LA MAR VUELVE A GOLPEAR CON FUERZA.
ASTURIAS
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La borrasca provocó desperfectos en casi todo el litoral y obligó a suspender el servicio ferroviario de Renfe y FEVE
El temporal que ayer azotó el Principado de Asturias dejó un rosario
de desperfectos a lo largo de la geografía asturiana, principalmente en
la línea de costa. Las olas alcanzaron los 11,03 metros en Cudillero,
8,44 en Cabo Peñas, 7,62 en Avilés y 6,12 en Gijón. Y las rachas de
viento también fueron muy fuertes, como la registrada en Cabo Busto, de
148 kilómetros por hora, o las de San Antolín de Ibias y el Puerto de
Leitariegos (125), Cabo Peñas (108) y el aeropuerto de Asturias (100).
Además, todo ello contrastó con una nueva jornada de altas temperaturas,
pues se superaron los 19 grados de máxima en Mieres, Amieva y Colunga.
El último ingrediente del temporal fue la lluvia: se recogieron más de
64 litros por metro cuadrado en Cabo Busto.
Esta situación meteorológica conformó una situación de riesgo tanto en la costa como en el interior. Hasta el punto de que Renfe tuvo que suspender al mediodía, y durante unas dos horas, el servicio de cercanías Lugo de Llanera-Gijón y Nubledo-San Juan de Nieva, así como las líneas de FEVE que discurren paralelas a la costa.
Uno de los concejos más golpeados fue Gozón, sobre todo en el paseo de La Ribera, en Luanco, cebándose las olas de manera especial con el centro de día ubicado en los bajos del edificio que alberga el centro de mayores. El fuerte oleaje ocasionó la rotura de un ventanal y el agua anegó toda la planta, causando graves daños en sus equipamientos.
El alcalde de Gozón, Jorge Suárez, explicó que los daños ocasionados en esta ocasión «no son comparables» a los producidos hace dos años. No obstante, es la segunda vez que el centro de día sufre importantes desperfectos por las fuertes marejadas, lo que hace plantearse al alcalde la necesidad de trasladar las instalaciones a otra ubicación con vistas al próximo invierno.
El resto de establecimientos y viviendas ubicadas frente al paseo marítimo de Luanco apenas sufrieron daños, según el alcalde, gracias a que sus propietarios habían tomado medidas de protección en puertas y ventanas. Únicamente alguna terraza y mobiliriario urbano sufrieron daños. Sí entró el agua, no obstante, en el pueblo gozoniego de Zeluán, aunque sin ocasionar graves desperfectos.
En el vecino concejo de Carreño, según informó la Policía Local, el temporal solo causó la rotura de canalones y el desprendimientos de tejas. Con todo, se restringió el acceso a los principales puntos de la costa y del puerto de Candás mediante la colocación de paneles informativos y el cierre perimetral de algunos accesos.
En el occidente de Asturias, la dureza de las olas ocasionó la aparición de dos boquetes de grandes dimensiones en el dique del puerto de Luarca y debilitó su estructura, por lo que el acceso al muelle quedó restringido. La fuerza del mar también se llevó por delante 14 metros del paseo de madera de la playa de la Concha de Artedo, que había sido repuesta en 2014. También el dique de Puerto de Vega sufrió algunos desperfectos.
En cuanto a la zona oriental asturiana, solo la playa de Santa Marina, en Ribadesella, sufrió algunos desperfectos por la aparición de numerosos troncos y arena en el paseo, que rápidamente fueron retirados por los servicios de limpieza municipales. Además, las olas alcanzaron la calle Coronel Bravo, la zona de la Punta y el puerto deportivo. La ría se salió de su cauce en la zona de la rula y del paseo de la Grúa.
En Gijón, de nuevo el muro de San Lorenzo fue el más azotado por las olas y el viento, hasta tal punto que hubo losetas del paseo levantadas, farolas derribadas y trozos de barandilla arrancados de cuajo. Mientras que en Oviedo los bomberos se tuvieron que afanar en la extinción de un incendio que se produjo durante la mañana en Llagú. También hubo numerosas caídas de tejas por la fuerza del viento y una valla de obra salió volando en la calle de Jersey City. También se cerró el paso al parque de San Francisco.
Esta situación meteorológica conformó una situación de riesgo tanto en la costa como en el interior. Hasta el punto de que Renfe tuvo que suspender al mediodía, y durante unas dos horas, el servicio de cercanías Lugo de Llanera-Gijón y Nubledo-San Juan de Nieva, así como las líneas de FEVE que discurren paralelas a la costa.
Uno de los concejos más golpeados fue Gozón, sobre todo en el paseo de La Ribera, en Luanco, cebándose las olas de manera especial con el centro de día ubicado en los bajos del edificio que alberga el centro de mayores. El fuerte oleaje ocasionó la rotura de un ventanal y el agua anegó toda la planta, causando graves daños en sus equipamientos.
El alcalde de Gozón, Jorge Suárez, explicó que los daños ocasionados en esta ocasión «no son comparables» a los producidos hace dos años. No obstante, es la segunda vez que el centro de día sufre importantes desperfectos por las fuertes marejadas, lo que hace plantearse al alcalde la necesidad de trasladar las instalaciones a otra ubicación con vistas al próximo invierno.
El resto de establecimientos y viviendas ubicadas frente al paseo marítimo de Luanco apenas sufrieron daños, según el alcalde, gracias a que sus propietarios habían tomado medidas de protección en puertas y ventanas. Únicamente alguna terraza y mobiliriario urbano sufrieron daños. Sí entró el agua, no obstante, en el pueblo gozoniego de Zeluán, aunque sin ocasionar graves desperfectos.
En el vecino concejo de Carreño, según informó la Policía Local, el temporal solo causó la rotura de canalones y el desprendimientos de tejas. Con todo, se restringió el acceso a los principales puntos de la costa y del puerto de Candás mediante la colocación de paneles informativos y el cierre perimetral de algunos accesos.
Hosteleros prevenidos
En el municipio de Villaviciosa, uno de los puntos que más peligro
corría era Tazones. El alcalde, Alejandro Vega, decidió enviar una
patrulla de la Policía Local para cortar todos los accesos a la zona del
puerto. En sus alrededores se congregaron numerosos curiosos para
seguir la evolución de la pleamar, que salvo alguna ola que rompió con
más fuerza de lo habitual, transcurrió con normalidad. Los hosteleros,
ya prevenidos desde la noche del lunes, habían bloqueado las entradas
con sacos de arena y retirado las terrazas y mamparas. En cuanto al
resto de los arenales maliayos, varios contenedores aparecieron
desplazados en la playa España, mientras que el aparcamiento de la de
Merón amaneció con numerosas piedras tras la subida de la marea.En el occidente de Asturias, la dureza de las olas ocasionó la aparición de dos boquetes de grandes dimensiones en el dique del puerto de Luarca y debilitó su estructura, por lo que el acceso al muelle quedó restringido. La fuerza del mar también se llevó por delante 14 metros del paseo de madera de la playa de la Concha de Artedo, que había sido repuesta en 2014. También el dique de Puerto de Vega sufrió algunos desperfectos.
En cuanto a la zona oriental asturiana, solo la playa de Santa Marina, en Ribadesella, sufrió algunos desperfectos por la aparición de numerosos troncos y arena en el paseo, que rápidamente fueron retirados por los servicios de limpieza municipales. Además, las olas alcanzaron la calle Coronel Bravo, la zona de la Punta y el puerto deportivo. La ría se salió de su cauce en la zona de la rula y del paseo de la Grúa.
En Gijón, de nuevo el muro de San Lorenzo fue el más azotado por las olas y el viento, hasta tal punto que hubo losetas del paseo levantadas, farolas derribadas y trozos de barandilla arrancados de cuajo. Mientras que en Oviedo los bomberos se tuvieron que afanar en la extinción de un incendio que se produjo durante la mañana en Llagú. También hubo numerosas caídas de tejas por la fuerza del viento y una valla de obra salió volando en la calle de Jersey City. También se cerró el paso al parque de San Francisco.
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