LA BASURA DE LA VEGA IRÁ A VILLENA Y JIJONA MIENTRAS SE CREA UNA PLANTA TRANSITORIA LA PROVINCIA ALICANTE
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Los municipios se reunirán en tres semanas para abordar de manera «inmediata» la puesta en marcha del Plan Zonal y su adjudicación
Villena y Jijona seguirán acogiendo basura de la Vega Baja de manera
provisional. Los municipios alicantinos se mantienen generosos con la
solución pactada hasta que el problema de los residuos en la comarca se
solucione de manera definitiva. La reunión de emergencia que se realizó
ayer en la sede de la Conselleria de Medio Ambiente aportó soluciones
temporales, entre ellas, se aconseja la creación de una estación de
transferencia que reduzca los costes de enviar las toneladas de basura a
diferentes puntos de la provincia.
Los alcaldes de Redován, Emilio Fernández, Orihuela, Emilio Bascuñana, Rojales, Antonio Pérez, y el diputado autonómico y regidor de Rafal, Manuel Pineda, se reunieron ayer con el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro y la directora general de Cambio Climático y Calidad Ambiental, María Diago, para dar salida al cierre de la planta de tratamiento de Crevillente. Los municipios afectados por la resolución judicial que cerraba la instalación de Abornasa decidieron dirigir sus residuos a Villena, planta que se encuentra colapsada en la actualidad con la llegada de desechos. El primer edil de esta localidad también estuvo presente en el encuentro con el diputado de Medio Ambiente, Javier Sendra.
La nueva solución temporal supone enviar 81 toneladas de basura diarias al vertedero de Vaersa en Villena y 200 a la planta de Jijona. Otras diez podrían derivarse al vertedero ilicitano de Urbaser, pero la mayoría de municipios generan incluso más desperdicios que el cupo que puede soportar la planta de Elche cuyo permiso solo lo puede dar el Consorcio del Bajo Vinalopó. Esta medida la asumen de manera provisional hasta que los 27 municipios de la comarca decidan cumplir el Plan Zonal que se encuentra atascado por diferentes motivos desde el 2006. Todos los miembros que mantuvieron la reunión decidieron ver qué solución se podía dar al cierre de Crevillente. El precio por la eliminación de la tonelada en las instalaciones jijonencas asciende a 42 euros mientras que la planta villenense vale 54, con el coste añadido que se encuentra a unos 80 kilómetros de los pueblos más cercanos y a más de 110 kilómetros de distancia de Pilar de la Horadada.
En este sentido se va a buscar una nave industrial donde se pueda construir una planta de transferencia como la que se iba a ubicar en el polígono industrial Virgen del Carmen de Cox. La nave necesita diferentes condiciones como una amplitud de 3.500 metros cuadrados y disponer de las características óptimas para que entren los camiones que vayan a depositar sus recogidas. Desde este almacén partirían otros con basura comprimida a las citadas plantas de rechazo. Otra determinación que se va a tomar es una visita a un pueblo de Castellón donde se ha puesto en marcha una planta de residuos de última generación que supone un modelo a seguir, según los responsables de Medio Ambiente.
Ante los antecedentes de oposición vecinal se pensó en que los municipios que lo deseen presenten sus candidaturas para acoger esta planta de transferencia para «mejorar la gestión ambiental y acabar de una vez por todas con este problema», comentó el alcalde de Redován, que añadió que «no podemos levantarnos cada día pensando en qué vamos a hacer otra vez con la basura».
La decisión definitiva se tomará en el pleno del Consorcio de Residuos de la Zona A6 que se reunirá en la segunda semana de octubre con el objeto de solventar el caos originado en la eliminación de residuos con carácter de «inmediatez absoluta».
Los alcaldes de Redován, Emilio Fernández, Orihuela, Emilio Bascuñana, Rojales, Antonio Pérez, y el diputado autonómico y regidor de Rafal, Manuel Pineda, se reunieron ayer con el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro y la directora general de Cambio Climático y Calidad Ambiental, María Diago, para dar salida al cierre de la planta de tratamiento de Crevillente. Los municipios afectados por la resolución judicial que cerraba la instalación de Abornasa decidieron dirigir sus residuos a Villena, planta que se encuentra colapsada en la actualidad con la llegada de desechos. El primer edil de esta localidad también estuvo presente en el encuentro con el diputado de Medio Ambiente, Javier Sendra.
La nueva solución temporal supone enviar 81 toneladas de basura diarias al vertedero de Vaersa en Villena y 200 a la planta de Jijona. Otras diez podrían derivarse al vertedero ilicitano de Urbaser, pero la mayoría de municipios generan incluso más desperdicios que el cupo que puede soportar la planta de Elche cuyo permiso solo lo puede dar el Consorcio del Bajo Vinalopó. Esta medida la asumen de manera provisional hasta que los 27 municipios de la comarca decidan cumplir el Plan Zonal que se encuentra atascado por diferentes motivos desde el 2006. Todos los miembros que mantuvieron la reunión decidieron ver qué solución se podía dar al cierre de Crevillente. El precio por la eliminación de la tonelada en las instalaciones jijonencas asciende a 42 euros mientras que la planta villenense vale 54, con el coste añadido que se encuentra a unos 80 kilómetros de los pueblos más cercanos y a más de 110 kilómetros de distancia de Pilar de la Horadada.
En este sentido se va a buscar una nave industrial donde se pueda construir una planta de transferencia como la que se iba a ubicar en el polígono industrial Virgen del Carmen de Cox. La nave necesita diferentes condiciones como una amplitud de 3.500 metros cuadrados y disponer de las características óptimas para que entren los camiones que vayan a depositar sus recogidas. Desde este almacén partirían otros con basura comprimida a las citadas plantas de rechazo. Otra determinación que se va a tomar es una visita a un pueblo de Castellón donde se ha puesto en marcha una planta de residuos de última generación que supone un modelo a seguir, según los responsables de Medio Ambiente.
Ante los antecedentes de oposición vecinal se pensó en que los municipios que lo deseen presenten sus candidaturas para acoger esta planta de transferencia para «mejorar la gestión ambiental y acabar de una vez por todas con este problema», comentó el alcalde de Redován, que añadió que «no podemos levantarnos cada día pensando en qué vamos a hacer otra vez con la basura».
La decisión definitiva se tomará en el pleno del Consorcio de Residuos de la Zona A6 que se reunirá en la segunda semana de octubre con el objeto de solventar el caos originado en la eliminación de residuos con carácter de «inmediatez absoluta».
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