castillo, rodeando la muralla, donde paradójicamente la cantidad de residuos es mayor, destacando los restos de botellón. A ello se suman las pintadas y los destrozos que presentan las sendas que suben hacia el castillo, tanto por calle Mundo Nuevo como por el Camino Gibralfaro. "El problema está en los puntos donde se forman botellones y las zonas donde la gente va por la noche. Hay lugares escondidos o no localizados donde los operarios no suelen ir; pero si el monte estuviera abandonado, la basura se acumularía sin control", explica el director del servicio municipal de Parques y Jardines, Javier Gutiérrez, quien destaca que las faldas del castillo resulta un lugar "atractivo" para la celebración de botellones ilegales en la zona por las vistas que ofrece de la capital.
La limpieza de este pulmón verde de cerca de 250.000 metros cuadrados -que corre a cargo de Parques y Jardines- se ha visto reforzada durante los últimos años ante las quejas por la acumulación de residuos. "El servicio de mantenimiento del Monte de Gibralfaro es más frecuente durante la temporada alta de turismo, y se incrementa también el servicio de limpieza los lunes y los viernes. Además, se han ajardinado zonas y se han recuperado varios senderos con señalización en el parque forestal, lo que hace que la gente suba más y se genere más basuera", añade Gutiérrez.
Así, de cara a la suciedad existente por la frecuente celebración de botellones en la zona, el Ayuntamiento de Málaga incorporó a finales de 2014 un operario en turno de mañana y otro en turno de tarde, tanto los días festivos como los fines de semana para reforzar el orden y limpieza en las zonas verdes del monte. En este sentido, Parques y Jardines estima una recogida a la semana de dos metros cúbicos de basura procedente tanto de las papeleras y contenedores de la zona como de las botellas, las latas y el cartón que se encuentra en el terreno del monte. Sólo de forma extraordinaria -especialmente cuando se ha realizado algún botellón- los residuos pueden llenar hasta medio camión.
No obstante, mucha de esta basura continúa visible cualquier día laboral de la semana en el entorno natural del paraje, lo que genera una mala imagen para los visitantes que acceden por la turística subida al castillo de Gibralfaro o al Parador Nacional. Parte de esta basura, además, resulta peligrosa para el caminante si está enterrada en la hojarasca -especialmente los trozos de cristal- o incluso para el entorno, ya que son frecuentes las colillas, que en temporada de alto riesgo de incendio forestal como en la que aún se encuentra la ciudad podrían originar fuego. "Lo que pedimos para contribuir a mejorar la situación es que los vecinos o los visitantes se pongan en contacto con nosotros cuando vean mal el entorno o den parte a la Policía si se detecta un botellón", resalta en este sentido el director de Parques y Jardines.
Es a los pies del castillo, rodeando la muralla, donde paradójicamente la cantidad de residuos es mayor, destacando los restos de botellón. A ello se suman las pintadas y los destrozos que presentan las sendas que suben hacia el castillo, tanto por calle Mundo Nuevo como por el Camino Gibralfaro. "El problema está en los puntos donde se forman botellones y las zonas donde la gente va por la noche. Hay lugares escondidos o no localizados donde los operarios no suelen ir; pero si el monte estuviera abandonado, la basura se acumularía sin control", explica el director del servicio municipal de Parques y Jardines, Javier Gutiérrez, quien destaca que las faldas del castillo resulta un lugar "atractivo" para la celebración de botellones ilegales en la zona por las vistas que ofrece de la capital.
La limpieza de este pulmón verde de cerca de 250.000 metros cuadrados -que corre a cargo de Parques y Jardines- se ha visto reforzada durante los últimos años ante las quejas por la acumulación de residuos. "El servicio de mantenimiento del Monte de Gibralfaro es más frecuente durante la temporada alta de turismo, y se incrementa también el servicio de limpieza los lunes y los viernes. Además, se han ajardinado zonas y se han recuperado varios senderos con señalización en el parque forestal, lo que hace que la gente suba más y se genere más basuera", añade Gutiérrez.
Así, de cara a la suciedad existente por la frecuente celebración de botellones en la zona, el Ayuntamiento de Málaga incorporó a finales de 2014 un operario en turno de mañana y otro en turno de tarde, tanto los días festivos como los fines de semana para reforzar el orden y limpieza en las zonas verdes del monte. En este sentido, Parques y Jardines estima una recogida a la semana de dos metros cúbicos de basura procedente tanto de las papeleras y contenedores de la zona como de las botellas, las latas y el cartón que se encuentra en el terreno del monte. Sólo de forma extraordinaria -especialmente cuando se ha realizado algún botellón- los residuos pueden llenar hasta medio camión.
No obstante, mucha de esta basura continúa visible cualquier día laboral de la semana en el entorno natural del paraje, lo que genera una mala imagen para los visitantes que acceden por la turística subida al castillo de Gibralfaro o al Parador Nacional. Parte de esta basura, además, resulta peligrosa para el caminante si está enterrada en la hojarasca -especialmente los trozos de cristal- o incluso para el entorno, ya que son frecuentes las colillas, que en temporada de alto riesgo de incendio forestal como en la que aún se encuentra la ciudad podrían originar fuego. "Lo que pedimos para contribuir a mejorar la situación es que los vecinos o los visitantes se pongan en contacto con nosotros cuando vean mal el entorno o den parte a la Policía si se detecta un botellón", resalta en este sentido el director de Parques y Jardines.
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