En media hora se registraron más de 40 incidencias por anegaciones de viviendas y locales
Lejos de toda previsión y, por tanto, sin esperarlo, ni siquiera
el 112, una tromba de lluvia en forma de granizo caía ayer en Loja en
poco más de quince minutos, con un saldo de 33 litros por metro
cuadrado. Una cantidad muy elevada que las rejillas y colectores de la
red de agua pluviales de la ciudad no han sido capaces de absorber antes
de que se formen torrenteras o embalsamientos. Acompañada de truenos y
relámpagos, la tormenta adquiría su mayor énfasis entre las 17:55 y las
18:10 horas, quedando la ciudad prácticamente invisible desde la
distancia a consecuencia de la fuerte cortina de agua.
La mayor virulencia de la riada se constataba en las avenidas de los Ángeles y de Pérez del Álamo, ya que hasta ellas confluyen las empinadas calles del barrio Alto, en el primero de los casos, y de toda la ciudad en el segundo, con el consiguiente arrastre de hojas, tierra, piedras y demás escombros que el agua va arrollando a su paso. Tal ha sido la intensidad de la precipitación que se han levantado tapas de los colectores y las rejillas se han colapsado totalmente.
El alcalde de la ciudad, Joaquín Camacho, acompañado del concejal de Gobernación, José Barea y de la jefa de la Policía Local, Elena Ortiz, se trasladaba inmediatamente hasta las zonas más sensibles, donde ya se encontraban diversos coches de policía, vehículos de bomberos y de protección civil así como los numerosos ciudadanos que sufrían la inundaciones de sus viviendas o establecimientos.
En la avenida Pérez del Álamo se había formado una gran laguna de decenas de metros de longitud que impedía el paso de los vehículos y la mayor parte de los locales que existen en este vial estaban prácticamente todos llenos de agua y lodo que trataban de achicar con todo tipo de recipientes, palas y, en los casos más graves, con bombas de agua. Esta avenida tuvo que ser cortada al tráfico rodado hasta que se consiguió eliminar el embalsamiento de agua, pasadas ya las 19:00 horas, no obstante los bomberos y miembros de Protección Civil seguían prestando sus servicios hasta más tarde.
Era precisamente en zona de la avenida Pérez del Álamo comprendida entre la intersección con callejón de los Naranjos y la plaza del Puente, donde el alcalde se interesaba por el suceso, hablando con los vecinos y siendo puntualmente informado de la evolución del proceso de alivio y socorro. Así mismo aseguraba que en cuanto comenzó la lluvia y el granizo con tal virulencia se puso en marcha el dispositivo de emergencias del Ayuntamiento de Loja, en el que a las fuerzas ya anteriormente citadas se unían a operarios de las distintas áreas municipales que tienen que ver con los servicios y obras municipales.
La primera medida, tras garantizar la seguridad de la población, fue limpiar con toda la urgencia posible las rejillas y colectores de la red de aguas pluviales, a fin de que las balsas desaparecieran lo antes posible. Así mismo se trasladaban hasta las viviendas dañadas para comprobar "in situ" el alcance de los desperfectos.
Una mujer de unos 80 años de edad falleció en la tarde de ayer a causa de un infarto coincidiendo con la fuerte tormenta. Al parecer la mujer estaba en el patio de su casa intentando quitar una rejilla para permitir la salida del agua, momento en el que cayó fulminada.
La mayor virulencia de la riada se constataba en las avenidas de los Ángeles y de Pérez del Álamo, ya que hasta ellas confluyen las empinadas calles del barrio Alto, en el primero de los casos, y de toda la ciudad en el segundo, con el consiguiente arrastre de hojas, tierra, piedras y demás escombros que el agua va arrollando a su paso. Tal ha sido la intensidad de la precipitación que se han levantado tapas de los colectores y las rejillas se han colapsado totalmente.
El alcalde de la ciudad, Joaquín Camacho, acompañado del concejal de Gobernación, José Barea y de la jefa de la Policía Local, Elena Ortiz, se trasladaba inmediatamente hasta las zonas más sensibles, donde ya se encontraban diversos coches de policía, vehículos de bomberos y de protección civil así como los numerosos ciudadanos que sufrían la inundaciones de sus viviendas o establecimientos.
En la avenida Pérez del Álamo se había formado una gran laguna de decenas de metros de longitud que impedía el paso de los vehículos y la mayor parte de los locales que existen en este vial estaban prácticamente todos llenos de agua y lodo que trataban de achicar con todo tipo de recipientes, palas y, en los casos más graves, con bombas de agua. Esta avenida tuvo que ser cortada al tráfico rodado hasta que se consiguió eliminar el embalsamiento de agua, pasadas ya las 19:00 horas, no obstante los bomberos y miembros de Protección Civil seguían prestando sus servicios hasta más tarde.
Era precisamente en zona de la avenida Pérez del Álamo comprendida entre la intersección con callejón de los Naranjos y la plaza del Puente, donde el alcalde se interesaba por el suceso, hablando con los vecinos y siendo puntualmente informado de la evolución del proceso de alivio y socorro. Así mismo aseguraba que en cuanto comenzó la lluvia y el granizo con tal virulencia se puso en marcha el dispositivo de emergencias del Ayuntamiento de Loja, en el que a las fuerzas ya anteriormente citadas se unían a operarios de las distintas áreas municipales que tienen que ver con los servicios y obras municipales.
La primera medida, tras garantizar la seguridad de la población, fue limpiar con toda la urgencia posible las rejillas y colectores de la red de aguas pluviales, a fin de que las balsas desaparecieran lo antes posible. Así mismo se trasladaban hasta las viviendas dañadas para comprobar "in situ" el alcance de los desperfectos.
Una mujer de unos 80 años de edad falleció en la tarde de ayer a causa de un infarto coincidiendo con la fuerte tormenta. Al parecer la mujer estaba en el patio de su casa intentando quitar una rejilla para permitir la salida del agua, momento en el que cayó fulminada.
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